Capítulo 10: Heridas

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Cuando menos lo esperó, chocó fuertemente con una figura delgada. Molly. Al levantarse perdió valiosos segundos de huida. Los ángeles lo alcanzaron y lo sujetaron nuevamente, dejándolo inmóvil de ambos brazos. De sus costados dejó salir dos brazos más y con la velocidad de un rayo sacó una brillante navaja de acero celestial. Con fuerza se la clavó en un costado al ángel más alto, quien soltó un quejido, pero no hizo mayor escándalo. Dicho ángel arrebató el arma de una de las cuatro manos del pecador y en pocos segundos la herida se cerró, como si no hubiera pasado nada.

Angel Dust dio un grito de agonía tan fuerte que su garganta dolió, justo después de sentir cómo ese jodido ángel lo apuñalaba con su propia arma. De su estómago ahora brotaba un espeso líquido rojo, su sangre, que manchaba el suelo blanco en un contraste de colores aterrador. Ellos empezaron a llevarlo a quién sabe dónde, inmovilizado y con un dolor tan fuerte que lo hacía retorcerse y no parar de quejarse aunque lo intentara. Vio en Molly la única esperanza de salvación.

—¡Molly, no dejes que me lleven! —le suplicó con su voz a punto de romperse.

La muchacha, que ya se había levantado y retrocedido un par de pasos, lo observó con una cara que Angel no fue capaz de descifrar. ¿Era miedo? ¿Preocupación? ¿Angustia, odio? Estiró uno de sus cuatro brazos esperando que su hermana hiciera algo por salvarlo, pero ella solo volteó la mirada y actuó como si nada pasara. Como si le hubieran dado una puñalada en el corazón, Angel vio a su hermana con una inmensa tristeza. El dolor que sintió fue incluso más grande que la apuñalada que tenía en su estómago. Sus tres grotescos pares de ojos comenzaron a llorar con intensidad. Una profunda decepción lo invadió al ver cómo la persona que más amaba lo abandonaba así. Era la peor de las traiciones. Una nube de miedo y tristeza lo invadió, tantas emociones lo hicieron sentir enfermo. El recuerdo que lo había atormentado desde su llegada al infierno revivió justo en ese momento, una clase de déjà vu en la que él dejaba que un grupo de hombres se llevaran a su hermana, pero ahora él estaba en su lugar. ¿Acaso esto era lo que ella sintió? Si bien siempre pensó en el dolor que le causó a su hermana, su imaginación no era nada comparada con la realidad que lo azotaba violentamente en ese momento.

Todos los años que llevaba en el infierno no tenían comparación con el sufrimiento que sentía en ese instante.

—¡Perdóname! —le gritó a su hermanita mientras lo alejaban—. ¡Molly, perdóname! ¡No puedo existir sabiendo que me odias, hermanita, perdóname por favor!

Las lágrimas que salían a chorros de sus ojos le impedían ver cómo los ángeles lo alejaban más y más de su hermana. Solo podía sentir el viento en su cuerpo por la velocidad del aleteo de las alas de aquellos seres.

—Por favor, por favor, por favor —murmuró Angel con la voz temblorosa.

👑

Charlie observó a un par de ángeles que llevaban a su amigo a la fuerza. Los ojos de Angel estaban llenos de lágrimas y había sangre en su ropa. El corazón se le quebró al ver esa imagen. La tristeza rápidamente fue suplantada por la ira. Se atrevieron a dañar a su mejor y único amigo, la única persona en todo el infierno, además de su padre, que creía en ella. La sangre burbujeaba en sus venas. Hematomas rojos sangre aparecieron lentamente en su cara y sus cuernos crecieron afilados como garras.

—Parece ser que tu amigo puso resistencia —anunció Sera.

Ya tenía suficiente.

Se lanzó contra uno de los ángeles, golpeándolo en el rostro. Lo tomó de ambos brazos con todas sus fuerzas y tomando una forma aún más demoníaca, arrojó al ángel contra los otros tres que la tenían rodeada. La figura de Charlie se veía más delgada y sus ojos eran completamente rojos, sus manos afiladas y sus cuernos tan altos que eran más grandes que su cabeza. Sera se interponía en el camino hacia Angel Dust, no dudó en rugir con fuerza y alzar su puño en contra de la serafín, quien imitó su acción. Ambos puños chocaron y tal fue el impacto que una explosión de fuerza hizo que el cielo entero temblara.

Alzó ambas manos y entre ellas invocó un fuego infernal, tan brillante como ardiente. Lo arrojó contra Sera, quien lo esquivó con inquietante facilidad. Con su dedo, Charlie disparó un rayo de energía que explotó contra Sera, arrojándola contra el aire. Aprovechó estos segundos clave para desatar su ira contra los ángeles que se llevaban a su amigo, haciendo crecer las sombras y dándoles una forma de tentáculo que no dudó en usar para atacar ambos ángeles. Atravesando sus pechos, causando que gritaran y soltaran a su amigo, la sangre angelical brotó. Corrió hasta él y lo atrapó justo antes de que impactara contra el suelo. Observó con horror cómo las heridas que le causó a dichos ángeles se cerraron en cuestión de segundos.

Todo a su alrededor era un caos. Las almas humanas gritaban y se escondían con temor, los ángeles intentaban tranquilizar a su gente y un puñado de ángeles la rodeaban mientras ella tenía a un herido Angel Dust en sus brazos.

N/A: Escribí esta mierda en el trabajo y me puse a chillar a lo wey

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