Jugando por tu amor | | Venus x Tierra x Marte

Capítulo 3

“Todo el mundo te odiaba
Y algunos siguen haciéndolo
Pero, igual a antes,
Seguiré siguiéndote”
-Venus.

Corría rápidamente detrás de Mercurio tratando de alcanzarlo, había tomado algo que no era suyo y ahora lo haría pagar por ello. Claramente el pequeño planeta no quería morir, así que seguía corriendo sin soltar la carta entre sus manos hasta que casi choco contra un planeta con vida que justo en ese momento lo detuvo con ayuda de su gravedad.

—¡Wow! ¡Wow! ¡Tranquilo velociraptor! ¿Por qué estás corriendo?

Mercurio miró al planeta recordando todo lo que me había hecho y dicho, por lo que solo dio con alejarse de él para seguir escapando de Venus, cosa que no le resulto. Tierra seguía sujetándolo para que no saliera corriendo.

—¿Qué es lo que tienes en tus manos?

—No te importa —contesto Mercurio con molestia.

—¡Tranquilo! ¡No se necesita ponerse agresivo! Solo intento ayudarte.

—¿Ayudar? Ja, no soy tan estúpido para creer eso, es como cuando dijiste que querías "disculparte".

—Ah, eso si dolió un poco...

El planeta terrenal le miró durante unos segundos antes de suspirar y soltarlo. Cosa que sorprendió a Mercurio, ¿Podía ser que en verdad estaba intentando cambiar? Negó con la cabeza de manera rápida. Eso no importaba ahora.

—Oye, planeta egocéntrico —Le llamó con seriedad—. Te perdonaré si me ayudas a esconderme de Venus.

—¿Lo que tienes en manos es de Venus?

—¡Eso no importa en este momento!

Tierra solo suspiró para posicionarse frente a Mercurio así impidiendo que Venus lo viera. Hablando de la diosa de la belleza. Venus llegó al lugar después de unos segundos con un ceño fruncido y cansado pero todo lo que tuvo que correr. No encontraba al Plutón segundo por ningún lugar, y era completamente necesario para él quitarle la carta que tenía en sus manos. Su vista se detuvo en el planeta Tierra, el cual le estaba observando confundido y algo preocupado por como habia llegado.

—¿Te encuentras bien? —pregunto.

—Ah.. —Trago saliva para darse cuenta que se había quedado mirándolo durante unos largos segundos—. ¡S-Si! ¡Claro que estoy bien! ¡¿Acaso no me ves bien?! —Río de una manera exagerada que le hizo sentir estúpido.

—Y... —El silencio estaba siendo algo incómodo, y más al tener a un pequeño planeta detrás de él—. ¿Que buscabas?

—¡Nada importante! ¡Solo una pequeña cosa que me robó Mer-culo!

Mercurio le miró desde su escondite con el ceño fruncido apunto de salir para enfrentarlo, pero recordó justo el porqué estaba escondido, por lo que tomo la carta con cuidado de no hacer ningún sonido mientras la abría para leer el interior. Como, según Venus, no era nada importante, entonces no le importaría que lo leyera.

—¿Y qué haces aquí?

—Venus, está es mi órbita.

—(Mierd*) ¡Si, si, lo sé! ¡Digo que si estás haciendo algo importante!

La conversación de aquellos dos planetas no le importaba mucho en ese momento, ni en ningún otro, lo más interesante era lo que estaba escrito en esa pequeña hoja blanca, la extraña buena caligrafía que Venus tenía, la decoración, el dibujo de la punta inferior izquierda de dos planetas con un corazón en el centro, y lo que estaba escrito, que parecía ser...¡¿Un poema de amor?!

—¡-! —Se cubrió la boca con la hoja al darse cuenta que casi lo gritaba al espacio.

Era sorprendente, por esto Venus no quería que nadie lo tuviera. Él...¡Venus estaba enamorado! ¡Y de nadie más que de Tierra! Dios...No se imaginaba como sería esa relación, ¿Acaso se podía tener una relación entre planetas? Después le preguntaría a Júpiter o a Saturno, lo más importante era pensar en ello. Con más razón no tenían que atraparlo, si eso salía a la luz sería un buen chisme, pero...¿En serio sería bueno tomar ese momento para molestar a Venus y Tierra? Si bien ambos le trataron mal, aún así no debía ser lo mas maduro el vengarse. Además...Tierra se había disculpado. Miró por última vez el papel antes de suspirar. Esperaba no equivocarse con su decisión.

—¡A-Ahh! —Salio rodando de detrás de Tierra para casi chocar con Venus. El cual le quedó mirando no muy contento—. ¡V-Venus! —Cerro los ojos esperando algún golpe de su parte, pero lo único que recibió fue que le quitarán la hoja mientras que Venus se iba molesto.

¿Que bicho le había picado?
A si, el bicho del amor.
Nunca se acostumbraría a ese Venus.

—Y...¿Me vas a decir que le robaste?

Mercurio le miró durante unos segundos antes de salir corriendo como nunca antes, dejando a un Tierra confundido por lo que había sucedido.