Capítulo 26.

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La luz de la mañana que atravesaba las persianas daba directo en mi rostro, resaltando mis enormes ojeras con un tono café oscuro por no poder dormir esta última semana.

Intenté contactarme con Dylan e incluso fui a buscarlo a su casa, pero su madre fue muy clara, el no quería verme.

Por fin logré conseguir boleto de avión hacia Argentina para esta mañana, lo único que en este momento necesito es estar cerca de Aarón.

Abrí un ojo y traté de buscar mi móvil tocando la cama con mi mano, no tuve suerte hasta que sonó al lado de mi oído haciendo que saltara cayendo de trasero en el piso.

-Mierda.

Tomé mi móvil, el nombre de Meredith estaba por toda mi pantalla, tenía al rededor de 100 mensajes de ella.

-Olivia, tienes que venir pronto
-Aarón está mal
-Los doctores no me dan muchas esperanzas
-Venga Olivia, responde
-¿Volverás?
-Olivia, date prisa
-No quiero perder a mi hermano
-Ayúdame

+99 notificaciones.

Se me corrieron algunas lagrimas, las limpié inmediatamente con el borde de mi sudadera, no tenia tiempo de ponerme a llorar, faltaban solo dos horas para mi vuelo.

Dejé mi móvil en el piso de mi habitación y fui a ducharme.

[...]

-Olivia, ¿Estás aquí?- pregunto mamá afuera del cuarto de baño.

-Si mamá, estoy por salir, dame un par de minutos- terminé de acomodarme el cabello con la plancha.

-Estás hermosa, hija- me mira con cara de asombro.

-Basta mamá, ya tengo que irme, voy tarde- intenté hacer que mi zapato entrara saltando en un pie.

-Me voy mamá, cuídate mucho, nos vemos en unas semanas- dejé un beso en su mejilla antes de salir corriendo para evitar que mi taxi me dejara.

[...]

El vuelo se me hizo eterno, no veía el momento de aterrizar, hasta que mi cabeza se estrelló con la ventana haciéndome despertar.

-Ya estamos aterrizando, favor de abrocharse bien los cinturones.

Voltee de reojo para asegurarme estar bien abrochada. Minutos después estaba discutiendo con un joven que decía que mi maleta era la suya, cuando la suya acababa de pasar a su lado y el corrió detrás de ella tratando de alcanzarla, era imposible porque la mía tenía una liga rosada sobre la agarradera.

Bufé enfadada al salir del aeropuerto buscando un taxi, el único vacío me lo ganó el pesado de hace un rato, hizo una cara graciosa al entrar y yo solo miré con disgusto.

Después de un rato mi Uber llegó y pedí que me llevaran al hospital en el que se encontraba Aarón, y claro, Meredith estaba ahí también.

Me detuve en la entrada del hospital, sentía hormigueo por todo el cuerpo y el sudor correr sobre mi rostro, sacudí mi cabeza y entré, subí las escaleras que me dejaban frente al pasillo que me llevaba al cuarto de Aarón, vi a Meredith sentada en las bancas que estaban afuera de la habitación.

Aceleré mi paso y me puse a su lado, ella me miró confundida y sin decir nada, hice un gesto insinuando si podía entrar y ella asintió.

Al entrar tuve un gran Deja vu a la primera vez que entré y lo vi así, seguía igual, en la misma posición que estaba la última vez que lo vi, y ya habían pasado tres meses de esa última vez.

Tomé asiento a su lado y sostuve su mano con fuerza, la besé y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, la manija de la puerta rechinó, miré de reojo y estaba un doctor.

-Señorita, me temo que debemos desconectarlo, lleva tres meses aquí, el ya no despertará- miró al piso apenado.

-¡Claro que no, solo necesito un poco de tiempo, el despertará, yo lo sé!- me levanté de la silla exaltada.

-Tranquila, solo podemos darle una semana más, con permiso- me miró a los ojos y salió de la habitación.

-Vamos cariño, despierta- dije mientras me tumbaba en el piso.

Meredith entró y acarició mi cabeza.

-La hora de visitas terminó, debemos irnos, volveremos mañana temprano- dijo mientras estiraba su mano brindándome apoyo.

-No puedo dejarlo Meredith.

-Vamos Olivia, volveremos mañana- me arrastró afuera de la habitación.

[...]

No dije nada el resto del camino, al llegar a su casa pagué el taxi, estábamos del otro lado de la acera, desde ahí alcanzaba a ver su habitación.

-Entremos- tomó mi mano para cruzar la calle.

Al entrar, el olor se impregnó en mi, recordaba perfectamente esa sensación, ese vacío, Meredith murmuró algo detrás de mi antes de subir a su habitación, pero no alcancé a escucharla.

Me detuve frente al sofá donde me había quedado dormida la primera vez que estuve aquí.

Subí las escaleras y me tumbé sobre su cama, de tanto llorar no supe en que momento me quedé dormida.

[...]

-¡Olivia, Olivia, despierta, ya comenzó la hora de vistas!- dijo Meredith mientras me movía del hombro intentando que despertara.

-Ya voy, espérame abajo y pide un taxi- dije frotando mis ojos.

Ella salió de la habitación y bajé por mi cepillo de dientes.

-!Olivia, el taxi llegó!- gritó desde abajo.

Termine de cepillarme el cabello y corrí.

[...]

Pagué, y ambas bajamos.

-Entremos, no perdamos más tiempo- ella volvió a tomar mi brazo para llevarme adentro .

-Entra tú primero, tengo que ir al baño, me hago pis- se echó a correr escaleras abajo.

Me reí, y sujeté mi bolso, al entrar, estaba igual que antes, volví a tomar asiento a su lado y lo observé unos cuantos minutos.

-Tienes que despertar, yo sé que puedes escucharme, inténtalo, no me dejes, por favor- acaricié su mejilla mientras las lagrimas corrían sobre mi rostro.

Dejé de observarlo, comencé a llorar, me recosté sobre la camilla cubriendo mi rostro.

-O-Oli- escuché una voz ronca a mi lado.

Mi llanto se detuvo, no me moví, quité mis manos lentamente y lo volví a mirar.

Él se esforzaba por abrir los ojos.

-¡Aarón!- me limpié y aclaré mi vista.

-Bonita- esbozó una media sonrisa.

-Iré por un doctor- me levanté pero el puso su mano sobre la mía.

-No, quédate.

-Volveré, lo prometo, necesito traer a un doctor- quité su mano y busqué al doctor del día anterior.

Varios doctores entraron en la habitación, Meredith me miraba confundida, dije que si con mi cabeza y ella me abrazó.

Amor sin límites Where stories live. Discover now