Capítulo 14

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Al terminar el almuerzo, Rhaenyra le pidió a su hija que tomaran el té juntas y esta aceptó mientras que su esposo fue requerido por su abuelo.

Al tocar la puerta del despacho de la mano se escuchó un adelante por parte del hombre mayor y el príncipe se adentró en la estancia sin hablar pues podía intuir para que había sido llamado.

- Pase - habló el mayor Hightower que al ver a su nieto se levantó de su asiento - querido Aemond me alegro de verte - habló tomando los hombros del de cabellos plateados.

- ¿Qué necesitas, abuelo? - interrogó el príncipe con sospecha.

- Tan directo como siempre - comentó Otto tomando algo que había tras su escritorio.

- ¿Qué haces con eso? - preguntó con enfado el Targaryen al ver que lo que tenía su abuelo entre sus manos eran las sábanas de su lecho matrimonial y las identificó por la mancha de sangre que tenían, siendo la prueba de que había consumado el matrimonio.

- Estoy orgulloso de ti, hicisteis lo que os dije - habló tranquilo pero Aemond le arrebató las telas de sus manos y las arrojó a la chimenea. No quería que algo de Aemma estuviera tan cerca de la mano.

- No lo hice por ti - dijo con rostro sombrío.

- Tranquilízate Aemond, mientras que hagáis lo que digo a tu querida princesa no le ocurrirá nada malo - contestó a su nieto con una sonrisa.

Otto Hightower tenía en la palma de su mano a Aemma y sabía que era la manera más fácil de manipular al príncipe.

De mientras en otra parte de la fortaleza, más específicamente en los jardines, la familia de la princesa heredera disfrutaban animadamente de un té.

- Espero que Aemond te tratara con respeto - habló serio Daemon siendo regañado por su esposa.

- Así fue - respondió con un leve sonrojo en sus mejillas provocando la molestia de sus hermanos.

- Si te llega a hacer algo, Vermax lo quemará vivo - sentenció Jacareys.

- Y Arrax también - secundó el menor que quería proteger a su hermana.

- No hará falta, hermanos, aunque Aemond no se comportó bien en el pasado creo que ahora será diferente - expresó la princesa con una sonrisa.

- ¿Cómo se siente estar casada? ¿Es diferente? - interrogó Rhaena curiosa mientras su hermana rodaba los ojos.

- Me siento igual, tal vez con el tiempo las cosas cambien pero por ahora me siento bien con Aemond - respondió la princesa.

- Me alegro de que así sea - comentó Rhaenyra tomando la mano de su hija - sabes que siempre podrás contar con nosotros - dijo con una sonrisa y Aemma miró a todos los de la mesa que la miraban felices.

- Os echaré de menos - se escapó de sus labios sin evitarlo. Sabía que ahora al ser esposa de Aemond debía permanecer a su lado.

- Vendremos a visitarte, ya sabes que Rocadragón está cerca - habló Baela con seguridad.

- Por cierto, debo... - habló la princesa heredera mirando a su esposo cómplice - debemos daros una buena noticia.

Todos los hijos de los príncipes los miraron expectantes y al ver que una mano de Daemon se posaba en el vientre de Rhaenyra todos exclamaron alegres.

- Que alegría - habló Jace.

- Un nuevo hermano - dijo Luke con emoción.

- O hermana - contradijo Rhaena efusiva.

- Sea niño o niña lo amaremos igual - comentó Aemma con una gran sonrisa.

- Exactamente hermana, lo importante es que nazca bien - la apoyó Baela poniendo una mano sobre su hombro.

- Por eso debemos de volver a Rocadragón, para que vuestra madre pueda tener un embarazo pacífico, lejos de las víboras - sentenció el príncipe canalla.

- ¿Cuándo partiréis? - cuestionó Aemma un poco menos animada al saber que su familia se iría, pero lo comprendía, sabía que en Desembarco del Rey su madre no era feliz.

- Mañana al alba para llegar a casa antes del anochecer - explicó Rhaenyra.

Aemma caminaba por los pasillos de la fortaleza acompañada de Jon.

- Princesa - la llamó el guardia haciendo que se girara - imagino que lo sabrá - comenzó a decir - pero prometo protegerla siempre.

La joven entendió perfectamente a lo que se refería. Había estado presente en la charla con su familia y al haber escuchado que este lugar era un nido de víboras sabía que ahora debía de vigilar a los enemigos que podían atentar contra su seguridad.

- Muchas gracias Ser, sabéis que para mí sois más que mi guardaespaldas ¿no? - interrogó con una sonrisa que caldeó el pecho del joven.

- A partir de ahora, Jon Grover entrenará junto a vosotros para convertirse en caballero - explicó Daemon a los jóvenes príncipes y princesas que ya entrenaban todos juntos.

- Es un placer conocer a sus altezas - se inclinó nervioso el joven adolescente de cabellos oscuros y mirada fría. Como muchos dirían, un norteño de pies a cabeza.

- Por favor no nos trates de príncipes, de ahora en adelante somos compañeros de entrenamiento - dijo Jacaerys extendiendo su mano en señal de cercanía y el muchacho, ahora más tranquilo sonrió.

Las primeras semanas fueron duras para el joven debido a que los príncipes Jace y Luke y las princesas Aemma y Baela se notaban que ya llevaban tiempo entrenando con Daemon y tenían un dominio de combate avanzado para su edad, puesto que el príncipe canalla no daba tregua.

La primera vez que combatió contra alguien fue con la princesa a la que muchos comenzaban a apodar "La Nueva Delicia del Reino" . Ese apodo fue dado por su belleza y parecido con su madre aunque otros muchos, más mayores, decían que el parecido era con su abuela, con la que compartía nombre. Jon se enamoró de ella a primera vista como otros muchos, pero quedó prendado cuando vio que no era una simple princesa caprichosa, si no que quería aprender a combatir como los hombres y proteger a los suyos, cualidad la cual los norteños valoraban.

La princesa no era extremadamente fuerte, pero sí veloz y ágil. En el combate Jon consiguió derribarla, pero ella se levantó impulsándose con sus piernas y alzando su torso, sorprendiendo al joven norteño y sin tiempo de reacción lo acorraló. La observó irse junto a sus hermanos y su deseo desde ese entonces fue que la superaría algún día y la protegería. No quería que aquel ser de luz fuera dañado por nadie y daría lo que fuera por mantenerla a salvo, ya sea así, su vida.

Su entrenamiento finalizó al cumplir dieciséis años, por lo que debía partir al Norte junto a su familia.

- Ser Jon Grover, ¿Aceptarías ser el guardia personal de la princesa Aemma? - interrogó la princesa de Rocadragón en el salón principal en el cual solo estaban Rhaenyra, Daemon y él.

- Mi princesa, sería uno de mis mayores deseos pero no creo ser digno - respondió hincando la rodilla en el suelo y bajando su mirada.

- La amas y sabemos que tu lealtad estará con ella - habló el que había sido su maestro en los últimos años - pero como hombre debo decirte que si te atreves a hacer algo en contra de ella, aunque sea lo mínimo, acabaré yo mismo con tu vida - amenazó el de cabellos plateados y el príncipe asintió contento de no tener que separarse de la princesa.

Ser Jon sabía perfectamente que el corazón de su amada pertenecía a otro, pero lo que sí sabía es que él siempre la amaría, ya fuera como amiga o princesa.

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⏰ Last updated: Apr 30 ⏰

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Dragon's  Blood [Aemond Targaryen]Where stories live. Discover now