6-Siendo complaciente.

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6-Siendo complaciente.

[Satoru Gojo y Suguru Geto invitaron a los estudiantes de primer año a pasar la mañana con ellos en nuestra de buena fe luego de un mal encuentro en primer día de clases.
Por otro lado, Nanami está decidido a llevar a cabo su misión y triunfar, por ellos algunas cosas deben cambiar en su tosca personalidad para poder atrapar al canalla].



Era una mañana normal junto a su amigo Suguru Geto, Satoru Gojo se paseó con un dulce en la boca mientras veía llagar a dos jóvenes a paso muy lento, casi desesperante para alguien tan ansioso como él.

—¿Puedes decirme de nuevo por qué hiciste eso? —preguntó a Suguru quien se hallaba tranquilo sentado en la cafetería de la escuela.

—Pues te ayudo a cazar, por supuesto —Sonrió Suguru —. Dame las gracias luego.

“Ayudar a cazar”, qué está pensando Suguru.

—¡Ja! —lanzó Satoru mientras lamía el dulce en su boca —. ¿Qué crees, Suguru? No necesito que nadie me ayude, soy lo suficientemente ardiente y guapo como para atraer a las abejas yo mismo —se jactó con orgullo.

Suguru entrecerró los ojos con astucia.

—¿Y qué tiene de bueno ese tipo de primero para ser considerado una abeja y no una mosca? Normalmente llamas a las personas fastidiosas “moscas” —preguntó fascinado.

Satoru pensó un momento antes de responder con gran entusiasmo.

—Pues claro —Sonrió de costado —, que es atractivo.

—Esto es muy extraño considerando que nos estamos refiriendo a un hombre pero bueno —Suguru levantó la mano como si nada, no quería oír más.

—No vengas con tus prejuicios ahora, Geto —Mientras ambos hablaban los dos muchachos se acercaron más y más —. Hombres, mujeres, eso da igual, lo importante es que sean atractivos y estén dispuestos.

«No quisiera debutar con un hombre pero si este se ve tan afeminado y está dispuesto a ser molestado quién soy yo para negarselo».
En la virgil mente de Satoru todo lo que se ve lindo y tierno tiene buen sabor, sus gustos no están diferenciados por género o etnia sino por atracción hacia el físico.

¡Sí! ¡Solo eso importa! ¡Que sea tierno y complaciente!

De pronto el rostro rojo y agitado de un joven hechicero rubio apareció en su cabeza, lo quiso molestar hasta que llore y pida piedad.




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Nanami caminó junto a Haibara a paso firme hasta llegar al lugar donde los dos senpai's los esperaron. Satoru y Suguru parecían conversar acerca de algo divertido según sus expresiones.

“Hombres, mujeres, eso da igual, lo importante es que sean atractivos y estén dispuestos”, los ojos de Nanami se abrieron con sorpresa al oír tal declaración.

«Con que esa es la razón del porque la misión está en modo fácil», dijo en su cabeza mientras se topaba con el rostro interesado del dueño de tales palabras, «es porque eres una zorra fácil», se burló en su cabeza.

—¡Buenos días! —saludó con mucho respeto Haibara.

Nanami se limitó a hacer una pequeña reverencia ante los dos alumnos quienes los estaban esperando, ambos se dedicaban miradas cómplices de vez en cuando, algo de muy mal gusto según Nanami.

Pero no protestó, no habló de más, ni siquiera respiró, cada acción debe estar perfectamente calculada, su propósito será ser lo más complaciente con el tipo de sexualidad dudosa hasta que caiga por su propia cuenta. Cuando menos lo espere cumplirá su misión y desaparecerá.

Satoru intentó llamar su atención sutilmente con diversos gestos pero Nanami tampoco quería ser tan obvio delante de Haibara.

—Ven, Yū —llamó de forma familiar Suguru —. Vamos a practicar un poco combate cuerpo a cuerpo, ¿bien? Y ustedes —Señaló a Satoru y Nanami quienes se mantuvieron a una distancia prudente —. Supongo que encontraron algo que hacer.

Haibara le preguntó con la mirada a Nanami si debía ir, tenía cierta expectativa en sus ojos de chachorro pues admira mucho a Suguru Geto. Nanami no tuvo corazón para detenerlo y asintió, de pronto corazones brotaron por toda la cara de Haibara.

Nanami quedó en silencia a un lado de Satoru, ambos con sus propios pensamientos el uno del otro.
—Por lo de ayer... —habló Satoru primero.

«¿Se va a disculpar?», lo humilló enfrente de todos por un insignificante error, un mal entendido.

—No me pediste perdón —soltó con su típico tono socarrón.

Nanami tragó salida, está un poco molesto pero todo sea por el bien de la misión, qué más da sacrificar un poco el orgullo.

—No quise dirigirme de esa manera ayer hacia ti —dijo   Nanami—. Lo siento.

La sonrisa en el rostro de Satoru se congeló y examinó de pies a cabeza a Nanami conmocionado.

—¿En serio te disculpaste? —Rió —. Ya estás aprendiendo, Kōhai.

—Espero aprender más de mi Senpai en un futuro —dijo con gran dificultad intentando soltarlo lo más suave posible.

Satoru volvió a caer en sorpresa, entre asombrado y divertido, asintió repetidas veces.

—Te estás comportando realmente bien —alabó Satoru —. Eso me agrada.

Satoru lo invitó a sentarse en una mesa donde se adueño del almuerzo de Suguru, “no notará si te lo comes”, dijo Satoru y Nanami en realidad no quería tocar el almuerzo de alguien más pero para complacer a Satoru le siguió el juego. Este parecía conforme y complacido con la actitud que adoptó Nanami para con él, escuchando y respondiendo lo que quería oír, nunca negándose o llevándole la contra.

—Tu rostro —mencionó en un momento Satoru haciendo por primera vez contacto físico, con su dedo tocó la mejilla roja de Nanami —. Sufriste quemaduras por el sol. Tengo una increíble crema para las quemaduras, te la traeré más tarde —dijo orgulloso haciendo ver el perfecto estado de su propio rostro.

Nanami había sentido un escalofríos cuando ese dedo le trazó la mejilla pero contuvo el aire y asintió, lo que más le asustó fue que su dedo en realidad es muy sueve y frío, en la quemadura se sintió realmente bien.

—Te lo agradecería.

Luego que Yū y Suguru regresaran los encontraron sentados uno al lado de otro compartiendo unos bocadillos y algunas palabras las cuales no se oyeron, el rostro de Satoru estaba extrañamente deslumbrante mientras el de Nanami se hallaba serio pero con una ligera sonrisa casi imperceptible.

—Fue un placer almorzar contigo, Senpai —se despidió Nanami para llevarse a Haibara.

—¡Sí, también fue un placer! ¡Nos vemos para cenar! ¡Te llevaré la crema facial! —gritó Satoru al notar como Nanami se iba corriendo prácticamente sin dejar atrás ni su sombra.

Satoru se quedó viendo un rato los palillos y el cuenco vacío que dejó Nanami, su expresión no pudo guardar su emoción creciente.

—¿Y? ¿Hubo avances?

—¿Avances? Sí, creo que podría decirse que sí.

Suguru arqueó una ceja y observó como Satoru casi le daba besos a los palillos que ese estudiante de primero desechó.

—No te atrevas a hacer algo asqueroso frente mío —amenazó Suguru.

Satoru levantó la mirada y tiró los palillos como si nada, recobró la compostura.

—Nada de eso, debemos llevar a esos pequeños Kōhai's a algún lugar a divertirse, ¿qué te parece? —propuso Satoru recobrando su sonrisa despreocupada.

A Geto este le pareció un macabro plan diseñado por su inepto amigo, así que decidió brindar su más sincera ayuda como es costumbre, no puede dejar que Satoru maquine planes pues serían un desastre.







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Hasta aquí.

Misión: Procrear con el hechicero más fuerte del mundo (Gonana-NanamixSatoru)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora