Capítulo 11~Olor

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Maratón 3/6

Había estado lloviendo, de hecho aún lo hacía, cuando dos días después TaeHyun llegó a su casa

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Había estado lloviendo, de hecho aún lo hacía, cuando dos días después TaeHyun llegó a su casa. El frío repentino de la calle era, sin embargo, menos helado que el de su hogar. O así se sintió hasta que escuchó una aguda carcajada infantil seguida de risas ahogadas y altas venir del salón. Al entrar, maletín en mano y corbata desecha, se encontró a su hijo en brazos de BeomGyu riendo a rienda suelta mientras este giraba sobre si mismo simulando bailar. En los oídos de SeungMin unos grandes auriculares llenos de pegatinas de bandas de rock.

BeomGyu se detuvo al sentir su presencia, dejando al pequeño en el suelo que siguió bailando por su cuenta, haciendo reir aún levemente. La mirada de TaeHyun estaba sobre él, aún sin perderse a su cachorro en la periferia, pero parecía dispuesto a algo que el Omega no llegaba comprender.

El Alfa no lo miraba como otros lo habían hecho, pareciera querer correr hacia él, a la vez reclamar o llenarlo de elogios. BeomGyu conocía la mirada de deseo de un Alfa sobre él, era consciente de ese mirar en TaeHyun algunas veces, pero el cambio cálido en sus ojos oscuros lo desconcertó.

Y por la mierda si era precioso, bello, encantador ese hombre viéndolo así.

-MinMin, me voy. -Retiró con cautela sus auriculares del menor, el cachorro besó su pulgar y ofreció su dedo meñique como cada día para despedirse.

-Te llevo a casa. -TaeHyun no lo había ofrecido, sino demandado. -Llueve mucho. -BeomGyu asintió y lo siguió en silencio hacia la calle donde el coche, con el que le había atropellado meses atrás, les esperaba. -El chófer ya ha terminado su jornada, siéntate delante que yo conduciré.

El silencio se podría denominar ensordecedor, el aire pesado y todo roto sutilmente por la lluvia cayendo sobre el coche y el aroma húmedo de esta en él. La tensión terminaría por matarlo, dejarlo loco como mínimo. Sus piernas habían temblado tanto por querer correr hacia el Alfa y besarlo tan malamente cuando lo vio volver a su casa que no era normal. Sus manos picaban por tocarlo, por volver a enredad sus dedos en el suave cabello que parecía rígido como todo el Alfa.

La ardiente necesidad de volver a ver al verdadero Kang TaeHyun siendo él mismo y no el abogado en traje que se mostraba con orgullo a diario. BeomGyu quería al Alfa que lo había consolado en su oficina y el que se había resquebrajado con el parque de skate al sentarse en el suelo y dejarse mimar. Algo le decía, lo sentía en su pecho, que ese hombre debió madurar por obligación y demasiado rápido, que no era feliz por mucho que aparentara que sí.

BeomGyu veía pequeños gestos que le habían contado del pasado de su papi SeokJin en el presente de TaeHyun.

-¿Vives aquí? -Preguntó analizando la casa con pintura desgastada y de garaje abierto, luz y sombras se veían moverse entre telas colgadas al techo.

-Es la casa de mi amigo, aquí ensayamos con mi banda. -El repentino ágil movimiento de cabeza hacia su posición hicieron que el cuello del Alfa crujiera y la risa de BeomGyu por ello derritió la incomodidad. -Estás viejo. -Bromeó ganándose una mirada amenazante del mayor.

-¿Hacéis vuestras canciones o son covers? -La pregunta le tomó por sorpresa, pero respondió mientras se quitaba el cinturón.

-Ambas cosas. -Se giró levemente hacia él. -A SeungMin parece que le gustan mis canciones. -TaeHyun examinó su brillante sonrisa ilusionada.

-A SeungMin le gusta tu voz. -Aquello no lo incomodó, sino que le alegró más la sonrisa.

-Lo sé. -Aseguró chulesco, como si fuera un gran logro.

-Y... -Pareció dudar, suspirando relajando y dulce, dejando caer la tensión de sus hombros al inhalar fuerte entre ellos en el pequeño espacio. -Le gusta tu aroma. -BeomGyu lamió sus labios resecos, el brillo de sus ojos escondido bajo sus largas pestañas. TaeHyun elevó su mano derecha hacia él deteniéndose a escasos centímetros.

-¿Puedo contarte un secreto que debería ser entre MinMin y yo? -Preguntó bajo, su voz dulce siendo ahoga grave y rasgada. TaeHyun asintió sorprendido por el cambio repentino en el modo de sonreír el menor. -Me han dicho, incluso tú lo has hecho, que MinMin no deja que le toques o te llama papá. -El pecho del mayor se hinchó y su hombros se tensaron de nuevo, la delicadeza y naturalidad con la que BeomGyu tomó su mano y la llevó a su larga cabello lacio volvió a dejarlo sin defensas ante el menor. -Estuvimos hablando sobre ello.

-¿Y qué dijo? -Preguntó interesado, ansioso, pero aún calmado al dedicarse a apartar el flequillo de su rostro y poder observar por primera vez, aún si había poca luz por las nubes oscuras, las facciones al completo del menor.

-Me dijo que no le gustaba como hueles o cómo le hablas. -La flecha metafórica del dolor se clavó con pasión en su corazón, su lobo Alfa atormentado por la pena. -Creo saber porqué es eso.

TaeHyun lo miró expectante, sus ojos temblando y un puchero involuntario en sus labios. BeomGyu se movió más cerca, hasta donde podía, para dejar su mano helada en el cuello descubierto del mayor. Sus dedos finos y largos, dando caricias circulares a su glándula de aroma, dejando que el yogur los rodeada, sonrió para relajar al mayor con cariño.

-Estás todo el día rodeado de otras personas, algunos enfadados por divorcios no consensuados, otros deprimidos por pérdidas monetarias... Tú mismo te frustras y tu aroma cambia a agrio. -La manera en la que se inclinó hacia si toque, el calor bajando por toda su piel hasta centrarse en su entrepierna. TaeHyun no podía comprender el poder de ese Omega en él. -Cuando llegas a casa no tienes tu aroma, no tienes tu tono de voz. No eres tú y tu cachorro, siendo encima más sensitivo, lo puede sentir.

La fuerza de la realidad le golpeó como el vendaval que avecina un tornado. Su lobo sumiso, sometido a voluntad al del Omega, su cuerpo ardiendo y su corazón derretido por el alma pura del menor. TaeHyun se inclinó atraído como himan, buscando el elixir que acabaría con su sed de siglos. BeomGyu jadeó complacido con la corriente que llegó hasta su pecho cuando los labios del Alfa se dejaron reposar sobre los suyos. Solo presión, solo una probada de lo mucho que ambos necesitaban aquello.

Cuando sus lobos demandaron, en acople y puestos de acuerdo, en avanzar; en buscar más, la ventana de copiloto fue golpeada con rudeza por unos rodillos rojos y con heridas.

El jefe de mi sobrina (TaeGyu ~ Kang TaeHyun y Choi BeomGyu)Where stories live. Discover now