CAPÍTULO VII

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Como príncipe, Jungkook se ha enfrentado a muchas situaciones llenas de estrés, desde pequeño se le entrenó para que sepa cómo reaccionar y qué hacer; pero, como persona jamás ha estado en algo parecido.

Lo peor es que en esos momentos no sabe si es el príncipe o sólo Jungkook, si son sus reyes o sus padres. Los consejeros y demás líderes, lo tratan como a su gobernante, hablan técnicamente del asunto. Lo llevan a la gran sala de reuniones, donde está la bandera de su reino, el escudo de la Asamblea Absoluta, debe sentarse en la silla principal, que es enorme para él incluso si es un adolesecente alto y fuerte. Se siente insignificante, estúpido, frente a esas personas, ni siquiera entiende bien lo que le dicen.

—Iban camino al distrito Lee cuando fueron emboscados por hombres salvajes en su forma animal que salieron del bosque. Todos fueron cruelmente atacados, los guardias no pudieron defenderlos porque fueron exterminados en cuestión de minutos, a pesar de contar con armas de alta tecnología. El rey Byung-gyu murió antes de llegar al palacio, nuestro rey Ji-sub quedó gravemente herido.

Le informan, sin ninguna consideración, ni un poco de tacto o amabilidad, olvidan que le están diciendo a un joven que su omega está muerto, que su alfa lucha por sobrevivir, a ninguno de ellos le importa que Jungkook sea un hijo, quieren al príncipe.

Lo observan esperando que diga qué hacer a continuación, pero Jungkook no lo sabe, siente sus ojos llenos de lágrimas y la garganta cerrada, así que mira a su hermano en busca de apoyo.

Seokjin no le ha dirigido la palabra desde que todo comenzó, creyó que al menos de él podría recibir un abrazo, pero no obtiene nada. Ni siquiera le regresa la mirada, se mantiene distante, detrás de él, igual que un guardia que vela por su seguridad.

Aprieta la tela de su pijama, se repite que debe echar sus sentimientos a un lado y dirigir el asunto, sus padres lo dejaron a cargo.

—Comiencen las investigaciones —murmura con los ojos en el rostro de su hermano—. Llamen al capitán de la policía y movilicen también al ejército, cierren los límites del distrito Lee para hacer menores las probabilidades de fuga... Cuando lleguen díganles que se mantengan en comunicación conmigo y me informen todo lo que encuentren. Por ahora es todo lo que podemos hacer, esperar que nuestro rey sobreviva.

Los soldados y consejeros asienten, le hacen una reverencia y se despiden de él.

Jungkook queda solo, junto a Seokjin, pero al ver que este se mantiene igual, baja la mirada a sus manos. Tiene muchas ganas de llorar, pero siente que no es correcto.

Por un momento un cruel recuerdo llega a su memoria, no es de ninguno de sus padres, es de su hermano.

Cuando era pequeño se caía constantemente porque le gustaba correr aunque apenas supiera caminar, Seokjin siempre iba tras él y lo animaba en sus andanzas, cuando tropezaba era él quien lo tomaba entre sus brazos, si lloraba lo consolaba, y si no, lo tomaba de las manos y corrían juntos. Una vez jugaban a las escondidas, pero Jungkook era muy pequeño, tendría unos seis años, así que en su inocencia e ignorancia, corrió hacia el lago que está junto al palacio del rey.

Se ahogó.

No supo nadar ni reaccionar, sólo dejó que el agua llevara su cuerpo hasta el fondo. Pensó en su hermano, sólo en él, porque sabía que iba a rescatarlo. Seokjin apareció poco después, lo sacó con una sola mano, lo ayudó a respirar y luego lo abrazó con fuerza.

Lloraron juntos por varios minutos, pero Jungkook no lloró de miedo, sino porque le dolió ver sufrir a su hermano.

Lamentablemente sus padres se enojaron con Seokjin, lo acusaron de querer asesinarlo y le prohibieron salir de su habitación en tres días. Jungkook rogó y suplicó que lo dejaran, aseguró que era su culpa, pero Seokjin sólo sonrió y le dijo que todo estaba bien.

THE SILENT TREE (KTH&JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora