Capítulo 18.

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La madre de Dylan había salido de la ciudad por unos días y nos quedamos a dormir en la su casa solo por esa noche.

Dormí en el cuarto de su madre y ellos durmieron en el cuarto de Dylan, hablé demasiado con Aarón ayer, sentía que ni con todo el tiempo del mundo podría ponerme al tanto con el.

Había dormido muy poco, la noche anterior me dormí muy tarde hablando con Aarón, de la nada escuché un portazo y salté de mi cama.

-¡Qué mierda, Aarón!- froté mis ojos, frustrada.

-Tranquila peque, tenemos que aprovechar muy bien el día, levántate, ya hice el desayuno- me tomó del brazo llevándome a la cocina.

-Apenas dormí, una hora más, por favor- puse mis manos en forma de suplica.

-Ni un minuto más.

-¿Qué haremos hoy?

-Saldremos a tomar algo para que sigamos hablando, Dylan llegará hasta más tarde, fue a hacer unas vueltas que su madre le encargó.

-Está bien.

Lo único que sabía era que Aarón cocinaba muy bien, siempre fue así, cuando éramos pequeños siempre cocinábamos juntos.

-El desayuno está delicioso- dije tapando una parte del rostro con mi mano.

-Siempre te ha gustado mucho como cocino,¿No es así?- preguntó después de llevarse un poco a la boca.

-Así es, siempre has cocinado muy bien.

Estuvimos hablando un poco durante el desayuno, iríamos a mi casa para poder ducharme y que viéramos a mi madre, Aarón tenia muchas ganas de verla.

-¿Nos vamos?- llevó las llaves a su bolsillo trasero.

-Si, vamos- tomé mi bolsa y mi móvil antes de salir- ¿Sabes cual es el camino?

-¿Bromeas?- chilló sarcásticamente- soñé con este camino desde que me fui a Argentina.

Sonreí un poco, me sentía mal por el, sabía que no era la única que había estado sufriendo, y era aún más difícil para el por la muerte de su madre, jamás había sido cercano a su padre, ya me imagino como lo ha de haber tratado todo este tiempo.

¿Cómo un padre puede ser tan cruel con su hijo?

-Peque, ¿Todo bien?- chasqueó sus dedos frente a mi haciéndome volver a la realidad.

-Si, todo bien.

-Has estado callada todo el camino, ¿Qué pasa?- dijo sin apartar su mirada de mi.

-Nada, todo está bien- puse una falsa sonrisa.

-Vamos, puede que hayamos dejado de hablar por mucho tiempo pero no significa que ya no te conozca.

-Olvídalo, todo está bien.

-Está bien, ¿Te.. gusta Dylan?

-¿Que es esa pregunta tan inesperada?

-Nada, solo que vi como te miraba ayer y pensé que tenían algo.

-No, no me gusta y no tenemos nada, deja de hacer preguntas tontas que ya llegamos.

-Que genio te cargas hoy, ¿Así eres siempre?- rió por lo bajo.

-¿Siempre eres tan insoportable?- oculté mi rostro intentando no sonreír.

Bajamos del auto y rebusqué entre mis bolsillos la llave que mi madre me había dado.

No la podía haber perdido... ¿O si?

Toqué la puerta intentando no darme por vencida.

Vi a mi madre a través de la ventana, su expresión al ver a Aarón fue inexplicable.

Abrió la puerta de golpe y se quedó helada frente a nosotros.

-¿Aarón?- vi que sus ojos comenzaron a cristalizarse.

Él la abrazó rápidamente y ninguno de los dos dijo ninguna otra palabra hasta que el abrazo se deshizo.

-Estás tan... grande y guapo como siempre, no puedo creer que estés aquí, ¿Cómo has estado mi niño?, Olivia y yo te extrañamos demasiado todo este tiempo.

-¡Mamá!- hice un gesto intentando que parara.

Le restó importancia a lo que dije y él solo se limitó a echarse a reír.

Los dejé y me fui a duchar, algo dentro de mi estaba saltando de emoción, tener a Aarón cerca significaba mucho para mi.

Inesperadamente comenzaron a correr lágrimas por mis mejillas, no podía detenerlo, lloré y lloré hasta que salí de la ducha, todavía tenía esa necesidad de hacerlo pero no quería que el vieran llorar.

Salí de mi habitación intentando ocultar la rojez en mis ojos.

-¿Qué pasó linda?- saltó del sofá cuando me vio frotando mis ojos.

Corrí hacia el y me aferré a sus brazos, su olor, sus brazos recorriendo mi cintura, nunca me había mostrado así con nadie, tan... transparente, tan indefensa.

-Solo te extrañé mucho- dije aferrándome aún más.

-Aquí estoy y te prometo que no me volveré a ir- dejó un beso sobre mi cabeza mientras tomaba mi rostro entre sus manos.

Estuvimos en silencio un segundo mientras trataba de regular mis emociones.

-Te amo, Olivia.

Me quedé perpleja ante sus palabras.

-Yo también te amo, Aarón.

Amor sin límites Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin