Carta...

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Parte 2

Queridos Hermione y Ron,

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Queridos Hermione y Ron,

Espero que esta carta llegue a sus manos, aunque sé que las distancias entre nuestros mundos son vastas y misteriosas. A veces, cuando la luna está alta y las estrellas parpadean en el cielo, me siento más cerca de ustedes. Pero hoy, en este momento, estoy a miles de millas de distancia, en un lugar donde los dragones gobiernan los cielos y los secretos ancestrales se entrelazan con la historia.

Hace meses que estoy aquí, en el mundo de Westeros. Un mundo que, de alguna manera, se siente más real que el que dejé atrás. Aquí, las pasiones arden como el fuego de los dragones, y las intrigas palaciegas son tan complicadas como los nudos de un antiguo pergamino. Pero, Hermione, Ron, no puedo evitar pensar en ustedes. En los momentos que compartimos en Hogwarts, en las risas y las lágrimas, en las aventuras que vivimos juntos.

Y sí, me he enamorado. No de una bruja con una varita mágica, sino de una reina con un linaje de dragones. Helaena Targaryen. Su cabello es como el reflejo de la luna en el agua, y su mirada es tan intensa como el calor del sol. Pero no es solo su belleza lo que me ha cautivado. Es su valentía, su determinación y su corazón apasionado. En ella veo un reflejo de todo lo que valoro en la vida.

Hermione, Ron, los extraño más de lo que puedo expresar con palabras. Extraño las risas en la Sala Común, las discusiones en la Biblioteca, incluso las peleas en el Gran Comedor. Extraño sus abrazos, sus sonrisas y la sensación de pertenecer a algo más grande que yo mismo. Pero también sé que este mundo, este nuevo destino, me necesita de alguna manera. Hay un propósito aquí, una razón por la que fui arrastrado desde las páginas de los libros hasta las tierras de los Targaryen.

Y así, con el corazón pesado pero lleno de gratitud, escribo estas palabras finales. “Ya viví lo que podía vivir, perdón que me tenga que ir”. No es un adiós, sino un hasta luego. Quizás algún día, cuando las estrellas se alineen y los portales se abran, nos encontraremos de nuevo. Hasta entonces, recuerden que siempre llevaré sus nombres en mi corazón y que Hogwarts siempre será mi verdadero hogar.

Con amor y gratitud, Harry Potter

P.S. Ron, no olvides darle de comer a Crookshanks por mí. Y Hermione, sigue siendo la brillante bruja que eres.

Nos vemos en otro tiempo, en otro lugar.

 𝐄𝐋 𝐃𝐎𝐋𝐎𝐑 𝐃𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝑴𝑬𝑵𝑻𝑰𝑹𝑨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora