Capitulo 7

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Jenna atacó los labios de la rubia quien se sostenía por su cuello y enredaba sus piernas en la cintura de la más alta.

Se separan buscando oxígeno mientras se veían a los ojos con las pupilas dilatadas y un brillo de lujuria.

─ Es..to..esta mal Jenn ─ Farfullo con una voz agitada.─ Georgie podría enterarse.

Si bien no le importaba pero quería saber lo que pensaba su menor, no quería entregarse así de fácil.

─ Georgie te fue infiel, ¿Lo recuerdas? ─ Una sonrisa se dibujo en su cara.─ Una noche no haría nada malo ─ Murmuró con la voz grave.

Deseaba a esa rubia, aunque sea por una noche pero tampoco quería obligarla.

«Una noche no haría nada malo»

Pensó la rubia y enseguida una sonrisa juguetona se formó en sus labios mientras los ojos café la veían con miedo de que se haya arrepentido.

─ Está bien, si alguien se da cuenta es tu culpa ─ Señaló con su dedo y recorrió la mandíbula de la menor.

Jenna cegada por el deseo y la calentura que tenían sus cuerpos empezó atacando el cuello de la mayor dejando chupetones y mordidas que serían muy notorias, marcando la como suya.

Menos le importaba a la rubia, solo se centraba en sentirse bien, liberar su deseo sexual.

La ropa empezó a estorbar así que Jenna sin tener cuidado de un jalón logro quitar esa estorbosa bata de la rubia y se deleitó con el perfecto cuerpo que tenía a su disposición.

Se lamió los labios y desabrochó el sostén de la rubia, su boca hizo agua al ver aquellos pezones rosados bastantes grandes a su parecer.

No dudó en atacarlos dejando mordidas y chupetones mientras con su otra mano hacía círculos en ellos y repetía la acción.

La rubia soltaba pequeños gemidos ahogados sintiéndose completamente mojada y deseosa de tener dentro a la pelinegra que atacaba sus pezones como un hambriento bebé.

La pelinegra no perdió más el tiempo y se quitó su camisilla seguido de su pantalón quedando únicamente en bóxer.

La rubia se mordió los labios al ver aquel abdomen muy marcado, no dudó en tocarlos mientras que la pelinegra reía por su acto.

También logro ver aquel falo que deseaba ser liberado y quería ser liberado.

─ ¡Mhm, Jenna! ─ Gimió.

La pelinegra que había dejado sus pezones libres decidió que era su turno y empujó a la pelinegra a su cama para subirse encima de ella y empezar una fricción con sus sexos mientras atacaba el cuello de la menor.

─ Mhm, Emma, sigue..sigue así ─ Murmuró con la voz ronca.

Eso fue el colmo para la rubia que empezó a dar pequeños saltitos encima del falo que seguía siendo cubrido por el boxer.

─ Emma, te necesito ─ Murmuró la pelinegra en un chillido.

La rubia soltó una carcajada y por supuesto hizo lo pedido, se deshizo de sus bragas que estaban totalmente mojadas igual que la pelinegra que no tardó en bajar su boxer y tirarlo a cualquier lado de la habitación.

No perdió tiempo y sostuvo a la rubia de sus manos para después empujarla en la cama para seguido acostarse en frente de ella y entrar de una estocada.

La rubia gimió pero no negaría que no le gusto, al contrario, empezó a moverse en busca de placer.

La pelinegra empezaba un vaivén suave pero dando estocadas profundas, al paso del tiempo empezó con las rapidas y fuertes.

Emma era bastante apretada y sentía que en algún momento se correría dentro de ella pero tendría cuidado, no quería llegar a embarazar a su madrastra.

─ Mhm~ más...más rápido, Jenn~ ─ gimió.

La pelinegra que no dudó en seguir complaciendo a su dama hizo lo pedido, para una mejor postura subió la pierna izquierda de Emma a su hombro y fue mucho más fácil para entrar y salir.

Un hormigueo en el estómago de Emma empezó dando a entender que se correría pronto.

Emma hizo un gesto y Jenna respondió que también se avecinaba un orgasmo.

No sabría de donde le salieron más fuerzas para entrar más fuerte en la rubia pero aumentó su velocidad y daba estocadas profundas, no había ni un solo centímetro de su pene fuera de Emma.

─ ¡Emma!

─ ¡Jenna!

Gritaron al llegar al clímax, antes de empezar a formarse aquel nudo la pelinegra salió de la vagina de su mayor y soltó todo su líquido en el abdomen de la contraria.

La rubia al recuperarse de su orgasmo noto aquel falo que seguía erecto, una sonrisa se dibujo en su cara y se acercó hasta llegar a aquel pene tomándolo en sus manos y empezando a masturbarlo.

La pelinegra soltó unos gemidos roncos hasta que sintió su pene siendo caliente en la boca de Emma, eso la calentó más y no dudó en ver aquel espectáculo.

La rubia subía y bajaba recorriendo todos los centímetros de la pelinegra aún teniendo arcadas por que si, el miembro de la pelinegra no era tan pequeño que digamos.

Succionaba y lamía la cabeza del falo, cada vez aumentaba su velocidad y daba pequeños besos alrededor de este.

─ E..mma, ya..casi~

Esa fue la clara señal y empezó a dar todo de si misma aumentando el doble de la velocidad de sus lamidas.

No tardó mucho en llegar al clímax dejando salir todo en la boca de la rubia quien gustosa se lo trago.

La pelinegra soltó un gemido ronco y su erección ya había bajado, solo tenían un pequeño sonrojo en sus caras.

Jenna se tumbó en la cama y tapó a ambas con la sabana puesto que estaba haciendo mucho frío para bañarse a esa hora así que abrió sus brazos para que Emma entrara quién gustosa lo hizo.

Se sentía cálida y amada entre esos fuertes brazos, cerraron sus ojos para dormir, mañana hablarían respecto a lo que hicieron.

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Ya que no los quería dejar con la duda aquí está el capítulo 7.

¿Les gustaría que entre Georgie y Hunter ocurra algo? Los leeré (No me ignoren)

Mi madrastra ; Jemma g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora