"Podemos enamorarnos más."

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Cuando el paso lento de Charlie parecía aminorar su velocidad con el pasar del tiempo, supe que estaba muy nervioso. No lograba entender el motivo, y me preocupaba que no estuviese disfrutando del momento al igual que yo.

Nos encontrábamos yendo a un hermoso parque lejos de la universidad, donde se supone que los estudiantes van para despejar su mente al final de la dura semana académica. Sus colores, eran muy vivos, como si cada uno de ellos fuese pintado de gusto para un excelente placer visual. El césped, del mismo largo en todas partes, perfectamente corto y de un brillante verde. Los árboles, con su diferencia de altitud y en poca presencia, eran los que le daban la mejor vista a todo el lugar.

Se podía observar todo el parque desde antes de llegar, a bastantes metros, y a pesar de haber juventud que disfrutaba su estadía en él, la emoción por compartir una hermosa tarde con mi novio aumentaba cada vez que nos acercábamos más.

Al llegar, noté la respiración acelerada de Charlie, quien tenía una mirada de cachorrito que me destruyó por completo.

—¿Te sientes bien? —pregunté, llevando mi boca a la suya para darle un corto beso.

—Este lugar es hermoso... —dijo, omitiendo la respuesta a la pregunta —, ojalá no sea como casi todos los parques.

Arqueé una de mis cejas, entendiendo la referencia, y planté otro de mis inesperados besos en su boca, en un intento de calmar aquella posible tormenta que se estaba avecinando en la mente de mi novio.

Charlie puso los ojos en blanco, sonriendo por mi segundo beso en menos de cinco minutos. Algo que nunca fallaba ya que le causaba gracia que sea meloso.

—Nadie va a meterse con nosotros... —afirmé—, y si lo hacen, sacarán un pase urgente al cirujano plástico para una hundida de cara.

Ambos reímos, sabiendo que ninguno de los dos era capaz de ejercer violencia alguna. También, porque la parte de protegerlo de todo aquello que antes le hacía mal, era en serio.

—A ver... —me di media vuelta, en una de las entradas del parque donde nos ubicábamos, e hice una mueca de disgusto.

—¿Qué pasa?

—Párate aquí —ordené, moviendo su cuerpo a donde el mío estaba antes, y alejándome unos metros.

—¿Qué haces Nick? —preguntó confundido Charlie, escondiendo sus manos en la espalda.

Me puse de rodillas, e imité una cámara con mis manos, y luego miré a través de ellas, intentando enfocar a mi novio, que opacaba el hermoso fondo con su belleza.

—¡Perfecto! ¡Ahora sí es el lugar más hermoso que he visitado! —grité, parándome y volviendo al lado de mi novio.

Charlie sonreía de oreja a oreja, el resultado que esperaba luego de emplear mis tonterías.

—¿Por qué no sacaste una foto real con tu celular? —cuestionó Charlie, mientras entrelazaba mi mano y comenzaba a caminar a mi lado.

—¿Crees que olvidé hacer eso? —dije haciéndome el ofendido. Quité mi celular del bolsillo de mi camisa, y le mostré la hermosa foto que esperaba tener suerte conseguir al no prestar atención al enfoque. Cuando ambos la vimos, sonreímos atontados. Charlie por verme atontado, y yo por mi nuevo fondo de pantalla favorito.

Seguimos caminando, observando con admiración todo el parque, saludando a quienes conocíamos, y parando algunas veces para sacarnos fotos juntos. El rostro de Charlie, gracias al universo ya todo lo que haya ayudado, había cambiado su expresión, se le notaba feliz. Y por ende, yo también lo estaba.

—¡Tengo una idea! —grita Charlie, frenando la caminata de golpe y mirándome con ojos gigantes.

—Dime...

Heartstopper - Historias brevesWhere stories live. Discover now