Capítulo 24.

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El ruido de un martillo golpeando una pared y el dolor punzante en mi cabeza me hicieron despertar.

-Mierda, mi vuelo- caí al piso al intentar correr.

Con la mirada un poco borrosa intenté buscar mi móvil.

Al mirar la pantalla del móvil vi el poco tiempo que me quedaba.

-Gracias dolor de cabeza.

Tomé mi móvil y me sumergí en la ducha.

[...]

-Que tenga buen viaje señorita, es por allá- me indicó.

-Claro, muchas gracias.

Tomé mi maleta y abordé mi avión.

Me coloqué mis auriculares y comenzó a reproducirse.

Summertime Sadness-Lana del rey

Think l'll miss you forever.

Like the stars miss the sun in the morning sky.

Later's better than never.

Even if you're gone.

I''m gonna drive.

Me aferré al pequeño pingüino que me había regalado Aarón cuando éramos pequeños.

Sin quererlo me quedé dormida todo el vuelo, pero el aterrizaje me hizo despertar.

-Disculpe, necesito pasar- intenté abrirme paso entre la gente que se abultaba en la salida del avión.

La señora delante de mi me miró con bastante disgusto.

Después de unos minutos pude salir de todo ese lío y volver a casa con mamá.

-¡Mamá, estoy en casa!- zapateé un poco en la entrada.

Salió de su habitación colocándose un poco más de brillo de labios y sonriéndome de oreja a oreja.

-Que bella mujer, ¿A donde es que vas?- pregunté sonriéndole de la misma manera.

-Hola hija, me alegro de verte, iré con mi grupo de amigas de la secundaria, espero no te moleste- me apretujó dejándome sin aire.

-Claro que no mamá, mientras yo iré a buscar a Dylan- intente recuperar mi aire.

-¿Qué era lo que me tenías que decir?

-Podemos hablarlo después, ve tranquila.

-Okey cielo, ve con cuidado, llévate el auto, Cristy me espera afuera- agitó la mano y me aventó un beso antes de salir.

Dejé mi mochila sobre el sofá y rebusqué las llaves dentro del recipiente que está sobre la barra.

Cuando por fin las encontré volví a tomar mi móvil antes de salir.

Parecía que el auto era consciente de a donde quería dirigirme.

Mi vista se dirigió a la habitación de Dylan, la cual tenía su luz encendida, repiqué lo dedos en el volante y me decidí. Toqué el timbre y di unos pasos atrás antes de que abrieran.

Después de unos minutos nadie me abrió así que volví a tocar, cuando me di por vencida di la media vuelta hasta que su voz detrás de mi me hizo devolver.

Amor sin límites Where stories live. Discover now