8. Patético beso de amor.

61 17 1
                                    

Pov _____________:

Conforme caminaba me aseguraba de que el señor Dark no deambulaba por aquí. Dieval seguía mis pasos, trotando con suavidad.

Cuando me iré, quiero explorar —canté mientras mis manos acariciaban las plantas—, sin importarme cuando volver...al exterior, quiero formar... —alcance una manzana roja de un árbol—, parte de él.

Dieval relinchó. Reí y mire pensativa hacia el cielo.

—Ya sé —guarde la manzana—, esta canción si te gusta.

Dimos con el río que conectaba con todos los pueblos de la Isla, ambos nos acercamos al precioso caudal, mire mi reflejo y después aprecie el reflejo de Dieval.

Sonreí y abracé su nuca.

Quién es quien veo ahí, su mirar fijo en mí —canté sin apartar la vista de ambos, mi fiel corcel aprobó la melodía—, y que en mi reflejo no reconocí. No puedo continuar, esta gran falsedad, ¡cuando en mi reflejo yo...me veré en verdad! —una gota arruinó nuestros reflejos, esparciendo una onda que distorsionó los mismos—, cuando en mi reflejo yo...me veré en...verdad.

Dieval me abrazo con cariño, pegando su cabeza más a mí, reí tratando de apartarlo. Más gotas cayeron sobre nosotros, indicando la lluvia que se había aproximado de repente. Me puse de pie y retomamos nuestra marcha de regreso después de que Dieval se hidrató.

—Ya sé que otra canción te gusta —codeé amistosamente el lomo de mi corcel.

Logré escucharlo bufar.

¡Siempre había una puerta cerrada ante mi! —trotó adelantándose unos pasos. Reí a carcajadas—, ¡Diev!

Tuve que correr para alcanzarlo.

Si se enamoran ¿que remedio habrá?, ¡seremos solo dos! —me desmaye sobre su lomo, caímos sobre el pasto—, ¡tengo que saltar, tomar la ventaja!

Me puse de pie abruptamente cambiando la canción, buscando entre las sombras.

Robar solo lo que sea vital —tomé un par de mangos de otro árbol—, es decir, todo.

Guarde los frutos en mi bolso, baje del árbol con un salto limpio y avance hacia Dieval quién ya estaba acostumbrado a esta parte cantarina mía. Aquella que se burla de las canciones de las princesas de los reinos más populares.

Excepto de Rapunzel, Ryder me odiaría...bueno, tal vez lo hago un poco.

¡Mírate tan frágil como un brote! —abracé el tronco de un árbol, Dieval me miro serio—, un retoño nuevo de una flor, ¿sabes por qué estamos en la torre? —lo miré con inocencia, me aparte del árbol y extendí mis brazos. Invitándolo a acercarse—, ¡sabia es mamá! —ignoró mi actuación. Abrí mi boca sorprendida, siguió adelante—, ¿no?, oh, ahora es así.

Demandé con malicia, siguiéndolo con la mirada. Perdí su melena oscura de vista cuando llegó al punto de partida, me alejé del árbol y revise otros más.

Buscando frutas cuando debería inspeccionar parte del bosque.

—Te maldigo, Merlin —gruñí.

Una suave brisa despeinó mi cabellera, me giré un poco encontrando una pequeña bruma verde.

Toma mi mano...venga ya...¿no saludas a un vil pecador?

Una mano de aquella bruma se posó frente a mí, estire mi mano y ambas manos se unieron.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 24 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Intrépida 《Merlín y tú》 Where stories live. Discover now