DxD: Terapeuta Multiversal

1 Prólogo I: Maestro masajista

Con mis palabras anteriores, puede que hayas pensado que soy un maestro en mi oficio, y eso no es mentira. En este mundo, no hay nadie que pueda presumir de la capacidad de hacer milagros con sus manos. Dicho esto, no te voy a mentir... No sé qué hacer sobre los masajes.

"Hoy también fue maravilloso, Ray... Ya he depositado el dinero en tu cuenta; nos vemos el mes que viene. ¿Tienes más reservas hoy?"

"Ninguna en absoluto, amigo mío. El año acaba de empezar, y quiero tomármelo con calma... Sé que tienes un concierto mañana; estaré allí".

Llevó su yo afeminado y dejó mi ático en Los Ángeles de esa manera. Revisé mi cuenta bancaria. Quinientos mil dólares por una sesión de media hora de frotamiento con los dedos.

Sí, soy un maestro masajista.

"Dije que iría a su concierto, pero..."

No tengo ninguna intención de ir; puedo atenerme perfectamente a mi horario, y cuando se trata de explicar, solo diré que tuve un cliente improvisado. Siempre funciona.

Lo que pasa con los milagros es que... no tienen una explicación. Nací con estas manos milagrosas, y ellos simplemente hacen su trabajo. He estudiado todas las técnicas y todo tipo de masajes. Eléctrico, magnético, acupuntura... todas las formas de tratar el cuerpo y la piel. Independientemente de mi conocimiento, los milagros todavía ocurren, así que me di por vencido.

Todo comenzó hace aproximadamente veinticinco años, cuando estaba en la universidad en Queens. Le estaba dando un masaje a mi entonces novia, Anna.

La quería bastante a pesar de que era molesta; fue mi primera chica. Muy leal y tradicional... en ese momento, nunca podría saber lo malvado que era el mundo. Estábamos estudiando derecho, y ella tenía un problema llamado escoliosis, que implica que su columna vertebral esté anormalmente retorcida. Ella sufría dolores con frecuencia e incluso tuvo que someterse a una cirugía, pero nada parecía estar funcionando.

Siempre he sido muy hábil con mis manos; mi caligrafía es de primera categoría, y gané varios concursos cuando era niño. Soy genial lanzando la pelota; mis padres siempre me decían que podía jugar al béisbol o a cualquier otro deporte, pero no me interesaba. Cuando conocí a Anna en la escuela secundaria, decidimos estudiar derecho, así que la seguí. De todos modos, volviendo al tema, me sentía muy mal por ella, así que decidí darle un masaje, solo tratando de mostrarle algo de apoyo de novio allí.

Por desgracia, al día siguiente se despertó diciéndome que se sentía mucho mejor. No pensamos mucho en ello... hasta que fue al médico para hacerse un chequeo de rutina.

Su escoliosis había desaparecido.

Ambos siempre hemos sido muy escépticos; simplemente no había manera o eso pensé. Continuando... esa perra me engañó. ¿Te lo puedes creer? Quiero decir, yo también la estaba engañando, pero la descubrieron primero, así que eso es por ella. Sin embargo, este curso de los acontecimientos me hizo darme cuenta de que mi vida no estaba siguiendo el camino correcto. Ni siquiera me interesaba mucho el derecho... así que lo dejé todo.

Mi vida fue un desastre, que culminó con un accidente; fui atropellado por un coche. No tenía seguro; mis padres tuvieron que pagar las tarifas, y estaban muy decepcionados conmigo, comprensiblemente. Tengo una fractura en el hueso del muslo que, según el médico, "nunca se recuperaría".

Era el fin de mí; quería morir.

Según él, siempre tendría que caminar como un hombre sin hogar después de que intentara robar a su distribuidor. ¿Qué malas decisiones había tomado en la vida? No estaba en una pandilla; no bebía, no fumaba... y de alguna manera, había terminado con una vida que se parecía al Tyrone común.