Cap 44 Elegir entre mi madre y tú

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POV de Erica

Entro en el comedor con Ace a un lado y Bryce al otro. El corazón me late con fuerza en el pecho cuando veo a Luna Alice y a Chris.
Él está sentado al lado de su madre cogiéndole la mano suavemente. Cuando entro en el comedor, ni siquiera vuelve los ojos para saludarme.
Bryce me empuja suavemente con el codo intentando que sonría.
Pero sin Chris con nosotros no tengo ganas de sonreír. Sé que Luna Alice es su madre, pero esto me parece una traición.
Tomo asiento tranquilamente entre Ace y Bryce y mantengo los ojos pegados al plato que tengo delante.
—Qué bien que por fin hayáis venido a cenar—, dice Alpha Devin con una sonrisa en la cara. —No he tenido ocasión de felicitaros a los cuatro por haber encontrado a vuestras parejas—.
Luna Alice se burla descaradamente de las palabras de su compañero.
Me atrevo a levantar la vista de mi plato. Chris sigue negándose a mirar en mi dirección a pesar de que estoy sentada justo enfrente de él.
Luna Alice, en cambio, me mira con una mueca de desprecio en los labios. En cuanto capto su mirada, vuelvo a mirar el plato que tengo delante.
Ace me aprieta la mano por debajo de la mesa y un cosquilleo me recorre el cuerpo. Me da el impulso de confianza que necesito para cuadrar los hombros y mantener la cabeza alta.
—Gracias, Alpha Devin—, digo con firmeza. —Es un verdadero regalo estar unida a tus tres hijos—.
Volviendo a burlarse en voz alta, Luna Alice me mira con gran desdén. —Eso pensarías tú, ¿verdad?—.
La confusión cruza mi rostro mientras miro entre Luna Alice y Chris. —Lo siento. No entiendo lo que quieres decir—.
—Me refiero a que estar apareada con mis hijos realmente mejora tu rango actual, ¿no?—. Luna Alice tiene el ceño fruncido.
—Amaría a tus hijos sin importar el rango que tuvieran—, digo con seguridad.
—Pero su rango es importante—, dice Luna Alice con orgullo y le da una palmada en el hombro a Chris. —Y el rango que tú tienes es... bueno... nada—.

Me pongo roja. ¿Cómo se atreve a insinuar que no soy nada?.
—Hablando de mi rango actual y del rango de mis padres....
Empiezo.
-O la falta del mismo—. Luna Alice resopla.
—Alice—, interviene finalmente el alfa Devin y lanza una mirada de advertencia a su compañera.
Pero no parece que Luna Alice esté planeando dejar que el tema muera pronto.
—He estado hablando con mi querido Chris y parece que piensa que yo he tenido algo que ver con la desafortunada situación en la que se han encontrado sus padres—. Luna Alice dice con una sonrisa en la cara.
Mis ojos pasan de Luna Alice a Chris y me siento traicionado. No tenía derecho a hablar con su madre de una conversación personal que habíamos tenido. Eso debería haber quedado entre mis compañeros y yo hasta que yo dijera lo contrario.
Luna Alice me mira como si acabara de ganar una pelea. Por la cara que has puesto no creías que me enterara de tu pequeña teoría. ¿Verdad?—
Trago saliva y dejo la servilleta encima del plato. —Si me disculpáis—, les digo a Ace y Bryce. -Ya no me encuentro bien-.

Me echo hacia atrás y miro fijamente a Chris, que por fin me mira.
En sus ojos nada la culpa y su cara se enrojece de rabia.
Levanto la cabeza todo lo que puedo y salgo del comedor. Ninguno de los trillizos me sigue y eso me parece otra traición. Esperaba que al menos Ace y Bryce salieran corriendo conmigo, pero no lo hacen. Puede que ninguno de mis compañeros crea que su madre formaba parte de la situación de mis padres. Pero me niego a dejar de buscar hasta llegar a la verdad. Si hay algún indicio de que Luna Alice tiene algo que ver con esto, me aseguraré de que tenga una muerte lenta y dolorosa.
Subo las escaleras a toda prisa antes de darme cuenta de que no sé adónde se supone que tengo que ir. No les he preguntado a Ace ni a Bryce si puedo quedarme en sus habitaciones y no estoy segura de que Chris me quiera en su espacio por más tiempo. Sin saber qué hacer, me dirijo al final del pasillo y llamo a la puerta de Ashley. No estaba cenando.
Llamo a su puerta y espero, pero no hay respuesta. Vuelvo a llamar, pero sigue sin responder. Por supuesto, no está cuando más la necesito.
Camino por el pasillo y me detengo frente a la habitación de Chris.
Todas mis cosas están allí, pero ya no me siento bienvenida. Me apoyo en el pasillo, al otro lado de la puerta, me deslizo por la pared y me arrimo las rodillas al pecho. En este momento sólo siento tristeza. Apoyando la cabeza en las rodillas, dejo que caigan de mis ojos las lágrimas que llevaban amenazando, con caer toda la tarde.
No levanto la vista cuando el sonido de pasos resuena por el pasillo o el olor a chocolate caliente y menta llena mis sentidos. Le doy la espalda a Chris cuando se acerca a mí.
—No quiero hablar contigo, Chris—, le digo en voz baja.
En lugar de alejarse, Chris se sienta en el suelo a mi lado. -¿Cómo sabías que era yo?—. Me pregunta con curiosidad. -Todos olemos igual—.
—No exactamente—, resoplo. —Todos oléis a chocolate caliente, pero cada uno tiene un matiz diferente—.
Chris me pone la mano en el hombro y yo me encojo de hombros.
—No puedes pedirme que elija entre  mi madre y tú , dice en voz baja. —No es justo.
—No te pedía que eligieras entre nosotras—, le siseo.
—Querías que investigara a mi madre—, suena exasperado. —Eso no es algo que puedas pedirme—.
—A Ace y Bryce no parece importarles—, hago un mohín.
—Ellos no tienen con ella la misma relación que yo—, me dice Chris. —Yo siempre he sido su favorito—.

—¿Así que te niegas a ayudarme porque no quieres perder tu. condición de hijo predilecto?—. le grito.
—Zorrita—, dice Chris mientras vuelve a acercarse a mí. —Eso no es lo que intentaba decir—.
—No me llames así—, le siseo. Me levanto del suelo y entro furiosa en el dormitorio de Chris. —No me sigas—, grito mientras le cierro la puerta en las narices.

Maldecida con los trillizos alfa Onde histórias criam vida. Descubra agora