Pensando en él y en su esposo Seokjin. No hay mucho que decir. Casi ni los recuerdo, son pocas las veces y los vuelvo a olvidar a los minutos. Ellos no fueron para nada una sombra en mi felicidad. Yo continue con mi vida y no estoy enterado de como estarán ellos en la cárcel porque no volví a verlos. Nunca pude atreverme y es tarde para verlos porque no queda nada más que decir entre nosotros.

- ¿Por qué miras a ese chico?

Abrí los ojos de más al escuchar a Jungkook.

Giro mi cuerpo y lo noto con los brazos cruzados. Sus cejas también fruncidas y un claro gesto de molestia en sus labios.

Celoso.

Lo conozco.

- Cariño.- Corri a él y lo abracé lanzando la botella de licor en algún lado logrando que haga un ruido escandaloso por romperse pero no me importó.

Primera vez en este mes que mi Jungkook llega temprano a casa. Estoy feliz.

- Bebias.- Me da una mirada curiosa.

- Si pero solo poquito.- Hice una seña con mis dedos.

Él suspiro.- Esta bien, entonces, ¿Vamos a la habitación?

Es cuando su actitud cambia. Ahora esta nervioso.

Confundido tome su mano y nos dirigimos a nuestra habitación. Al instante de cerrar la puerta mi boca es devorada por la suya. Con hambre de poseerme el cuerpo.

- Te extrañe tanto mi amor.- Dijo y empieza a desnudarme.

Tal como pensé. Él se aguantaba tanto como yo.

Y por fin vamos a estar juntos.

Es por eso que nos comportamos como dos salvajes quitándonos la ropa lo más rápido posible. Nuestros cuerpos caen en la cama y Jungkook se encarga de probarme todo. Empieza con mi cuello, luego con mis pezones y baja de a poco llegando a mi entrepierna donde dedica más tiempo. Sonreí del gusto cuando sus labios lo envolvieron, chupando y chupando hasta que me corri en pocos minutos en su boca. Era entendible ese rápido eyaculamiento porque hace un mes que no pasaba nada de nada de acción entre nosotros. Y definitivamente no iba a quedar solo en una mamada. Con una rápida preparación Jungkook ingresó en mi dando frenéticas embestidas que disfrute tanto sujetandome de su espalda, arañandola y gimiendo su nombre junto a pedidos de más.

- Dime que sigo siendo tu único mocoso.

¿Eh?

- Dime que sigo siendo tu único mocoso. Tendré treinta y dos años pero dime que sigo siendo tu único mocoso.

Y no fue necesario que lo diga pero entendí su punto. Él aún seguía celoso porque piensa que mire de otra forma al joven jardinero.

- Sigues siendo mi mocoso. Eso no va a cambiar.- Aseguro.

Con decirle eso aumentó sus embestidas dandome una y otra vez en el mismo punto que me hacía delirar. Gemi y gemí hasta correrme por segunda vez, Jungkook me sigue a los segundos haciéndolo dentro de mi.

Vaya.

En serio no me canso del cuerpo de Jungkook y hacerlo después de un mes fue tan delicioso porque teníamos tanto deseo retenido.

- Te amo.- Menciono besando su frente sudorosa.- No lo olvides. No existe nadie más.

- Lo sé yo también te amo pero te he descuidado mucho en este último mes y cuando hoy me apuré en terminar mis cosas para llegar temprano, te veo mirando a ese chico que quizás tenga la misma edad de cuando llegue a la casa y me preocupé porque no soy tan jóven como antes.- Sus ojos revelaron esa preocupación que dice sentir.

Tomo su rostro entre mis manos.

- Cariño quien debería preocuparse soy yo porque mírame. Estoy en los cuarenta años, tu eres más joven por ocho años.

- Jamás te cambiaría por otro. Te amo tanto.- Murmura apretandome mucho y asfixiandome debajo de él pero incluso eso no importaba al sentir así de cerca a mi Jungkook. Mi amado esposo.

- Somos unos tontos.- Reí acariciando sus cabellos.- Somos el uno para el otro.

Él hizo un sonido de afirmación.

Después de un mes que no nos mantuvo juntos del todo. Pudimos conversar, estar íntimamente y seguir reforzando lo que sabemos. Solo tenemos ojos para el otro.

Y yo quisiera algo más. Eso que quise mencionarle hace unas semanas pero no me atrevi al notarlo ocupado pero ahora aprovechando que estamos juntos de nuevo y según él, volvería todo a como era antes porque por fin terminó unos pendientes suyos que lo estresaban como abogado.

Es el momento.

Me atrevo a soltar eso que quiero tanto.

- Cariño. Yo quisiera que seamos padres... ¿Qué opinas?

Jungkook se removió encima de mi y me miró con ojos saltones mientras lentamente una sonrisa se estiraba en sus labios.

- ¡Si! ¡Yo también quiero! ¡Sabes que lo quiero porque lo mencioné desde hace años!

- Entonces quiero que adoptemos dos o tres hijos. Lo siento pero solo deseo esa cantidad no los doce hijos que deseabas tener.- Apesar de hablar de algo serio también inclui un poco de humor.

Jungkook se sonrojó.- Eso de los doce hijos no lo decía de verdad. En cuanto a nuestro hijos, está bien si son dos o tres. Es perfecto.

- Así será cariño. Iniciemos la adopción de nuestros hijos. Dos niños y una niña.

- Como desees. Yo él más feliz porque es lo que más quiero contigo. Agrandar la familia.

Y me besa de nuevo mientras sus caderas se mueven suavemente estimulandome en el aun reciente orgasmo. Él desea ir por otra ronda. Yo también lo deseo. Así que eso hacemos porque la llama de la pasión continua, más ardiente que antes y nunca se apagará entre nosotros.

En medio de nuestra sesión deliciosa Jungkook me susurra al oído.- Nunca usaste los látigos conmigo.

Reí.

Es verdad.

No los usé como con otros porque la relación con Jungkook desde el principio fue tan diferente a mis anteriores sex partners. Tanto que se convirtió en el hombre que amo y es con quien llevo ocho años de relación y cinco años son de casados.

Jungkook fue mi último sex partners y el mejor que llegó a mi vida.












Eso fue todo. Una vez más gracias. Quizás se quedaron con ganas de más pero creo que es lo suficiente para no alargarla más porque ellos ya son felices. Esto fue sex partners.

Los espero en mi siguiente historia que publicaré dentro de poco. Se llamará "Solos"

SEX PARTNER || KOOKMINWhere stories live. Discover now