Capitulo 9

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—Mamá, tu no te preocupes por nada. Ya te dije que estoy trabajando y me pagan bien. Todo estará bien— le doy consuelo.

—Hija, yo no quiero que te mates trabajando y estudiando a la vez—

—No me estoy matando, ni siquiera he hecho una mínima parte de todo lo que tú, y papá han hecho por nosotros. Estoy bien y me gusta trabajar, ustedes me enseñaron a ser independiente— le digo mientras termino una tarea—. No te estreses. Este mes quiero que salgas al centro comercial y te compres mucha ropita nueva mamá.

—No hija. Yo no puedo hacer eso—

—Lo siento mami, pero no te estoy preguntando. Te enviaré un dinero y me aseguraré de que vayas.—

—Hija...—

—Te amo mucho, mamá— mi voz se corta.

Yo más hija, todo va a salir bien. Te amo—

—Te llamaré más tarde. Un beso— cuelgo

Termino mis tareas y ordeno todo en su lugar.

—Emm, ¿que te parece si salimos a cenar?— propone mi mejor amiga.

—Sabes que- me interrumpe.

—Yo pago, mi papá me dio una nueva tarjeta infinita—

—Alaska sabes perfectamente que no me gusta estar derrochando el dinero de tu padre—

—Emma, no será una súper cena. Iremos a algún lado por una pizza o lo que sea. No tienes por qué molestarte—

—No estoy molesta es solo que-

—Te entiendo, o tal vez no porque aunque quisiera saber cómo te sientes es imposible ponerme en tu lugar. Todo esto es triste, demasiado difícil para ti y tu familia pero mientras yo esté a tu lado, que calculo serán unos cientos de años, te voy a aportar a tu vida aunque sea una pizca de felicidad— me mira expectante—. ¿Vamos por esa pizza?

—Está bien— me levanto de la cama y acomodo mi cabello en una cola, y me coloco la sudadera verde.

Sii, la misma del comienzo de toda esta locura.

—¿Recuerdos?— Alaska levanta repetidamente sus cejas y sonríe divertida.

El color verde es uno de mis favoritos y es porque se asocia a la esperanza, sentimiento al que muchas personas nos hemos tenido que aferrar con tal de no perderlo todo, y no me refiero a lo material.

—Déjame te aplico un poquito de corrector en esas ojeras, Em— busca entre sus cosas.

No sé si vieron la serie de Merlina, Wednesday. Pues el cuarto en el que duermen Merlina y su amiga está dividido,una parte es toda oscuridad mientras que la otra es luz, brillo, etcétera y en la de nosotras pasa algo similar y es que su lado es todo desorden mientras que  el mío es equilibrio y organización.

—¡Aquí está! El tapa ojeras mágico— corre hacia mi y coloca un poco para luego difuminar con la esponjita.

Salimos de la habitación y nos dirigimos a uno de los locales del campus.

—Buenas noches, señoritas. ¿ Que desean?—

—Buenas noches, si, dos pizzas , una napolitana y una cubana con un agregado de cebolla blanca. Dos refrescos de limón, un flan y una gelatina de naranja. Gracias— pide Alaska.

—No puedo comer todo esto, Alaska— me quejo.

—¡Tienes idea de cuántos niños en África quisieran tener comida!—

Un gol directo al corazón. (Editando)Where stories live. Discover now