Parte 16 Celos innecesarios

20 2 0
                                    

Caminaba de un lado a otro mientas arreglaba mi vestido como por octava vez, me sentía extremadamente nerviosa sin saber cómo determinar la situación que me acontecía

O quizás sí.

A decir verdad si lo sabía.

Mathias y yo cumplíamos un año juntos desde que iniciamos este rotundo amor secreto, un año de locuras, de celos, de peleas de un sinfín de situaciones que conformaban esta hermosa y deliciosa combinación, le había comprado un pequeño detalle como obsequio de nuestro aniversario pero las cosas ente los dos los últimos tres meses no machaban exactamente de lo mejor, primero había sucedido lo de David y luego seguido de eso una serie de acontecimientos que originaban pequeños conflictos entre nosotros.

-hable con David, me dijo que está dispuesto a luchar por ti.- me encontraba en el sofá de mi departamento en una posición muy cómoda. Mathias reposaba su cabeza sobre mis piernas mientras el resto de su cuerpo estaba estirado en el sofá.- continuara mientras sienta esperanzas, Alma- le propinaba suave caricias en su liso cabello, como adoraba tenerlo así. Me encantaba tanto juguetear con su cabello, enrollarlo en mis dedos mientras con mis uñas husmear su cabeza estaba cerca de mi barriga. Tenerlo así en estos momentos era una de las cosas mejores que me han podido pasar. Le amo tanto.

-¿Qué puedo hacer?-pregunte sin dejar de esparcir suaves caricias sobre su cabello. Sus orbes miel se posaron sobre los míos, su color de ojos era tan jodidamente hermoso que nunca me cansaría de verlos y admirarlos.

-alejarte de él, supongo- aporto, lo mire detenidamente- ¿Qué pasa?

-he sido amiga de David por más de 4 años, alejarme no será tan fácil. Pero ya buscare una manera de solucionarlo. Continué acariciando su cabello mientras el cerraba sus ojos dejándose llevar por las caricias. No dijo nada más y decidí no hablar más por ahora, solo quería disfrutar de esta acogedora sensación.

Y bueno ese solo había sido un buen y muy agradable rato que pasamos juntos de allí en adelante solo fueron discusiones

-¡no, Alma!- su voz era de rotundo reclamo y enojo. Mientras ante ese inmenso regaño yo solo pude baja mi cabeza como una niña indefensa.- ¡no puedo creer, de hecho, no puedo idealizar que ese chico valla a tu departamento a visitarte por Dios!- hablaba y hablaba regañándome una y otra vez mientas yo mantenía mi cabeza agachada y sabía que tenía la razón, Carlos había insistido muchas veces en asistir a mi departamento para ver unas películas con unos compañeros del instituto incluyendo Carla, pero esa idea a Mathias simplemente no le agradaba en lo más absoluto. Entonces cuando decidí aceptar debido a una rabieta que este mismo me hizo agarrar las consecuencias fueron brutales lo que nos lleva la actual escena.

-¿es que estás loca?-dijo mientras intentaba buscar mi mirada acto que yo esquivaba mordiéndome el labio inferior de mi mejilla me sentía brutalmente como una niña que hizo el peor acto de su vida- ese chico te pretende y aceptas que vaya a tu casa- un leve golpe fue dirigido al volante de su auto mientas miraba a través del vidrio como tratando de calmare, alce mis ojos para verlo note como pasaba sus dedos por el puente de su nariz tratando de quizás encontrar un poco la calma que deseaba.

-es tu culpa-me anime a decir aunque quizás fue la cosa más ridícula que pude haber dicho ya que la mirada incrédula y rabiosa de Mathias se posó sobe mi haciéndome temblar deliberadamente quizás por temor a su reacción.

-¿¡ahora es por mi culpa!?-exclamo- ¡perdón señorita santidad pero no sabía que la niña agarraría una rabieta porque le di a Amber una cuna para su cachorro!- la situación se tornó vergonzosa para mí mientras mi ceño se fruncía levemente mientras continuaba regañándome y explicando sus "motivos" acerca de su regalo.

Mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora