Treinta y cuatro

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[Kilian 21 años – Amira 17 años]

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[Kilian 21 años – Amira 17 años]

Cuando veo la cara de Amira al ver a todas las personas a las que ama en un solo lugar, reunidas por ella, sé perfectamente que todo el esfuerzo valió la pena. Su sonrisa es radiante, y hace que mi corazón se acelere. No puedo dejar de mirarla en ningún momento, es tan hermosa, y vestida de esa forma... por la Diosa, solo espero tener la fuerza suficiente para no tirarme sobre ella como quiero hacerlo desde que la vi llegar a la manada, ese deseo solo se ha acentuado desde que olí su delicioso aroma.

Noto sus ojos en mí, me regala una sonrisa tímida con sus mejillas sonrosadas y eso solo hace que me tenga que aferrar a mi lugar para no correr hacia ella. Cuando noto que camina hacia mí, mi corazón se acelera y pero el cachorro imbécil la intercepta y se la lleva a otro lado, tengo que realmente controlar mis ganas de ir a arrancarle la cabeza. No puedo hacerlo, no puedo arruinarle el cumpleaños así, nunca me lo perdonaría, pero joder, como odio a ese estúpido cachorro.

-Si sigue apretando así tus dientes te quedarás sin ellos – me dice mi abuela de forma burlona y yo solo bufo.

-Odio verla con él, odio no tener lo que ellos tienen – digo y hasta yo noto el dolor en mi voz.

-Tú tienes algo más grande que lo que ellos tienen Ki – me dice la abuela dejándome una suave caricia en mi mejilla, yo suelto un suave suspiro – El vínculo de ustedes es para siempre.

-¿Y si no me acepta abuela?

-Ami es inteligente cariño, lo va a hacer, no va a ignorar sus sentimientos – me dice, yo asiento con mi cabeza.

Mi cuerpo no deja de estar en tensión hasta que los dos se van hacia su grupo de amigos. Suelto un suspiro y decido alejarme un poco, necesito tranquilizarme, porque continuo con ganas de arrancarle la cabeza al cachorro, y sé que él no tiene la culpa de nada. Me siento en el porche de la casa de los tíos, realizo algunas respiraciones para tranquilizarme y cierro mis ojos, pero no duran mucho cerrados cuando comienzo a sentir el aroma a caramelo y vainilla cada vez más cerca de mí. Giro mi cabeza hacia donde proviene ese delicioso olor, y veo a mi pequeña diablilla caminar hacia mí, viene sola, y como un estúpido cachorro mi corazón comienza a acelerarse, ella camina hasta mí, con sus mejillas sonrojadas y se sienta a mí lado.

-Gracias por organizar mi fiesta de cumpleaños – me dice mirándome a los ojos, yo le sonrío.

-¿Estás feliz? – ella asiente rápidamente con su cabeza.

-Muy feliz, están todas las personas a las que amo – el tono feliz y emocionado en su voz me reconforta enormemente.

-Entones, misión cumplida – le guiño un ojo y ella se sonroja, desviando su mirada hacia el frente, noto cierto nerviosismo en ella y tomo su mano entre las mías, dejándole una suave caricia - ¿Qué pasa Ami?

Una Loba para el CachorroTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon