CAPÍTULO V

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—¡Seokjin! —llama alguien desde lejos.

Seokjin se detiene y da media vuelta para enfrentar a quien lo busca.

—Líder Min —saluda al reconocerlo. Hace una reverencia y sonríe lo mejor que puede, aunque un pequeño ataque de tos lo invade.

—Debes cubrirte mejor ahora que la nieve llegó —ordena amablemente Min Seongju, el líder de ese clan al mismo tiempo que se acerca a él y le acomoda la bufanda que lleva en el cuello.

—Lo haré, gracias por la recomendación.

—Hoy en tu cumpleaños —dice de repente con una pequeña sonrisa.

—Ah... sí. —A Seokjin ya no le sorprende que el líder lo recuerde, cada año lo felicita.

—Te traje un pequeño regalo —Se aleja de él para desabotonar su abrigo y sacar un obsequio pequeño envuelto en papel rojo—, espero que te guste.

Seokjin toma el regalo y sonríe genuinamente, lo mira a los ojos con cariño, porque es Seongju el único que ha mencionado su cumpleaños.

—Gracias, líder.

—Eres todo un hombre ahora.

—No lo creo.

—Claro que sí, tu madre debe estar orgullosa de ti, allá donde está, con la Luna.

Su sonrisa vacila, pero intenta que no sea muy notorio. No le gusta escuchar eso, porque no lo siente como una verdad, constantemente se pregunta si su madre realmente se pone feliz al verlo.

Le duele pensar que se siente decepcionada.

—Hago lo mejor que puedo —responde en voz baja.

—Tu madre y mi esposa eran muy buenas amigas, crecieron juntas.

—Lo sé...

—Ellas... Cuando naciste estabas mucho tiempo en mi casa, mi esposa te cargó en sus brazos y te presentó a nuestro bebé, aunque eras tú mismo uno.

—Sí...

—Tienes la edad de mi hijo —murmura y, aunque no pierde la sonrisa, su semblante se vuelve triste—. En marzo será su cumpleaños, veintitrés años, hace tanto tiempo que me lo quitaron.

Seokjin no sabe qué responder, inconscientemente aprieta el objeto entre sus dedos. El viento frío del invierno le congela la piel, quiere evadir el tema e irse, pero no puede, no sería correcto dejar a ese hombre con su dolor.

Min Seongju tiene dos hijos, el gran heredero de su clan, y el menor, que desapareció el mismo día que nació. El nueve de marzo de mil novecientos noventa y tres el clan Min debió celebrar la llegada de su pequeño bebé, pero sólo hubo tragedia. La esposa del líder fue brutalmente asesinada y su hijo secuestrado.

Nadie sabe nada de él, en más de veinte años no se han encontrado pistas o señales de su paradero, la tierra se lo tragó. Algunos le han dicho a Seongju que se dé por vencido, pero él, dentro de sí, sabe que su hijo está vivo, por eso nunca se detiene.

—A veces me pregunto si se parece a ti —susurra Seongju viéndolo a los ojos—. ¿Sera tan alto como tú o más? ¿Tendra una mirada como la tuya? ¿Sera delgado o gordo? Yo... quisiera saber cómo es. —Su voz se rompe y algunas lágrimas escapan de sus ojos.

Seokjin se mantiene en silencio, pero sus propios ojos se humedecen, debe tragar saliva y siente un dolor agudo en el pecho, aunque finge que es por la enfermedad.

—Líder...

—Lo siento —se apresura a decir y se limpia los ojos—, no debería aturdirse con estas tonterías en tu cumpleaños.

THE SILENT TREE (KTH&JJK)Where stories live. Discover now