•una madrugada•

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Habían pasado varios días en los que para Dean habían sido en cámara rápida. Ya la mayoría de sus cosas se encontraban en la casa de Sam y él. Estaba sentado en el pórtico que daba al lago, observando al horizonte y pensando en lo que había sucedido. Ahora se encontraba en su casa, en su hogar junto a su alfa. Junto al alfa por el cual daría su vida sin pensarlo. No podía creer que se encontraba viviendo esa experiencia junto al alfa más valeroso que conocía. El frío calaba sus huesos pero no importaba necesitaba sentir algo que lo hiciera sentir en la realidad porque lo que estaba viviendo se sentía como un sueño del que no quería despertar.

-Cariño, vamos a entrar- dijo Sam dejando un beso en su cabeza -Está helando-

-Ahora voy amor- dijo dejando caer su cabeza hacia atrás viendo al moreno sonriendo

Se habían instalado en la casa hacía dos días y era increíble como ambos congeniaban a la perfección. Durante el día se dividían las tareas y por la tarde terminaban tirados en el sofá viendo alguna que otra película. Ambos se sentían en el ambiente que ellos deseaban. Un ambiente tranquilo, agradable y acogedor.

Ellos estaban más que felices, Sam trabajaba desde la casa aún en las misiones pero desde afuera y Dean en su proyecto. Ahora sus vidas estaban siendo lo que siempre soñaron. Dean tomó la mano de su alfa y besó la palma de este con amor.

-Zack, Elle, Winter y Aaron están por llegar. Vienen a ver como estamos y como sigo de la recuperación.- dijo el alfa para que el pelirrojo vuelva a dejar caer la cabeza hacía atrás

-Perfecto...espero que Elle y Zack venga con los gemelos porque tengo ganas de verlos- dijo con una sonrisa enorme.

Así que luego de casi una hora llegaron los alfas con sus omegas y Dean y Sam los recibieron con una sonrisa en sus labios. Todos entraron y vieron la hermosa vista y todos estaban dispuestos a quedarse afuera a pesar del frío clima. La fogata que improvisaron trataba de mantenerlos más calientes de lo que sus cuerpos lo mantenían. Todos quedaron fascinados con la vista que se alzaba ante todos. Definitivamente no querían perderse ningún detalle de esa hermosa vista. Habían pedido comida y luego de varias copas de vino y risas ambas parejas se fueron antes de que la noche cayera.

-No puedo esperar a verte con mi cachorro en tu brazos...- dijo de la nada a la soledad de la habitación.

-Ni yo...- dijo Dean dibujando figuras extrañas en el torso del moreno -sabes aquella vez me dolió bastante el que la prueba diese negativo. Quería que hubiese sido positivo pero entendí que no era el momento aunque yo pensaba que sí- dijo con una sonrisa triste en los labios

-Ya verás que pronto será el momento y te juro que no me vas a soportar de tanto que voy a consentirte y cuidarte- respondió el moreno ambos soltaron una risa al imaginarse tantos bonitos escenarios.

-De seguro me convertiré en una bola humana.- dijo Dean riendo ante la imagen de él pidiendo antojos muy extraños y Sam corriendo para cumplírselos.

-Estaré encantado de verte así...- los ojos del alfa mayor se cerraron por inercia el sueño lo estaba venciendo.

-Te amo Sam...- dijo Dean y al no tener respuesta supo que este se había dormido. Aunque él no necesitaba que le respondiera, Dean sabía que el moreno lo amaba igual o más que él.

Así que luego de esas palabras el pelirrojo también se rindió ante el sueño que tenía. Bajo la hermosa vista del lago con la luna reflejándose en este. Una noche fría que hizo a Dean acurrucarse más contra el moreno que luego terminaron haciendo cucharitas Sam pegando todo su cuerpo a la espalda de Dean.

_ + a = _       •Sam y Dean• #IO2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora