La promesa de Mr. Wyltz [ROMANCE 5] || MAFIA 2 (Actualizando)

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐒𝐞𝐢𝐬

∙:♛:∙ᴀᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪᴏɴ ɪ/ɪ∙:♛:∙

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ＲＥＣＡＤＯ
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𝙳í𝚊𝚜 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 - 𝙻𝚒𝚕𝚊 𝙼𝚊𝚝𝚑𝚒𝚎𝚞

—Tenemos que hablar.

—¿Sobre qué tendría yo que hablar contigo?

—Lo que hiciste, ¿de verdad vendiste a tu hija a un hombre que ni siquiera conoces y muy factiblemente podría ser su padre por la edad que tenía?

Note su mirada de fastidio resplandecer en su rostro, azoto la puerta de su auto y pasó de largo entrando a la casa, lo seguí en busca de una respuesta.

—¿Quién te crees que eres para esperarme en la puerta de mi casa y encima pedirme explicaciones de mis acciones? Lila, lárgate, no tengo tiempo para ti, y lo que haga o no con mi hija no es de tu incumbencia.

Ignoró por completo mi presencia atravesando aquel pasillo, no me quede de brazos cruzados y fui detrás de él siguiéndolo hasta su habitación.

—Como dices, Edgar, es tu hija, ¿cómo puedes hacer algo así?

Cerré la puerta para evitar despertar a Arisha. Se dio media vuelta recorriéndome con la mirada con esa expresión tan desagradable.

—Ya te dije que lo que haga con mi hija no es de tu incumbencia.

—Ella te tiene vigilado, cualquier estupidez que hagas lo sabrá, ¿crees que va a permitir que la lastimes así?

—Si tanto la ama que venga por ella, ¿no, Lila?

—Sabes que no puede, hacer eso sería sentenciar a Arisha, ¿eso es lo que quieres?

—Lo único que quiero es mi libertad y quitarme a esa gente de encima, de haberla entregado a Ezra toda la responsabilidad habría caído sobre él... tú, yo, Gian, hubiésemos estado exentos de todo esto.

Es más idiota de lo que creía que era.

—Gian no te lo hubiese permitido, yo no te lo hubiese permitido y Von Nacht directamente no te lo permitió, las cosas no son tan sencillas como la tienes planteada en tu diminuta cabeza vacía, y deberías parar, por cada estupidez que se te ocurre hacer todos pagamos.

Con grandes zancadas se acercó, levanto su mano con toda la intención de golpearme, pero lo detuve agarrándola. A pesar de mi destreza, lamentablemente no era más fuerte que él y en un parpadeo acabe siendo sometida.

—Von Nacht debió pedir tu cabeza en vez de la de ese parásito.

—Te crees muy ruda, pero te recuerdo que eres una mujer muy débil, Lila.