Perdida

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_____ con tan sólo con 12 años había sido vendida como cerdo para el matadero, años de experimentación con su cuerpo había pasado factura, su piel había pasado a ser tan pálida como la luna, su cabello antes largo y hermoso ahora solo era una cabeza rapada y en su cuello yacía un número X0, su cuerpo era delgado que se le veían los huesos.

Tantos años hacía le había hecho ganar un enorme coraje y día con día lucho para poder salir de ahí, pero sólo lo logro 8 años después. Divago por las calles de Londres y su único alimento era la comida de la basura, siempre pedía limosna y ya fuera Dios o otra cosa sucedió un milagro.

—¿Como llegaste hasta este punto?—Alzo la mirada y un señor de ropa muy elegante y guapo le había hablado con una pena enorme pero con unos ojos que expresaban mucho.

—Vendrás conmigo—La morena negó pero al ver que no había malas intenciones y que fácilmente podía matarlo acepto en ir con duda claro—Tendrás una nueva vida—.

Había llegado a una mansión hermosa, con mucha luz, con una gran arboleda verde y hermosa, una sirvienta se encargó de ella, le dieron un baño, comida la cual saboreo y soltó unas lagrimas por tal manjar, se le dio ropa y fue llevada con el amo de la casa.

—Bienvenida a la mansión Phantomhive, apartar de ahora serás la nueva Nana de mis pequeños—Dicho esto dos niños de nomas 7 años estaban escondidos detrás de su padre, uno se acercó con un una sonrisa y el otro aún se mantenía detrás de su padre, quien lo animaba a ir pero este se negaba.

La joven jamás había convivido con niños que no fueran los de su celda contigua, pero siempre trató de protegerlos siendo ella quien se ofrecía en el lugar de estos para experimentar.

Acepto al joven que se le acercó y sonrió al igual que el, desde ese día ese niño alegre siempre le hacía sacar una sonrisa y día con día trato de siempre cuidarlos aunque eso si el consentirlos era un gusto culposo.
El otro pequeño casi no salía pero cada que lo veía, este miraba siempre al jardín con tristeza, un día lo vio en la ventana viendo como su familia jugaba y el está dentro con su perro Sebastián.

—¿Quieres salir?—El pequeño se encogió al escucharla y negó con nervios, al ver que no obtendría una respuesta decidió hacer otra estrategia.

—¿Quieres jugar a las escondidas?—Este la miro con los ojos brillantes—Pero está prohibido jugar en la casa—Ella sonrió y puso un dedo en sus labios—Pero este será nuestro secreto, ademas no hay nadie—El pequeño no pudo con la emoción y acepto.

La joven lo había mandado a esconderse sólo en la primera planta y empezó a contar, cuando llegó al número selecto donde iniciaria su búsqueda, empezó por la sala, luego la cocina y al final el almacén donde encontró a este y ambos empezaron a reír cuando ella empezó darle consquillas.
Por desgracia ella no sabía que el pequeño sufría de asma y cuando este empezó a denotar el síntoma, ella rápidamente empezó a hacer movimientos con mano y guiándolo con su voz para relajarlo lo cual logró.

Desde ese día se había ganado el cariño de ese pequeño y cada noche les daba a ambos gemelos leche con miel a escondidas y contaba un cuento.
Había pasado así un par de meses, pero los problemas empezaron, varios hombres empezaron a querer robar o matar a la familia y ella lograba atraparlos, los mataba de un golpe al tener sobrefuerza humana, cada noche era lo mismo y decidió empezar a entrenar para ser más eficiente y proteger a esa familia que le dio un nuevo hogar.

Así fueron los días y meses, ella cuidaba a los gemelos, los consentía y era su guardiana siempre, había pasado tres años y la mansión se había ganado su reputación al ver como nadie podía hacer nada contra esa familia y que era imposible matarlos por su sirvienta, la cual llamaron la dama roja, ya que su ropa siempre se teñía de rojo con la sangre de sus victimas.

Una noche le llegó una carta la cual le pedían que fuera a cierto lugar o si no revelarían su pasado a sus amos, ella temerosa porque supieran su verdad fue al lugar pero nunca llegó nadie, ahí notó que era una trampa y corriendo lo más rápido que podía(cabe aclarar que corre más rápido que un humano común pero no más que un demonio o shinigami) llegó a donde vivía pero este lugar se encontraba en llamas y sin importarle nada entró.

Corriendo llegó a la habitación donde dormían sus amos pero sólo encontró dos cuerpos sin vida, corriendo fue al de los gemelos y no había nadie, grito sus nombres pero ninguno respondió y ahí su mundo se derrumbó de nuevo y la esperanza se esfumó,el fuego empezó a quemar su cuerpo y no quería morir ahí y como pudo salió.

Veía como todo estaba destrozado y el fuego se aminoró cuando llegaron los bomberos ya no había nada que se pudiera hacer, la joven se desmayó y fue llevada al hospital, donde atendieron sus heridas.

La joven abrió los ojos y miró un lugar blanco, supo que era un hospital por lo que con miedo empezó arrancarse todos los aparatos que podía, quería salir de ahí hasta que Madame Red entró y la vio, la tuvo que abrazar para calmarla y le contó que le había pasado.
La familia Middford llegó con la joven y le pregunto sobre el suceso y les explico todo pero que no había rastro de los gemelos por lo que optan que todavía estén con vida.
Ella pidió ser sirvienta de los Middford pero estos mejor la pusieron como la nana de Elizabeth su hija pequeña, ella aceptó.

Cuido a esa niña como lo hizo con los gemelos, pero noche con noche salí a los barrios bajos en busca de información de ellos sin ningún éxito alguno. La familia le enseñó a ser espadachín a al ver un gran potencia con su fuerza y velocidad.

Un mes había pasado y no había nada de información,  inclusive Tanaka no sabía nada de ellos y se lamentaba no haber podido hacer nada, pero ambos sabían que no era culpa del otro si no de quienes orquestaron todo ese plan.

Un día llegó una persona diciendo que la mansión Phantomhive había sido reconstruida y alguien estaba ahí, la morocha al escuchar esto salió corriendo y al llegar vio como el lugar estaba restaurado como si nada.
Entro de golpe sin importarle nada y antes de poder seguir un hombre la había detenido y ella luchó contra el, tenían casi el mismo nivel, ninguno se dejaba vencer por desgracia la joven empezaba a perder fuerza.

—¡Sebastián detente!—Este lo hizo y la chica vio a aquella dirección donde escuchó la voz, corrió sin importarle nada y abrazo al joven—¡Estas vivo!—La joven empezó a llorar de alegría.

—Eres tú mi pequeño/¡No!—Cuando iba a decir el nombre quien era este le grito deteniéndola—Soy Ciel—ella lo miro y no dijo nada aceptado que ese era el nombre del joven.

—Lamentó lo de esa noche, no debí dejarlos solos, fue mi culpa—El chico negó pero tenía la duda— ¿Donde estabas?—Ella lo miro a los ojos para que no viera que mentía—Esa noche me llegó una carta, donde si no iba aun lugar hablarían de mi pasado a tus padres y no quería que ellos se enteraran—.

El joven la llevó a una sala donde decidió hablar con ella en privado, le pidió a su mayordomo que prepara un té. Ella le contó su pasado y por lo que había pasado y al ver que el no la juzgó la acepto de nuevo en mansión pero ahora como su ama de llaves.

—Una pregunta ¿Donde conseguiste a tu mayordomo?—El niño le dijo que no le diría nada y que no preguntara, ella acepto—Entonces tengo que entrenarlo ya que esto no es un te, solo agua con colorante—El chico se río por el comentario y acepto su propuesta de ella entrenarlo.

La familia Middford hizo acto de presencia días después y ella formalmente presentó su renuncia y les agradeció por el tiempo en que la cuidaron y entrenaron, ellos de igual forma le agradecieron y aceptaron su renuncia.
Desde ese día la joven ____ había vuelto a la mansión donde fue recibida con amor y ahora cuidaron al nuevo amo y esta vez lo haría bien.

La NanaWhere stories live. Discover now