Capítulo 1~Hermanos

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Maratón 1/8

Sus dientes castañeaban cuando entró a su casa

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Sus dientes castañeaban cuando entró a su casa. Su ropa calada por la repentina lluvia cuando volvía de estar en el garaje de ChangBin viendo una película. Habría tardado menos en llegar a casa, puede que incluso no le hubiera pillado la lluvia, si hubiera tenido su skate. Ese skate que estaba ahora bajo su cama y cubriéndose de polvo desde hacía varias semanas.

-Maldito anciano sabroso. -Murmuró en voz baja. El grito que dejó su cuerpo acompañó el sentimiento de su alma marchando al cielo cuando encendió la luz de la cocina y se encontró a su papi sentado en un taburete y con una taza de té en las manos.

Golpes, lo que intuyó como la caída de su papá de la cama, se escucharon en la planta superior.

-¡¿Qué pasa?! -Gritó TaeHyung, probablemente vistiéndose para bajar. SeokJin, sin despejar su mirada enfadada de BeomGyu, gritó de vuelta a su esposo.

-¡Nada! ¡Castañita y yo estamos hablando! ¡Vuelve a dormir, bebé! -La respuesta de su papá fue un gran "oki, doki" , SeokJin le señaló el taburete al otro lado de la barra en la cocina. -BeomGyu, siéntate.

-Papi, estoy cansado y mojado por la lluvia... -Trató de negarse, ganándose una de esas miradas que hacían temblar a todo el mundo.

Cabizbajo obedeció, recibiendo en silencio una taza de dinosaurio con té caliente en ella. Venía otra riña, probablemente otro castigo por las horas de llegada, por no avisar donde estaba, porque prácticamente llevaba dos semanas que no veía a sus padres porque ellos se iban temprano a trabajar y cuando volvían se iban a la cama antes de que BeonGyu volviera a su hogar.

El taburete de SeokJin chirrió en el suelo cuando este se apoyó sobre la pequeña barra para alcanzar su rostro. SeokJin había colocado una servilleta en su nariz y esperaba que se sonara para que dejara de sorber el moquillo que le caía por el frío.

Una vez hecho paseó sus cálidos dedos, esos con arrugas y manchas ya por la edad, por la fina piel helada de su pequeño. Algo en el pecho de BeomGyu se apretó ante la delicadeza con la que estaba siendo acariciado. Su lobo terminó por alertarse y sollozar cuando su papi rompió en llanto al tocar la cicatriz que había quedado en su frente por el choque con aquel coche hace un mes.

-Gyu, por favor, dime qué tengo que hacer. -Los ojos de SeokJin mostraban total desorientación. -No quiero castigarte, gritarte o enfadarme contigo; no va a servir de nada. -Con la mano temblorosa acunó el rostro de su pequeño. -Pero no puedo seguir viviendo en la agonía de no saber dónde estás, con quien te juntas... -Las primeras lágrimas angustiadas cayeron de sus ojos. -Solo quiero que hables conmigo, saber que confías en mí y yo poder confiar en ti.

-Papi. -BeomGyu se alertó, corriendo junto a su padre para abrazarlo contra su pecho. Pensaba que el simple hecho de no causar problemas sería más que suficiente para no preocupar a sus padres, que equivocado estaba.

SeokJin comenzó a llorar más fuerte, más perdido en la incertidumbre de qué hacer con su hijo, de cómo criarlo, de qué fallo había tenido y había cometido para que fuera tan diferente a su primogénito JungKook.

-¿Qué he hecho mal para que no seas como Kookie? -La pregunta lo congeló, olvidando la pena de ver a su papi llorar, alejándose de él como si quemara.

SeokJin lo miró ante la brusquedad con la que lo alejó, cayendo entonces en lo que había dicho. No, un padre jamás debe comparar a sus hijos, tampoco su crianza, y aunque no pretendía insultarle ni decirle con su declaración que JungKook fuera mejor que él, sino culparse a él mismo por no haber estado lo suficiente encima cuidándolo, sonó como si prefiriera a JungKook.

-Porque yo no soy Kook y nunca lo voy a ser. -El portazo que dio al salir retumbó por toda la casa.

Más empapado que antes abrió la puerta de la casa con su juego de llaves

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Más empapado que antes abrió la puerta de la casa con su juego de llaves. A diferencia de su casa, aquella solo tenía una planta y un largo pasillo al fondo del salón que llevaba a las habitaciones. La puerta de la habitación a la que se dirigía se abrió antes de que él llegara a esta.

El cabello rubio decolorado, con las mechas de colores en su cresta, brillaba distinto con la escasa luz de las farolas entrando por las ventanas. El mayor tomó su barbilla y analizó su rostro en busca de heridas o golpes, al no ver nada, suspiró y señaló dentro de su habitación de matrimonio.

-Recuerda que se asusta cuando lo despiertas de golpe. -BeomGyu sonrió de lado y asintió cabizbajo. -Iré a dormir con YeJi.

-Gracias, Jimin Hyung. -El agradecido sonrió y marchó al cuarto de su hija dejando a ambos hermanos en su habitación.

BeomGyu se descalzó y retiró la ropa mojada, entrando en la cama de matrimonio hasta pegarse al pecho de su hermano mayor. JungKook, con su manía pegajosa adorable, se abrazó a su torso apoyando su cabeza en su pecho y respirando profundo en él. Tocó su cabello azabache, ambos compartían color de cabello, siendo irónico que ambos lo sacaran de sus padres Alfas y que justo fuera el progenitor que no compartían.

-Gyu. -Susurró despertando JungKook, el aroma a melocotón de su hermano pequeño devolviéndolo del mundo de los sueños. -¿Por qué estás mojado?

-Fuera llueve. -Murmuró a penas. JungKook abrió sus ojos para ver la hora en el reloj de su mesita de noche, volviendo a cerrarlos para apretar más a su menor entre sus brazos.

Así eran ellos, JungKook parecía ser el protegido y cuidado entre los dos, en realidad era BeomGyu el mimado por su hermano mayor. Y no, el Omega no podía culparlo por las palabras o la presión que sus padres ponían en él sin pretenderlo realmente, de forma inconsciente.

-Tienes que dejar de huir y poner nombre a tus sentimientos. -Acarició su cabello húmedo y largo, sus dedos enredados en las hebras. -Nuestros padres son increíblemente comprensivos, pero cuando no hay palabras no hay comunicación y sin comunicación el amor puede corromperse hasta pudrirse en enfado y el enfado en odio.

-Si fuera tan fácil decir las cosas ya lo habría hecho. -Respondió a penas, un beso en su nariz fue dejado y cerró los ojos con el sueño bordeándolo. -Además, siempre has dicho que papá es el que hablaba y papi aprendió de él. -Negó suspirando relajando. -Capaz yo nunca aprenda. -JungKook volvió a besar su nariz, su ceño fruncido y sus ojos de párpados cerrados.

-Dime lo que pasa, Gyu. -De nuevo tenso, JungKook trató de expulsar su aroma para relajarlo. -Te quiero ayudar.

-No necesito ayuda.

El jefe de mi sobrina (TaeGyu ~ Kang TaeHyun y Choi BeomGyu)Where stories live. Discover now