CAPÍTULO XV: EL COLGADO (Arcano Mayor)

102 6 38
                                    

Capítulo XV: EL COLGADO (Arcano Mayor)

《El Colgado representa estar en pausa, hay una postergación de planes. Las cosas están algo quietas. Pregúntate si realmente vale la pena...

No me gusta decir que vivo de idealizaciones y fantasías de lo más ridículas, pero por momentos sí. Por momentos tengo otra vez trece años, no tengo idea de qué significa el desamor y confío en la bondad de la gente; de repente tengo trece años y no sé mucho sobre el mundo, pero fantaseo con ser amada, con un príncipe que recorra todo el pueblo para encontrar a la dueña de mi zapato; con un príncipe que renuncia a la realeza para abrir el restaurante de mis sueños; con un ladrón dispuesto a enfrentarse a todo para ayudarme a cumplir el deseo de toda mi vida. De repente tengo trece años y me olvido de que puedo hacer todo por mi cuenta, de que no necesito amor, ni un príncipe, ni un sapo, ni un ogro.

Así que solo pienso en Romeo y en su labios, y en sus canciones, y en cada uno de sus recuerdos que decidió compartir conmigo, y en la forma en la que recorría cada parte de mi cuerpo con sus caricias. Evito a mis amigas, aunque les envío un mensaje cada tanto, les actualizo mi vida, como si no supiera que son conscientes de lo que escondo.

Yo: Romeo me siguió en Instagram

Yo: Romeo me habló

Yo: creo que le puedo gustar en serio

Ni siquiera me fijo en sus respuestas.

Ceno arroz con huevo y escribo el capítulo veinte de mi novela. Mientras espero que llegue a mi mente la palabra mágica que necesito, converso con mi nuevo sueño a través de Instagram. Él me dice que está ensayando con su banda, que se están preparando para un show que tienen dentro de unos días y que empezó a escribir un nuevo álbum, que -en sus palabras- "voy a amar".

Los días pasan y seguimos charlando. Yo aún evito a mis amigas; me excuso con que estoy muy ocupada trabajando horas extras, cuando lo único que hago es escribir sin parar. Mi sueño solía ser poder decir que escribir era mi trabajo, ahora solo lo alcanzo nombrar como "hobbie". Escribir es un hobbie en el que pienso todo el día, imagino escenas antes de dormir, pienso párrafos mientras camino por la calle y es lo primero que intento hacer al despertar.

No hay ninguna conversación muy profunda con Romeo, no me confiesa sus sueños más locos y yo no le admito que volví a escribir gracias a él, que fue quien me dijo que aún estaba a tiempo. Pero sé que está ahí. Cada cuarenta minutos me contesta y yo finjo no haberlo estado esperando cada segundo, así que espero un par de minutos más antes de responder; no me hago mucho de rogar, porque simplemente no me sale. Pero sé que está ahí, sé que sigue interesado en mí, que la noche que pasamos juntos no fue en vano, que algo "bien" habré hecho con él.

Me convence de que soy digna de mirar.

Me habla Rosana y le contesto a las horas, porque a ella no puedo ignorarla demasiado. Rosana es capaz de aparecerse en la puerta de mi casa si tardo de más en contestar y, seguro, si me tomaba algún otro minuto ignorándola, iba a recibir unas ocho llamadas seguidas de su parte. Maite se limitó a preguntarme un par de veces como estaba, asumo que su carrera en psicología le daba la pauta suficiente como para preocuparse por mí. Y Abril siquiera se reportó, contestó con un par de stickers en nuestro grupo y no volví a saber de ella.

Abril me entendía, porque supimos estar tristes en conjunto las veces suficientes. Quizás a nosotras nos temían las demás, a las patéticas formas en las que solíamos reaccionar.

Me volvió a hablar Ezequiel, me preguntó qué día me quedaba bien para que tomaramos las fotos y si podía ir con el vestido negro que había usado en la fiesta; fruncí el ceño y le contesté que sí.

ÓsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora