ᴍɪ ꜱᴜᴇɢʀᴏ-ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ+18

•15•

El sol brillaba demasiado, había mucha luz.

Demasiada luz.

Gruñó molesto entre sus sábanas, tratando de tapar su cabeza.  Quejoso cuando no sirvió de nada, los rayos del sol atravesando las ranuras descubiertas de su almohada.

—quiero dormir más...

Y Jungkook era un tipo de persona que en su día libre siempre quiere dormir, quedarse todo el día en la cama pues no es el único. O sea, ¿quien no ama dormir un sábado?

Nadie.

Exacto.

Pero el sol no estaba de su parte, hoy había salido más temprano que nunca. Mirando el reloj que se encontraba en la pared al lado del televisor, viendo que apenas daban más de sietes y cincuenta.

Se levanto, ya dando por perdido su sueño. Yendo hacer un café, rápidamente su corazón latiendo con fuerza.

Y claro, se preguntarán... ¿qué pasó con lo de anoche?
Pues, Jungkook había huido. Normal

Normal... ¿no?

¿Es normal, verdad?

¿VERDAD?

Y es que, ¿qué más haces si tu suegro te masturba y después te masturbas tú, un día antes del encuentro pensando en el porqué no te lo puedes sacar de la cabeza? y después, además, y con más razón... termina dándote el mejor beso de la historia en el baño de uno de los hombres más importantes en New York, ¡y pidiéndote que sea suyo! ¡¿Que haces tú?!

Jungkook necesitaba saber urgente...

Sentía que sería un día de mierda, ya no estaba de humor, su corazón y su mente hoy querían trabajar a la par y aquella escenas llegando de repente no ayudaban en nada. Su boca temblaba y sus piernas también y mierda... es que ese hombre lo volvía loco.

—Jeon"

Jungkook suspiró, apoyando sus codos en la barra de la cocina. Tomando su cabello entre sus dedos y apretando con fuerza cuando aquellas palabras nuevamente se pronunciaron en su cabeza.

—Se mío."

Su respiración se entrecortó, vacilando cuando amagó a enderezarse, sus piernas comenzaban a fallar y es que enserio tuvo que huir cuando aquel hombre pronuncio esas palabras sobre su boca.

Jungkook estuvo apunto de decirle que si.

Pero justo cuando iba hablar... una persona había tocado la puerta, haciendo que el menor entrara en sus cinco sentidos. Bajándose rápidamente del mármol y saliendo sin más de aquel lugar. Tomando el primer taxi que encontró cuando salió aunque le tocó pagar más de 200 dólares.

Respiro hondo, tratando de regular su respiración, levantándose de golpe. Yendo a preparar un café negro como siempre hacia en las mañanas. Aliviándose al momento de solo concentrarse en eso, su café instantáneo estando al instante sin darse cuenta. Sonriendo victorioso cuando el rico olor le inundó sus fosas nasales.

—esto era lo que necesitaba...— sonrió para sí mismo, camino hacia el sofá frente a su cama, el cual quedaba también justo de frente al televisor. Colocando una película cualquiera mientras tomaba su café.

Y todo era perfecto, estaba tranquilo. Solo necesitaba...

¡Pum, pum, pum!

Dejo de sonreír, girando rápidamente su cabeza hacia la puerta.

—¡Jeon Jungkook, ábreme ya!

Dejo de respirar. Sus manos temblando cuando dejó la tasa sobre la mesita de al lado, mordiendo con fuerza su labio inferior cuando fue demasiado los latidos de su corazón a mil.

¡Pum, pum, pum, pum!

—¡Jeon!

Y esa voz... esa voz que lo dejaba sin aliento estaba ahí otra vez. Esa voz que lo hacía temblar de pies a cabeza, esa voz que no había salido de sus más profundos sueños... lo estaba llamando otra vez.

Jungkook lloro internamente, tapándose los oídos con las palma de sus manos cerrando sus ojos fuertemente.

—¡Jeon Jungkook, abre la maldita puerta o la derrumbo!

Jungkook abrió los ojos de par en par. Sabía que su suegro sería capaz de aquello si lo dejaban, rápidamente corriendo abrir la puerta sin medir sus acciones y dándose cuenta demasiado tarde cuando supo que estaba de frente de aquel hombre con solo unos bóxer negros y una camiseta enorme que llevaba un poco más abajo de sus muslos. Su corazón martillando con fuerza cuando fue inconsciente de como el cosquilleo se instaló en su parte baja al ver cómo su suegro lo examinaba de arriba abajo.

No dudando en escanearlo de igual forma cuando se dio cuenta de que Taehyung llevaba una camisa color crema, remangadas hasta los codos y unos pantalones marrones de vestir. Dándole su toque varonil con su cabello negro ondulado peinado hacia los lados, dejando sus cejas gruesas descubiertas. Dejándolo sin palabras cuando se dio cuenta de que aquel hombre estaba con la respiración acelerada, caminando hacia el como si fuera su presa.

—Jeon...—y mientras su cuerpo se proporcionaba a caminar hacia atrás, al mismo tiempo que el señor Kim entraba a su habitación, cerrando la puerta a su paso. Su mente no pensaba más nada que solo en admirar a aquel hombre. Taehyung era demasiado atractivo y dominate, le gustaba, más que eso como lo miraba... lo dejaba sin aire. Y no se dio cuenta cuando sus pasos fueron detenidos por una mano en su cintura. La otra yendo directo a su espalda y haciéndolo arquearse cuando aquel fuego se instaló allí. Jadeando por el calor de aquella palma.—No me respondiste.

Respiró, respiró su esencia. El rico olor de su perfume llenando sus pulmones, no sabiendo en qué momento abrió la boca buscando aire. Como si lo invitara a besarlo.

Taehyung gruñó, admirando su boquita.

—Te juro que si no me respondes de una maldita vez, te haré mío aquí y ahora Jeon Jungkook.

Jungkook tragó en seco, sus manos tocando el cuerpo que se encontraba sin darse cuenta pegado al de el contra la meseta de la cocina. Su espalda haciendo un mini arco cuando el frío del mármol fue mucho para el. Buscando el calor del contrario, acariciando el pecho sobre la tela crema de su camisa. Anhelando tocar más allá, levantando su mirada decidido.

—Nadie se lo impide...

Oh.

Y Jungkook ni siquiera sabía la consecuencias de aquellas palabras.

Se viene lo chidoooo.
¡Gracias por su apoyo! ¡Los amo!