Fairy Tail: Shinigami (2)

Capítulo 261

[Adam C. POV]

[Veinte minutos después.]

Encontrar a Selene había sido fácil, y sorprendentemente, hablar con ella también había sido fácil, quiero decir, seguro, me llevó veinte minutos averiguar cómo, pero aún así lo hice. Aparentemente, cuando se mezclaron con la magia de la proyección, mis All Seeing-Eyes eran todo un dispositivo de comunicación, dado que no era el mejor en magia de proyección, por lo que se necesitaron algunos intentos para hacerlo, pero el resultado fue mejor de lo que había anticipado.

Selene, afortunadamente, aceptó venir, así que ahora todo lo que quedaba era devolver a mi familia a Fiore.

"Adam..." Erza comenzó, su voz atada de preocupación cuando se acercaba a mí. "¿Qué está pasando? Primero vienes a luchar esta guerra sin nosotros, y ahora... nos estás diciendo que volvamos a casa, y puede que no vuelvas".

Podía sentir que su presión espiritual aumentaba en ira, preocupación y miedo.

Sonreí suavemente, me impresionó de todo corazón, ella se había vuelto bastante fuerte en un período de tiempo tan corto. Ya Captain Level, y sin un Bankai, eso no fue poca cosa. Y no era solo ella, sino también todos los demás, su fuerza había aumentado exponencialmente, aunque su cambio en cuestión había sido el más grande.

Ella se había convertido en una Shinigami... solo para ahorrarme el dolor de ver a todos los que he amado, envejecer y morir. Y ahora, estaba sentenciando a ese mismo destino, dejándola en paz.

"El Rey del Alma quiere matarme a mí, y a Yhwach", dije, mirando al cielo, plenamente consciente de que el bastardo probablemente nos estaba mirando ahora mismo. "Si me voy contigo, con todos, él me seguirá".

"¿Qué garantía tenemos de que vendrá a por ti? O para el caso, ¿qué garantía tenemos de que no vendrá a Tierra después de... matarte?" La voz de Erza se rompió con el peso de sus emociones, una mezcla de desesperación y determinación, mientras las lágrimas corrieron por sus ojos. "Prometiste que no volverías a hacer esto, prometiste que pelearíamos juntos en cualquier otra cosa que se nos presente".

"Hice", respondí, dando palmaditas en la cabeza. "Llámame mentiroso si quieres, pero tienes que entender que no podré... d- darlo todo, si no siento que mi familia está a salvo".

"¿Hay algo que podamos hacer?" Gildarts preguntó, dando un paso adelante con su habitual preocupación áspera.

"Para ser totalmente honesto, ni siquiera creo que haya algo que pueda hacer", me reí, una risa seca y sin humor. "Pero haré todo lo posible, al estilo Fairy Tail". Es decir, ir a lo grande o ir a casa.

"Prométeme que volverás con nosotros", suplicó Erza, su voz apenas más que un susurro ahora. "Prométeme que no me dejarás enfrentar solo a la eternidad".

"Lo prometo", sonreí, sabiendo muy bien... Estaba mintiendo.

Cuando esas palabras salían de mi boca, el aire de la habitación cambió de repente, cargado con una tensión eléctrica que atraviesa la atmósfera como un cuchillo a través del corazón. Seguido de la presión espiritual más oscura que había sentido en mi vida, la presencia de un ser parecido a Hollow, que superó con creces cualquier Arrancar que hubiera sentido.

Al darme la vuelta, eché un breve vistazo a algo que descendía hacia mí. Una hoja de aspecto extraño de blanco puro, casi brillante, con manchas negras en ella.

"Ikomikidomoe", murmuré en la realización, a pesar de que esta era la primera vez que veía esta hoja, sin embargo... a pesar de esto, una parte de mí estaba completamente segura de que... cosa, era Ikomikidomoe.

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[Adam C. POV]

Con todos de vuelta en Fiore, y Selene asegurándose de que no volvieran, agarré

Ikomikidomoe, podía sentir su ira... su hambre, y más.

El hueco dentro de la hoja amenazaba con consumirme, de devorar mi alma, de destruirme. Fue casi irónico, al ver que era lo suficientemente similar a un Zanpakuto normal, lo que significa que antes de usar la hoja y el poder que podía ejercer, tenías que someter el espíritu interior a tu voluntad.

Normalmente, este es un proceso que lleva algún tiempo, pero el tiempo no era algo que yo tenía.

Así que era hora de acelerar todo esto.

Cerrando los ojos, me centré en mi alma, a medida que el mundo que me rodeaba, disolviéndome en un vórtice de colores y sonidos arremolinados. Hasta que ya no estaba en la Sociedad del Alma, sino en un lugar que era a la vez familiar y extranjero, mi mundo interior.

El paisaje era un páramo crudo y desolado, que reflejaba la agitación dentro de mí.

De pie frente a mí estaba Ikomikidomoe, su forma ya no es la de una mera hoja, sino un Hollow imponente y amenazante. Sus ojos ardieron con una luz feroz y depredadora, y su presencia dominó el espacio, una fuerza tangible de poder crudo y desenfrenado.

"Eres más feo de lo que me imaginaba", dije, sonriendo al Hollow.

Roring, el Hollow se acargó, sus movimientos un desenfoque de velocidad y poder, de naturaleza animal. Esquité, evitando por poco sus garras afiladas, sintiendo la ráfagica del aire mientras pasaban a centímetros de mi cara. Sonriendo, contrarresté su avance, mis golpes precisos y calculados, pero parecían tener poco efecto en el Hollow.

Tuve que admitirlo.

Era fuerte.

Desafortunadamente para él, yo era más fuerte. Avanzando, me agaché bajo sus garras, y con un movimiento rápido y decisivo, golpeé. El impacto reverberó a través del mundo interior, una onda de choque de energía que sacudió los cimientos de mi conciencia.

Ikomikidomoe se agitó, su forma vacilando bajo la fuerza de mi ataque. Así que, antes de que pudiera recuperarse, seguí presionando, entregando el segundo y último golpe, obligándolo a someterse.

El mundo que nos rodea se calló, la energía tumultuosa se disipó en un silencio tenso. Ikomikidomoe, ahora sometido, me miró con una mirada recién descubierta, su mirada de odio atenuada por un reconocimiento a regañadiente de mi fuerza.

"Me has superado, Shigami", habló The Hollow, su voz un estruendo profundo y resonante que resonaba a través del mundo interior. "Te acepto como mi portador. Pero sabe esto, si alguna vez muestras algún signo de debilidad, devoraré tu alma".

Awww, tengo mi propio blanco. Toma ese Ichigo.