Capitulo 6

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Jenna se despertaba a mitad de noche casi a las 3 de la mañana, no tenía sueño.

Vio a su al rededor y sus amigos estaban dormidos puesto que era bastante tarde así que comprendió y salió del cuarto.

Sintió un gruñido de su estómago, tenía hambre.

Se resigno a bajar a la cocina para empezar a preparar un sándwich intentando hacer el mínimo ruido.

Sin embargo la rubia que también estaba durmiendo tenía oído de una loba y pudo escuchar unos crujidos además de chispas.

La rubia sintió la necesidad de salir a ver de que provenían aquellos sonidos, quería descartar de que no fuera un ladron.

Así que como tenía una lencería blanca decidió ponerse una bata de color café claro y sus chanclas para así bajar a la cocina.

Al salir vio la puerta de la habitación de su hijastra abierta, se hizo una idea de que quizás no la había cerrado o había ido a la cocina y olvidó cerrarla.

Se acercó y vio un poco adentro y solo estaban sus amigos pero vio un pie con una media cerca y suposo que era de la pelinegra.

Sonrió para después cerrar la puerta y estaba apunto de irse a su habitación pero una luz de la cocina la hizo devolverse.

«Estos jóvenes olvidan todo»

Pensó pero como buena ama de casa fue a apagar la luz pero al bajar vio a la pelinegra, su hijastra.

La vio detalladamente ya que está estaba de espalda, vestía unos shorts de dormir y una camisilla que dejaba ver sus músculos brazos.

Inconscientemente se mordió el labio inferior pero al ver lo que estaba haciendo se sonrojo y retomo palabra.

─ ¿Jenna? ─ Exclamó fingiendo confusión.

La nombrada estando aún volteada reconoció esa voz y maldijo en 10 idiomas al no ser silenciosa pero igualmente debía de responder.

Se volteo sobre sus talones aún con un pedazo de sándwich en sus manos y alrededor de su cara tenía la boca con manchas de Ketchup.

─ ¿E..mma? ─ Balbuceo nerviosa, recordando lo que había visto hace unas horas.

Su mente le jugó una mala broma y al verla con su bata y por la poca luz se podía distinguir su sexy cuerpo en esa lencería.

No vio el momento en el que se puso dura y su miembro quería despertar pero al saber controlarlo se salvó, por esta vez.

─ ¿Que haces comiendo a esta hora? ─ No le molestaba pero si le causaba confusión. ─ No te llenaste con la cena, ¿verdad? ─ Se fue acercando poco a poco.

En su tono de voz había un tono seductor y serio, cosa que no paso desapercido por la pelinegra pero pensó que quizás estaba pensando cosas que no son, ignorando ese detalle.

─ Yo..yo..solo tenía un poco de hambre ─ Farfullo nerviosa al tener cerca a la rubia.

─ Ya veo.. ─ Su mirada se posó en los labios de la pelinegra.

La rubia estaba decidida, desde que la pelinegra la vio en sus ojos pudo notar su deseo además de esa pequeña erección que se asomó en sus shorts.

Que mejor que empezar a molestarla, sin medir que sería su peor desición.

─ Yo..yo me voy ─ Exclamó caminando, bueno, casi corriendo.

─ Espera ─ La sujeto desde su mano y la hizo devolverse. ─ Tienes algo aquí.

Señaló su cara y busco una servilleta, así al tenerla en su mano la paso delicadamente por las manchas de la pelinegra quien veía los labios de la rubia, tan esponjosos y llamativos.

La erección se aproximaba.

Y eso no era bueno.

Y..listo ─ Soltó la servilleta y la tiró al cesto de basura.

La pelinegra sentía que no soportaba más, la rubia al haberse volteado a tirar el pequeño residuo pudo distinguir su trasero, su grande trasero.

Su mirada se plasmó en ese par de masas deseando morderlas, tocarlas y estrujarlas cuántas veces quisiera.

Al darse cuenta de sus pensamientos se sonrojo hasta las orejas, su miembro estaba despertando y se sentía una loca por tener esos pensamientos con su madrastra.

Sin embargo la rubia también se había dado cuenta de las miradas de la pelinegra, sonriendo, le encantaba causar esas sensaciones en la gente, sobre todo en la pelinegra, se sentía más amada por ella que su por su propio esposo.

Decidió jugar un poco así que fingió hacer caer unas cucharas, claramente trato de no hacer el mínimo ruido así que cayeron muy suaves escuchandose solo en aquella sala.

La pelinegra quien seguía embobada viendo el trasero de la rubia al verla bajar hacia el suelo las bragas de aquella rubia se marcaron aún más.

Eso fue el colmo para ella, su miembro palpitaba y estaba completamente erecto.

Deseaba enterrarse en esa rubia.

Aún que sea por esta noche.

La rubia quien seguía concentrada en seguir su broma se quedó estática al sentir algo grande y muy duro en su trasero.

También escucho una respiración agitada.

¿Estaba alucinando?

─ ¿Jenna? ─ Quería saber de quién se trataba.

Jenna respondió restregando su miembro entre el centro de la rubia quien estaba empezando a caer en la excitación.

Trato de levantarse pero las manos de la pelinegra la sostenían fuertemente de su cadera mientras se restregaba más fuerte.

Un ronco gemido salió de la pelinegra y empezó un suave vaivén que fue subiendo mientras escuchaba gemidos ahogados de la rubia.

Dio un empujón dando en el centro con fuerza, la rubia soltó un gemido bastante auditorio sintiéndose completamente mojada.

Buscando más contacto y al sentir menos fuerza en sus caderas se volteo lentamente para ver a la pelinegra a los ojos.

Era un espectáculo.

Jenna estaba sudada con pequeños cabellos en su rostro junto con un leve sonrojo y ese bulto, ese gran bulto..

Se vieron a los ojos con un brillo de deseo, lujuria.

Unieron sus labios en un hambriento beso recorriendo cada esquina de sus bocas, sus lenguas danzaban y sus labios se sincronizaban tan bien que hacía el momento romántico y caliente.

La rubia se apoyó del cuello de la pelinegra y enredo sus piernas en la cintura de esta mientras la pelinegra la sostenía de sus caderas.

Se separaron agitadas en busca de oxígeno y aquella bata de la rubia estaba descubierta dejando ver su hermoso cuerpo que para Jenna era un espectáculo y logró calentarla más.

La pelinegra dejo libre a la rubia y la hizo pararse mientras llevaba sus manos hacía sus shorts que se habían bajado un poco y seguido sostener la mano de la rubia quien la miraba confusa.

─ Nos vamos ─ Intento caminar.

─ ¿A donde? ─ Intervino.

─ A terminar lo que empezaste.

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Actualice, me extrañaron?

Se viene sexo descontrolado.

Mi madrastra ; Jemma g!pOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz