Capítulo 8.

630 46 5
                                    

Dejé de hacer la lista con Dylan, ni si quiera volvió a escribirme y yo a él tampoco.

Ya faltaban pocos días para entrar a la preparatoria y me propuse a mi misma a ser la mejor de mi clase para cumplir lo que le prometí a Aarón cuando éramos pequeños.

No quise hablar con mi madre sobre el tema y realmente quería olvidar lo que pasó, no sabía si seguiríamos siendo amigos pero yo no estoy para que nadie me trate así, no lo necesito y estoy segura de que en algún momento encontraré gente que valga la pena.

No podía negar que no estaba triste porque sería falso, tenía amigos aparte de Dylan pero en todo ese tiempo no me había sentido bien con nadie hasta que él llegó pero si él realmente me quisiera no haría eso, no tengo que aferrarme a las personas porque al final del día todo es pasajero.

He hablado con mi madre sobre lo que Dylan me mencionó el día anterior de la fiesta, lo de su amigo, ella dijo que Aarón si tenía un segundo nombre pero que no lo recordaba, la entendí y traté de olvidarlo, tal vez sólo era una coincidencia.

Saqué una caja de mi closet donde tengo cartas que le he hecho cada día que pasa contándole todo a Aarón, solo que nunca las he podido enviar porque no sé nada de el, mi madre dice que él regresará, aunque han pasado varios años nunca he perdido esa esperanza de volver a verlo y poder abrazarlo. Quisiera regresar el tiempo para abrazarlo y ver su sonrisa por última vez.

Tampoco podía negar que me sentía sola aunque tenía a mi madre pero no era ese tipo de soledad. Es un sentimiento que ha crecido a medida que pasa el tiempo después de que él se fue.

Tengo un raro sentimiento, y de hecho hay una canción que lo explica.

Encendí mi celular y empezó a sonar.

Bad—Blood

Oh it's so sad.

Think about the good times.

You and I.

Because baby, now we have bad blood.

You know it used to be a crazy love.

So take a look at what you've done.

Because baby, now we have bad blood.

Cuando la canción acabó comencé a llorar desesperadamente, mi madre entró al cuarto y solo se sentó a mi lado mientras me abrazaba.

Ya no tenia ganas de nada, ni de salir, ni de pintar, ni si quiera de escuchar música, apenas podía comer.

Mi madre comenzó a preocuparse y me insistía en que fuera al doctor pero me negaba, intentaba ser fuerte pero no por mi sino por él pero eso tampoco funcionaba.

Estaba a dos dias de entrar a la preparatoria pero no quería verlo, pensé en cambiarme de escuela pero esa siempre fue mi preparatoria soñada desde pequeña y no iba a cambiar eso
solo por un hombre, y menos por el.

Tenía varios mensajes de Dylan pero yo nunca respondí a ellos, no tenía ganas de hablar con él, incluso fue a mi casa pero mi madre le dijo que se retirara.

Yo no era así, aunque no era una persona de tener muchos amigos siempre fui muy alegre pero poco a poco esa alegría se fue apagando, solo quería que fuera un sueño y despertar, que él estuviera ahí, que cumpliéramos juntos todo lo que alguna vez prometimos.


La preparatoria había comenzado, los profesores eran agradables y podría decirse que mis compañeros no estaban mal.

Al final si quedamos en el mismo salón, intentó hablarme pero sólo le dije que las cosas eran mejor si cada quien las hacía por su lado y después de eso no ha vuelto a molestarme.

Trato de evitar cualquier tipo de contacto con el, no hablo con casi nadie excepto una chica que se sienta detrás de mí pero ya no recuerdo su nombre, y en el receso me voy a sentar debajo de un árbol mientras leo y escucho música, no me puedo quejar, eso me encanta.

Él ahora se junta con los chicos de la fiesta, lo he visto varias veces abrazando y tomando de la cintura a la chica de esa noche, ya ni siquiera me sorprende.

Amor sin límites Where stories live. Discover now