Capítulo 5~Atracción

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Maratón 5/8

Maratón 5/8

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-MinMin. -Susurró BeomGyu, acuclillándose frente a él para estar a su altura. -No puedo ir a jugar hoy, he venido a hablar con papá.

-Hablar. -Repitió mientras chistaba y reía con ironía TaeHyun, el Omega lo ignoró.

-Gu~, jugamos, promesa. -Al Omega le pareció escuchar una pequeña súplica a la Madre Luna mientras veía al señor Kang tapar su rostro por el rabillo de su ojo izquierdo.

-Sí, mocoso, lo sé. -Sonrió acomodando algunos mechones rebeldes de cabello castaño en su cabecita. -Pero papá y yo no nos llevamos bien. -Alzó su vista hacia el Alfa. La posición en la que lo veía desde abajo, acentuando su aura imponente y su altura, hicieron que BeonGyu soltara una risa algo descolocada y loca. TaeHyun supo que al fin lo había recordado y lo confirmó con su siguiente declaración. -Tu papá me atropelló con su coche y encima rompió mi skate. -Fingió gran dolor. -Así que estamos peleados.

SeungMin asintió varias veces, negando después, lanzando pensamientos y yendo hacia su padre con pasitos pequeños y dubitativos.

-Pide perdón a Gu~. -TaeHyun suspiró rendido, con la rabia ardiendo en su fría mirada, confirmando que el hielo también puede quemar. BeomGyu, por su lado, sonrió con la mayor de las sonrisas de victoria y burla.

-Lo lamento. -Dijo entre dientes apretados.

-No te perdono. -Respondió sin dejar de sonreír. TaeHyun se acercó un paso amenazante. -Que pidas perdón no implica que siempre se deba conceder. -Sacó su lengua de modo infantil. -MinMin. -Llamó al cachorro. -Espero que todo vaya bien, mocoso. Y que nos veamos pronto. -El niño mostró su dedo meñique alzado, BeomGyu lo entrelazó con el suyo y juntaron sus pulgares. Acto seguido, con la anciana sirvienta, desapareció escaleras arriba.

-Tú... -La voz del Alfa sonó tan grave que hizo que el bello de su nuca se erizara, mas aquello no le afectó de ningún modo haciendo a TaeHyun molestarse más. Todo el mundo le respetaba y, quien lo no hacía, lo temía. Todos, y después estaba ese Omega adolescente.

-Yo. -Dijo para interrumpirlo, aún sonriendo pero dejando que la mueca fuera ladeada.

BeomGyu se acercó, ambos solos en el gran recibidor, hasta plantarse frente a él. El Omega le miraba bajo sus espesas pestañas, con su cabeza ladeada mientras lo examinaba de pies a cabeza. Finalmente llegó a él para tomar su mano izquierda y apretar abrazando su dedo anular.

-¿Qué haces? -Cuestionó incómodo. No era un incómodo de sobrepasarse, era un incómodo de nerviosismo.

-Viejo sabroso. -Rio jovial y juvenil. -¿Estás casado? -La cercanía repentina dejó bloqueado a TaeHyun pues, BeomGyu, se aproximó a su pecho, rozando a penas un segundo, la zona de su cuello donde alcanzaba. -Estás soltero. -Confirmó cuando tan solo pudo sentir el aroma a yogur en el mayor. -Yo sí debo pedirte unas disculpas sinceras, no como la tuya.

-¿Por qué? -Logró decir, su garganta seca. La barbilla de BeomGyu se alzó, sus narices a milímetros del roce.

-Porque como eres un gilipollas no voy a tener sexo contigo. -Cada expulsión de sílabas rozó con aliento cálido los labios apretados del mayor.

-¿Y quién ha dicho que yo querría acostarme contigo? -Contraatacó achicando sus ojos, la sensualidad inevitable del Omega haciéndolo caer poco a poco en su juego.

-Tus ojos. -Lo miró directo a estos de pupilas dilatadas. -Tu cuerpo. -Señaló la cercanía entre ambos. -Tu lobo. -Susurró cuando lo escuchó ronronear a la par que dejaba sus manos caer sobre su pecho. BeomGyu sonrió y apretó más fuerte, esos pectorales eran trabajados y ojalá pudiera degustarlos.

TaeHyun no podía creer que fuera tan trasparente para ese Omega de la calle. Tan abierto y fácil de leer para un desconocido. No solo era capaz de callarlo e interrumpirlo, sino que podía calentarlo con una simple cercanía y palabras hasta el punto se sentir su pene endurecerse ligeramente.

La bajada de sus ojos, recorriendo el cuerpo delgado del menor, bajo sus anchas ropas le hizo caer en cuenta de la realidad.

-Eres un crío, un niño. -A comparación de lo que esperaba, BeomGyu, no se enfadó ni lo negó ni insistió. Tan solo se alejó de él con una gran sonrisa, que no comprendía, en su rostro.

En la cabeza del Omega solo estaba la historia de amor de sus padres. Siendo irónico y no realmente lo que estaba sucediendo allí, porque por ese hombre solo sentía atracción física. No había nada en común con un señor que era hielo mientras él era fuego; pero era cómico a su modo. Porque su cara era preciosa, madura y atractiva, su cuerpo capaz de envolverlo y someterlo. Un pecado para su necesitado lobo.

Finalmente se alejó, rompiendo todo contacto. Caminando hacia la puerta, antes de marchar, dijo sus últimas palabras.

-Ofrécele unas disculpas a YeJi aún si no la vuelves a contratar. Voy a creer que eres consciente de que te has pasado de la ralla con ella.

El jefe de mi sobrina (TaeGyu ~ Kang TaeHyun y Choi BeomGyu)Where stories live. Discover now