"La fiesta de Tao"

94 6 1
                                    

Charlie y yo no estábamos acostumbrados a ir a fiestas, la última vez que habíamos ido a una, fue en el cumpleaños de nuestra amiga Elle, quien tuvo la brillante idea de festejarlo con la temática: arte. Pero esta vez, se festejaba el cumpleaños de Tao, y la temática que había elegido era: película antigua. Y a pesar de no haber entendido muy bien, llegamos a la hipótesis de vestirnos de traje, formales y elegantes.

Me encontraba frente al espejo de la habitación de mi novio, él parecía estar entusiasmado con la fiesta, pero mi humor empeoraba cada vez que intentaba acomodar mi cabello con gel. Jamás lo había hecho, y me resultaba muy difícil llegar a peinarme medianamente bien.

—Te ayudo —sugirió Charlie, acercándose a mí al ver que mechón de pelo que peinaba, mechón que se movía segundos después.

Logró acomodar mi pelo con mucha facilidad y paciencia, yo solo me quedé mirándolo a los ojos, encantado por su rostro concentrado.

—Qué haría sin ti —dije en un suspiro una vez que terminó.

Alcé una de sus manos en el aire, y lo obligué a girar sobre su eje. Necesitaba admirar lo hermoso que se veía. Vestía un traje color blanco, con una camisa negra y su corbata, combinaba con el resto de las prendas. El pelo, lo tenia peinado hacia un costado, y en su rostro, se había dibujado un lunar encima del labio superior. Adorable y perturbador, parecía que en unos minutos hubiese cumplido diez años.

—Entonces... ¿está listo para la fiesta Sr. Nelson? —cuestionó el intento de señor.

—¿Usted qué dice, Sr. Nelson? —bromeé, siguiéndole el juego.

Viró los ojos, se dio media vuelta, y salió de la habitación, convencido de que iba a seguir sus pasos. Y tenía razón.

Le molestaba que bromeara sobre el apellido en común que quería que tuviéramos si nos casásemos, así que en cada ocasión que podía bromear al respecto, lo hacía. Me encantaba verlo molesto, siempre que no sea un enojo malo, este tipo de enojos eran buenos porque no lo herían.

Subimos al auto, donde su padre nos estuvo esperando más de quince minutos, y nos fuimos a la fiesta.

El lugar, era hermoso, un salón lejos de donde todo nuestro círculo social vivía. Se veía todo hacia el interior, ya que sus paredes eran ventanales gigantes de cristal. La decoración era difícil de entender, porque habían cosas que parecían ser de la antigua grecia, otras romanas, egipcias, y algunas se veían bastante modernas. Mucha gente estaba entrando por la puerta principal, y nosotros al dirigirnos hacia ese lugar, notamos que la variedad de disfraces nos estaba abrumando, porque, de todas las cosas que habíamos percibido, todas coincidían con esos disfraces.

—Espero no ser los únicos en vestir así... —dije preocupado. Mi rostro comenzaba a cambiar de semblante con cada paso que dábamos.

—Lo mismo digo —habló Charlie, apretando mi mano, la cual no dejaba de sostener.

Nos adentramos del todo en el lugar, y el caos que manejaba el DJ con sus canciones de múltiple estilo, era acorde a la locura de las personas que las bailaban. La mayoría de ellas estaban en la pista de baile, y el resto en la barra de tragos. No tenía la pinta de ser una fiesta muy sana.

—¿Alcohol? —susurró Charlie. Me pareció un susurro porque apenas pude escucharlo con el ruido de la música.

—Este chico enloqueció —le respondí. Sonriendo de la sorpresa.

Charlie se mostraba algo preocupado, pero sabía que era porque no estaba entendiendo muy bien todo lo que estaba percibiendo.

Logramos localizar a Elle, quien hablaba con sus amigos de la escuela de arte mientras sostenía un vaso en su mano. Algo que hizo que mi novio me llevara a las corridas hacia donde estaba nuestra amiga.

Heartstopper - Historias brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora