Parte 30 Horror

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Hace unos minutos había dejado de llorar, tenía mis ojos fijos en la nada. En el obscuro sótano hacia frio, mucho frio o quizás estaba sensible al ambiente debido a mi estado de desnudes superior. Mi cuerpo temblaba liberadamente ya que sentía como el frio de la noche quizás, carcomía mi cuerpo poco tibio. Entonces pensé en que si era de noche quizás las estrellas brillarían con intensidad y muy posiblemente mi mama las estaría mirando mientras le pedía a Dios mediante una oración que me liberaran.

Y de la nada recordé una canción de cuna que siempre me cantaba mi mama en las noches que no podía dormir y sin más me dispuse a cantarla en voz baja y débil de tal manera que solo yo podía escuchar.

-si sientes frio y hay mucha niebla, si las estrellas esconden su brillo. Si... mi princesa, perdió su castillo jugando en la arena solo recuerda yo voy contigo...-sentí como mi voz estaba carente de vida, carente de ánimo y como sentía poco a poco se formaba un nudo en mi garganta- te abrazare, cuando te sientas sola. Te enseñare como cruzar las olas, te cuidare si estas dormida- cuanto daría por estar en mi casa, porque todo estuviese normal. Por ver a mi madre, por estar con Mathias. Quería que me abrazara y sentir su calor-... te encenderé una luz en la mirada para que nunca te de miedo nada y vuelvas a soñar tranquila...

El recuerdo de esa canción me hizo llorar en silencio por un largo tiempo.

Hace ya un rato había despertado, no supe exactamente en qué momento me había quedado dormida luego de tararear la canción que mi madre me había enseñado, pero desperté y supongo que ya era de mañana el día en el que según esos sujetos harían el trato para liberarme de esta prisión. Solo pedía a Dios una cosa, que Mathias estuviese bien y que no asistiera a mi rescate, no podría soportar que algo le pasara. En estos momentos

Estaba aturdida, adolorida y asqueada. Extrañaba mi hogar, a mi mama en especial.

Mi mamá...

Cuanto la necesitaba en estos momentos... daría lo que fuera por estar a su lado, por sentir un abrazo de su parte, entonces un pequeño recuerdo vino a mi mete de forma rápida.

-te adoro.- me dice mi mama y deposita un beso en mi lacio cabello.

-y yo a ti, mami.-y me quedo allí acurrucada entre sus brazos sintiéndome protegida.

Siento mis ojos humedecerse, el sentimiento que tengo hace que un par de lágrimas escapen de mis ojos.

Hace tan solo unos días compartía felizmente con Mathias su cumpleaños y ahora me encontraba secuestrada por unos sujetos que solo ansiaban el poder del dinero. Nunca me dispuse a pensar en quizás los riesgos que implica estar con alguien importante, pero no me importaba. Estaba clara de que si estaba junto a Mathias es porque lo amo.

Y esto, quizás ha sido una prueba mayor de las que probablemente vendrán. O quizás me estoy equivocando y esta situación simplemente debió de suceder sin motivos, tal vez solo me excuso ante todo para no afrontar que en mi lugar quizás estaría David, negué mentalmente una y otra vez.

David está a salvo el no merece pasar por este infierno por el que yo estoy pasando.

David... quizás él también la esté pasando mal. Siempre le hago pasar malos momentos.

Siempre.

Tal vez y quizás... solo quizás este es el precio que debo pagar por estar con alguien mayor que yo y por hacerles tanto daño a personas inocentes como David.

No.

No creo que esta situación sea el castigo adecuado, me regaña esa voz en mi mente. Quizás solo fui la mejor opción de este par de sujetos desarmados que no tiene sentido de la compasión.

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora