Costumbre

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— Recuerdas... ¿la primera vez que venimos aquí? — lo miré.

— Lo recuerdo — volteó a verme —. Ha pasado bastante tiempo desde esa vez.

— Casi un año, o mucho más que eso.

— Casi un año — sonrió — Tal vez un poco más que eso.

— Quizá estoy acostumbrándome demasiado — dije mientras sentía como el viento me daba en la cara — ¿Estaría bien si em acostumbrara demasiado a ti?

— Si eso quieres — sujetó mi mano con una poco más de fuerza —. A mí me encantaría.

— ¿Pero no te cansarías? — volví a mirarlo.

— No lo haría — dijo con una sonrisa —. Es agradable como estamos ahora, a lo único que no me gustaría acostumbrarme es a que te alejaras de mí.

Sonreí y no pude evitar darle un beso en la mejilla, él me tomó de la cintura evitando dejarme ir. Eso siempre me hacía sonreír, su abrazo es muy cálido, me gusta.

Poco después nos fuimos alejando de aquel lugar al que antes habíamos prometido ir como una costumbre, igual que como sucedió con aquellas llamadas, aquellas pequeñas visitas antes de empezar a vivir juntos, como las flores solo porque sí, como aquellas pinturas regadas por doquier y las hojas revueltas en el escritorio. Una costumbre, como lo es ver sus ojos al despertar.

— ¿Te gustaría ir a algún lado? — me preguntó.

— No — mentí.

Él solo me miró y después soltó una risita, es obvio que no me creía, lo miré de reojo y continué.

— Bueno, no por el momento — sonreí —. Estoy bien así, me gusta esto.

— ¿Enserio? — volvió a apretar mi mano con un poco de fuerza —. Creo que me gusta acostumbrarme a esto — murmuró.

— Lo es, me gusta la costumbre de estar junto a ti... es cómodo, lo suficiente como para no querer irme nunca — sonreí —. Aunque a veces... más que una costumbre parece una novedad.

— Para mi es un misterio saber en que momento dirás cosas como esa.

— ¿Como cuál? — lo miré mientras sonreía ampliamente.

— Ven aquí — me atrajo hacia él.

— ¿Sucede algo?

— No — me miró —. Solo quería ver tus ojos.

— ¿Por qué?

— ¿No puedo? — arqueó una ceja.

— Solo quiero llevarte la contraria — solté.

— Lo sé — dijo mientras una sonrisa se formaba en su rostro —. Puedo darme cuenta de eso.

— ¿Enserio? — entrelacé mis manos alrededor de su cintura — ¿De qué más puedes darte cuenta?

— No te diré — sonrió ampliamente —. Quiero guardarme eso para mí.

— Que deseo tan egoísta.

— Soy egoísta — sus ojos y los míos se miraba fijamente —. En especial si se trata de ti.

— Entonces los dos somos unos egoístas — le sonreí.

Volvió a besarme y no me dejó ir por un largo rato, pasaron varios minutos hasta que después de un rato, seguimos nuestro camino. Él me tomaba de la mano y yo me negaba a soltarlo, no quise soltarlo aún cuando llegamos a casa.

— Vamos a algún lugar — le dije mientras ambos mirábamos por la ventana.

— ¿A dónde quieres ir?

— Te lo diré después — sonreí.

— Quiero saberlo ahora — me abrazó.

— Te lo diré mañana.

— ¿Y por qué no hoy?

— Lo pensaré mañana.

Hansel me abrazó con más fuerza, sonreí, me gustaba ese momento, mientras mirábamos la luna desde la ventana, pensaba que me gustaría estar así por siempre. Me gustaba esto, quería acostumbrarme tanto a esto, lo suficiente como para recordarlo hasta ser un hecho involuntario.

Quería seguir acostumbrándome a sus cálidos brazos, a ver sus ojos al despertar, regalarnos flores de vez en cuando y sin ningún motivo, cocinar juntos los fines de semana, a aquellas charlas interminables, las salidas y los viajes espontáneos, enterarnos de algún detalle del otro, a nuestras pésimas costumbres, así como aquellos hábitos que no podemos dejar, quiero acostumbrarme a todo.

Quiero acostumbrarme a eso y a mucho más, miré sus ojos y esa sonrisa, fue en ese momento en el que supe que quería acostumbrarme a todo junto a él, volver a vivir mi historia junto a él, y si se pudiera, ¿por qué no?, enamorarme incansablemente aún hasta llegar a la siguiente vida. Fue en ese momento cuando me enteré que la palabra te amo, no era suficiente para expresar lo que siento, y si así fuera, tendría que repetirla millones de veces, y muchas más para expresar todo, y estoy consiente de que aún así, no bastaría «Quiero acostumbrarme a todo de ti, desde el inicio hasta el final»

Te Espero en mi Próxima VidaWhere stories live. Discover now