"No eres así, Elle."

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Tao.

Esperaba a en la puerta de Higgs a que Elle me iluminara el nubloso y gris día que estaba haciendo. Le tenía una sorpresa preparada que se trataba de un almuerzo en el parque. Obviamente no lo elaboré como ella suele hacer cada vez que se trata de compartir comida, simplemente compré comida china y jugo multifrutas que, ojalá, la combinación no le desagrade en lo absoluto.

Desde que hago esto de venir a esperarla a la salida de clases he notado que siempre apura sus pasos cada vez que me ve. Desearía pensar solamente en la posibilidad de que sea solamente por el entusiasmo de volver a verme, pero los nervios en ella se reflejaban más en una incomodidad que aún sigo sin entender el motivo.

Me había acercado más a los establecimientos del lugar en esta ocasión, ubicándome casi en la puerta principal. Y Elle notó al instante mi presencia cuando estaba saliendo con sus amigas.

—¡Hey! —grité. Le regalé una sonrisa enorme y a sus amigas un saludo con la mano.

Darcy y Tara correspondieron mi saludo con el mismo gesto que el mío, y se alejaron segundos después hablando entre ellas a las risas. Elle, venía sola caminando hacia mí y es allí cuando comenzó a apurar sus pasos nuevamente.

—Te entrañé mucho hoy... —me confesó cuando llegó a mi lado.

Aún se nos hacía un poco raro saludarnos con un beso en los labios luego de ser mejores amigos durante mucho tiempo, pero al final sabíamos que no nos quedaba más opciones que acostumbrarnos. Pero esta vez, Elle me saludó con un beso en la mejilla,  un acto que me pareció extraño después de haber hablado al respecto hace unos días y ponerlo en práctica.

—¿Está todo bien?

Mi pregunta no la tomó por sorpresa, y su rostro había ausentado toda luz que siempre acostumbraba tener. Algo malo definitivamente sucedía.

—Hoy en el recreo, algunas chicas me han estado preguntando cosas que me han incomodado bastante ¿sabes? —confesó. Mantuvo su semblante serio mientras continuaba hablando. —Jamás me habían dirigido la palabra y de repente tienen interés en charlar conmigo. ¡Y de qué manera!

Me mantuve serio y tranquilo a pesar de estallar por dentro. Ser una persona con poco autocontrol como yo en momento así no era una agradable experiencia.

Me limité a caminar junto a ella camino al parque como habíamos quedado desde la mañana.

—¿Qué te han preguntado? ¿Cómo te sientes?

—Nada bastante cruel, solamente cotilleos que ni siquiera a mi mente se le había ocurrido preguntar. ¡No te preocupes!

Sabía que en su respuesta había una mentira oculta, pero mi alma protectora solamente quería volver a ver esa luz particular en el rostro de mi hermosa novia.

Cuando estábamos por llegar al parque, nos detuvieron risas que se escucharon a nuestras espaldas. Cuando ambos miramos de quienes provenían, nos sorprendimos al notar que eran de tres chicas que vestían el mismo uniforme que Elle.

Las risas, eran provocadas por esta maravillosa pareja feliz, y fue fácil saberlo por sus pocas capacidades de disimulo, pero difícil entender el porqué.

—¡¿Acaso les divertimos?! ¡Cuenten el chiste así nos reímos todos! —les grité. Habían quedado petrificadas de la sorpresa.

—¡Tao, no! ¡Sigamos caminando! —incitó Elle, arrastrándome del brazo para evitar la incómoda situación.

Las chicas volvieron a reírse nuevamente, pero esta vez más suave. Sus pasos no volvieron a avanzar en nuestra dirección, un indicio de que plantarles cara no era un problema para mí.

Por un momento observé el rostro de mi novia, el cual estaba recuperando un poco de alegría. Fue en ese momento donde descubrí quienes eran las desconocidas chismosas. Así que miré nuevamente hacia atrás para gritarles una última vez.

—¡Si quieren averiguar qué se siente tener una hermosa relación y que te quieran tal y como son, búsquense un novio y ya!

Los pasos de las intrusas retrocedieron segundos después como respuesta, y sus rostros asimilaban toda la vergüenza que sentían de sí mismas.

Elle y yo reímos al unísono mientras llegábamos al parque y nos adentrábamos en el. Tenía la suerte de tener una persona a mi lado igual de comprensiva, y entender que actuar de esa forma era un poco necesario para ella no fue difícil.

Nos sentamos en el césped y comencé a sacar el almuerzo de mi mochila con cuidado. Al notar la inesperada acción, Elle me abrazó fuerte y me besó en los labios con delicadeza.

—Eres muy especial para mí, Tao.

Sus palabras rebotaron en mi mente haciéndome sentir el ser más maravilloso del mundo.

—También eres muy especial para mí, cariño.

Luego de comenzar a comer, por un instante volví a notar su rostro preocupado. Y, sinceramente, desde que declaré protegerla de todo lo malo, en todo lo que estuviese a mi alcance, no iba a volver a permitir que se sintiera triste por cosas que no valían la pena. Así que me detuve, y comencé a hablarle lo que mi corazón me dictaba.

—Elle... no me importa lo que hayan preguntado esas personas sobre nosotros. Y sé que a ti sí, pero tampoco debería importarte. Eres la persona más fuerte, valiente y especial que conocí en la vida. Por eso estoy completamente enamorado de ti. Nada, ni nadie, va a hacerme dudar de nosotros. Porque quererte a ti, es lo que me ha hecho sentir completamente vivo desde que conocí.

Quería seguir hablando, pero unos labios detuvieron los míos en un prolongado beso. Había sido una positiva respuesta ante mis palabras hacia ella.

—Jamás dudaré de nosotros, Tao. Eres y serás lo mejor de toda mi existencia.

Y fue allí, luego de sus rápidas catorce palabras, cuando se nos comenzó a borrar la mirada de complicidad por las lágrimas de felicidad.

Heartstopper - Historias brevesWhere stories live. Discover now