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No hay muchas opciones en el frigorífico cuando lo abres. Algunos tomates rojos y dorados, una rodaja de queso italiano salado y un paquete de plástico de albahaca previamente cortada que habías comprado a principios de semana. No tenía sentido tratar de mantener viva tu propia planta estando ustedes dos lejos tan a menudo y durante tanto tiempo. Ingredientes simples, pero suficientes para una comida decente de "bienvenida a casa".
Su mensaje te había tomado por sorpresa. Regresaba temprano a casa (dos semanas antes) de su misión. No has estado mucho en casa durante el mes que él estuvo ausente, tu propio trabajo frecuentemente te lleva por todo el mundo durante varios días seguidos. Cuando John no está en suelo británico, normalmente prefiere quedarse cerca de su oficina en Londres en lugar de hacer el largo viaje a casa.
Pero esta semana, habías regresado a la cabaña aislada para pasar un rato a solas, abriéndote camino a través de los estrechos caminos rurales que se entrecruzan entre las onduladas colinas cubiertas de nieve, dando tumbos a través de los corrales de ganado y rezando para que no te toparas con un tractor que conduce en dirección opuesta. Eres un buen conductor, pero John era mejor dando marcha atrás entre los altos setos para encontrar un lugar para adelantar. Siempre se burla de ti por tu forma de conducir, te pide que revises tu licencia y sacude la cabeza cada vez que lo asignas al asiento del pasajero, a pesar de que conduce como si estuviera al mando de un tanque, lo que obliga a los aterrorizados conductores a desviarse mientras bombardea a lo largo de la autopista.
