Familia encontrada

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Marinette y Adrien estaban en la panadería Dupain-Cheng, sumergidos en la dulce atmósfera del lugar familiar. Mientras enrollaban la masa para los croissants, compartían risas y miradas cómplices, sintiendo la calidez de su conexión de pareja que se había fortalecido aún más al trabajar juntos.

Marinette: -Adrien, ¿alguna vez pensaste que estaríamos aquí juntos, haciendo croissants en la panadería donde crecí?-

Adrien: (Con una sonrisa) -Nunca lo imaginé, Marinette. Pero estoy feliz de estar aquí contigo, aprendiendo de ti y de tu familia. Me hace sentir parte de algo especial-

Marinette: -Eres parte de algo especial, Adrien. Eres parte de la familia ahora-

Adrien se sintió abrumado por la calidez de las palabras de Marinette. La idea de formar parte de su familia lo llenó de alegría y gratitud. Recordó los momentos difíciles en los que se sintió solo, y ahora, gracias a Marinette y su familia, se sentía completo.

Adrien: -Gracias, Marinette. Significa mucho para mí ser parte de tu familia. Nunca antes me había sentido tan acogido y querido. Estoy agradecido por cada momento que paso contigo y con tu familia-

Marinette sonrió, sintiendo una cálida sensación en su corazón. Sabía lo importante que era la familia para Adrien, y se sentía feliz de poder brindarle ese sentimiento de pertenencia y amor. Juntos, continuaron trabajando en la masa, disfrutando de la tranquilidad y la armonía del momento. Para ellos, la panadería Dupain-Cheng era más que un simple lugar de trabajo, era un hogar. Y con la presencia de Adrien, la familia Dupain-Cheng se había expandido, sintiéndose más fuerte y unida que nunca.

Cuando terminaron de trabajar en los croissants, Marinette y Adrien se tomaron un momento para admirar su trabajo. La bandeja de croissants estaba lista para ser colocada en el horno, y se veía deliciosa.

Marinette: -Mira, Adrien, se ven increíbles. ¿Quieres ver cómo se hacen los panes ahora?-

Adrien asintió emocionado, sintiéndose como un niño. La panadería Dupain-Cheng siempre había sido un lugar mágico para él, y ahora se había unido a la familia que la había creado.

Adrien: -Siempre he pensado que de que hayas crecido en una panadería, es una de las cosas más maravillosas del mundo-

Marinette: -Sí, definitivamente lo es. Y estoy agradecida por tener una familia que trabaja junta para hacerlo posible-

La conversación fluyó sin esfuerzo, y pronto, los panes estaban listos para ir al horno. Mientras esperaban que se cocinaran, Marinette y Adrien se sentaron en el mostrador de la panadería, compartiendo un croissant recién salido del horno.

*

Después de un día lleno de trabajo en la panadería, Marinette y Adrien caminaron juntos por las calles de París, disfrutando de la brisa fresca de la tarde.

Adrien: -Fue un día increíble en la panadería. Me divertí mucho haciendo croissants y panes contigo y tu familia.

Marinette: -Sí, lo fue. Me alegra que te hayas unido a nosotros, Adrien. Realmente siento que eres parte de la familia-

Adrien sintió un cálido nudo en su estómago al escuchar esas palabras. Nunca había sentido algo así por alguien antes, y no podía evitar sentirse agradecido por haber encontrado a Marinette.

Adrien: -Tú y tu familia significan mucho para mí, Marinette. Me han hecho sentir como en casa desde el primer día-

Marinette sonrió mientras caminaban por las calles de París, recordando los momentos en que había conocido a Adrien y se había dado cuenta de que había algo especial en él. Marinette sonrió y tomó la mano de Adrien, sintiéndose feliz y emocionada de compartir otro momento especial con él y su familia.

Marinette y Adrien sabían que habían encontrado algo especial el uno en el otro. La panadería Dupain-Cheng y la familia que habían encontrado allí, desempeñaba un papel fundamental en su relación, y estaban agradecidos por el amor y la calidez que habían encontrado allí.

Mes AdrinetteWhere stories live. Discover now