CAPÍTULO II

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Jungkook decide pedir una reunión con su prometido tres días después.

Seokjin le ayuda a alistarse, le busca un hanbok muy bonito, ya que según él esta reunión es de suma importancia y no debe usar ropa normal, también se esfuerza en hacerle un hermoso maquillaje y peinado, aunque con su cabello corto tiene pocas opciones.

—Le informé a la familia de tu novio que también le pusieran un hanbok —informa Seokjin mientras le pinta los labios.

—No es mi novio —gruñe Jungkook.

—Técnicamente lo es, chillón.

Jungkook sólo rueda los ojos, no está de ánimos para discutir tonterías. Se siente nervioso y asustado, se esfuerza en ser positivo, en pensar lo mejor, ¿pero cómo puede? Un matrimonio arreglado suena mal de cualquier forma, pero en su caso es algo que ni siquiera entiende bien porque no es conveniencia, sólo el otro chico resultará beneficiado, Jungkook ya lo tiene todo como príncipe heredero, la otra parte no le aportará nada con esa unión.

—Listo, mira lo que le hice a tu cara —anuncia Seokjin mientras le pasa un espejo.

Jungkook lo toma para mirarse y ciertamente queda anonadado. Él se sabe hermoso, pero la ayuda del maquillaje y el peinado hacen algo realmente increíble con su aspecto.

Su hermano sonríe con orgullo.

—Vas a dejarlo sin palabras —murmura Seokjin cerca de su oído.

Elige confíar y creer en sus palabras.

Va a la terraza donde han concretado la reunión, Seokjin es el elegido para acompañarlo, porque los dos jóvenes no pueden estar solos, aunque él es un poco flexible y lo deja a mitad de camino para darle un poco de privacidad. Al ir caminando el cabello se le va un poco a la cara, porque lo único que hicieron ahí fue ondularlo, lo lleva suelto sostenido torpemente con un broche rosa puesto al azar, es algo muy molesto que se debe ignorar para mantener el decoro.

Una vez que se encuentra solo en camino a su destino, su mente comienza a llenarse de dudas y expectación. Se imagina cómo será el chico, no le importa mucho el físico, así que espera que sea alguien inteligente y tenaz, con el perfil de un rey que pueda llevar el mando de su reino junto a él.

Tal vez tenga una voz profunda y firme, le emociona imaginar que puedan discutir sobre los escritos antiguos o compartir algún pasatiempo, tal vez, si se llevan lo suficientemente bien, incluso puedan estudiar juntos en las tardes.

Sus manos sudan un poco y se le acelera el corazón mientras más se acerca, da la vuelta a una esquina y divisa la terraza, siente que todo se detiene porque ha llegado el momento de conocer a su futuro espero.

Pero se lleva una gran desilusión al encontrar el lugar completamente solo.

Ahí no hay nada más que una mesita con té, dos almohadillas para sentarse, frente a frente. Afuera de la terraza se alza el árbol de flores azules que le gusta al rey Byung-gyu.

Quiere encontrar razones para la desolación, pero no existen. No hay posibilidades de que se haya equivocado de lugar porque él eligió en donde se reunirían, tampoco está fuera de horario... Sólo una cosa está mal y es el otro chico.

Eso ya le desagrada, ¿con qué derecho lo hace esperar cuando él es el príncipe? Aunque no lo fuera, si concretaron un tiempo exacto se debe respetar y ser puntal. Mira la hora en su teléfono, que esconde en el hanbok, y se da cuenta de que lleva dos minutos de retraso.

Resopla con molestia, pero no tiene oportunidad de volver a quejarse porque un delicioso aroma llega hasta su nariz, el mismo que olió el día que le anunciaron su compromiso, por instinto se gira para buscarlo y al hacerlo se encuentra con un joven que viene hacia él.

THE SILENT TREE (KTH&JJK)Where stories live. Discover now