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Los días pasaban y Jungkook no se atrevía a pasar palabra con su suegro. Una semana desde aquella vez y Jungkook solo volteaba hacia Taehyung cuando esté necitaba información acerca de alguna reunión o datos sobre alguna persona en común. Ignoraba los mensajes sus mensajes y solo los leía cuando decían que iban a salir.

Y a Taehyung eso lo estaba más que molestado.

Ese niñito se estaba pasando de listo, ¿quién se cree qué es para ignorarlo así?

No es su culpa lo qué pasó, de por si el se dejó, ¿no?

Entonces, los dos eran los culpables, y lo estaba poniendo solo a él de el malo.

Taehyung gruñó, dando un fuerte golpe sobre la mesa donde había dejado su whisky. El vaso cayendo rudamente contra el suelo, asustando a Baekhyung en el proceso.

—¿que pasa?...— susurró el castaño, apagando su cigarrillo en el cenicero de la mesita de al lado. Arreglando las sábanas con las que cubría su cuerpo desnudo.

Taehyung lo miro, relamiéndose los labios molesto.

—no es nada que te incumba.

—solo suéltalo, hace rato estás molesto.— Baekhyung lo miro, soltando una risa baja después, levantándose aún con las sábanas alrededor de su cuerpo, agarrándolas con una sola mano.—me cogiste muy rico en ese estado, lo admito. Pero, eso no quiere decir que no esté preocupado.— rápidamente su mirada cambio, a la misma expresión que había mencionado en lo último. Teniendo cuidado de no pisar los cristales rotos en el suelo.

Dejando caer las sábanas para llevar sus manos al pecho descubierto del mayor, que aún no se había quitado la camisa totalmente. El tintineo de su correa sobre sus pantalones llamándole la antencion. Preguntándose en qué momento Taehyung se había colocado los pantalones, más no se había abrochado el cinturón.

Lo miro, peinándole un poco el cabello desordenado. Su expresión molesta dándole un malestar en el estómago, pero nunca se alejo de él. Continuando su labor en abotonarle los botones de su camisa.

—es por el chico bonito, ¿no? —Taehyung lo miro serio, chasqueando la lengua. Sabía que se estaba metiendo en peligroso terreno.—¿quien es él? Hace mucho no te veía obsesionado con algo...

Y es que no es tanto para no darse cuenta que Taehyung le llamaba la atención el chico bonito. Tenía todo el derecho, el chico es hermoso, un rostro demasiado angelical, más también por ser casi del alto que Taehyung y verse hasta más fuerte que el... pero no le quita lo inocente y tímido que se ve al lado de este hombre.

—es el prometido de mi hija.—Baekhyung abrió la boca, sus manos deteniéndose al darse cuenta de sus pensamientos después de aquella información. Boqueado porqué ahora entendía o creía que entendía todo...

—no puede ser Taehyung... ¿te quieres coger a tu yerno, really?

El nombrado hizo una mueca, moviendo la cabeza en el proceso.

—es una largar historia, no te metas en eso. —Taehyung se alejo de el, tomando otro vaso de cristal y vertiendo el whisky en el. —hace una semana lo masturbé.

Baekhyung boqueó otra vez, gimiendo sorprendiendo mientras tomaba su bata del sofá.

—esto es demasiado para procesar...—dijo sentándose, masajeando su frente con la punta de sus dedos.—Taehyung... ese chico te tiene que ir odiar ahora mismo, ¿o no? ¿Los dos son amantes o algo así?

—no lo somos... por ahora.—el mayor, caminando hacia el más joven, deteniéndose al frente. Su abdomen quedando al frente de su cara, acariciando el cabello de este para continuar hablando mientras con su otra mano sostenía su bebida.— quiero dañarlo, quiero corromperlo. Es demasiado perfecto, no puedo mirarlo sin tener pensamientos impuros de él.

—pero tú hija-

—mi hija no se tiene que enterar.

Baekhyung suspiró, ladeando la cabeza cuando los masajes fueron calmándolo.

—¿cuando lo verás?

Taehyung sonrió, alejándose para tomar un trago.

—hoy.










Se miro en el espejo, un traje pulcro de color negro, debajo una camisa de color blanco. Se suponía que hoy irían a una cena en la casa del señor Choi, haciendo una mueca en el proceso que arreglaba su corbata. Su cabello peinado hacia un lado, dejando las puntas más claras hacia atrás. Dándole un toque más masculino a su rostro suave e inocente.

Tomando su celular de la cama cuando este vibró en un mensaje entrante.

Señor Kim🐻
Baja.

7:45 pm.

Su estómago se revolvió al momento de leer el mensaje. Mordiendo su labio inferior cuando los nervios comenzaron a florecer.

Lo había evitado por toda una semana, hoy no sería la excepción...  solo tenía que seguir del mismo modo.

Jungkook se quejo en voz alta, el pequeño lloriqueo molesto resonando en toda la habitación.

Decidido por fin, salió de la habitación camino hacia lobby.

No supo en qué momento ya se encontraba al lado de su suegro. Este como siempre leyendo o escribiendo cosas en su iPad.

—necesito que hoy te mantengas a mi lado, Jungkook.

Jungkook lo sabía, sabía que no sería tan fácil. Continuó mirando por la ventana, dándole lógica a lo que el hombre decía, ya que siempre que salían se mantenía alejado de él.

—también me gusta que me miren cuando hablo.

Suspiró bajito, cerrando los ojos fuertemente cuando giró hacia su suegro. El hombre que lo miraba con superioridad, llevaba el cabello peinado hacia atrás. Peinado mitad y mitad con un traje azul oscuro, una corbata del mismo color, escondida debajo del chaleco grisáceo bien ajustado a su cuerpo, la camisa azul cielo doblada perfectamente en su cuello... y ese perfume, ¡Dios mío!

ese hombre se veía inalcanzable, ese hombre se veía hermoso, el hombre que lo había besado, el hombre por el cual la noche anterior se automastur-

—¿tienes calor? Estás rojo, Jeon.— Jungkook giró su rostro rápidamente hacia la ventana devuelta, golpeándose mentalmente.

Maldición, maldición, maldición, maldición.

Taehung sonrió, dispuesto a ejecutar su plan de hoy. Volviendo a mirar el documento entre sus manos, halagando al Niño bonito a su lado, el traje le quedaba espectacular.

Siempre admitiendo que Jeon Jungkook era precioso.

































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ᴍɪ ꜱᴜᴇɢʀᴏ-ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora