Vargas, Kafka y amigos

13 2 0
                                    

El siguiente día de ensayo, como de costumbre, Alejandro fue el primero en llegar, y, como era costumbre últimamente, fue recibido por Simón solo para ser abandonado por él unos momentos después, así que decidió buscar a Martín en espera de que este lo acompañara mientras el otro chico terminaba de hacer lo que estuviera haciendo. Fue a buscarlo a su habitación y lo encontró aún en pijama, algo inusual para él, especialmente a esa hora del día, decidió tocar la puerta para hacer notar su presencia antes de pasar

- Quiubo, Marto, ¿todo bien?

- Ah, Alejo, sí, sí, todo bien, siga

- No se ha cambiado, ¿es que no piensa estar en el ensayo?

- No, yo creo que mejor me quedo acá

- ¿Y eso? ¿Por el colegio?

- No, bueno, sí quiero avanzar algunos trabajos

- ¿y no puede esperar?

- Aunque pudiera no me parece que Simón realmente me quiera en el ensayo

- ¿Pasó algo?

- Pregúntele a él, que es el raro últimamente

- Bueno, ¿qué hizo?

- Parece que no quiere verme últimamente y me habla mal si le dirijo la palabra. Yo creo que es mejor esperar que se le pase la molestia. Si escriben algo nuevo y me necesitan pues igual los ayudo, pero no quiero que de pronto la cosa se ponga incómoda y dañarles el ensayo

- Me suena muy extraño, ¿está seguro de que estaba molesto?

- Bueno, tampoco me lo dijo tal cual, pero creo que el mensaje queda claro, ¿no?

- A ver, pero ¿cómo fue?

- Llegó anoche algo tarde y solo le pregunté a dónde había ido, pero simplemente se molestó y se fue

- Entiendo, bueno, Simón tiene por ahí unas situaciones complicadas, ni siquiera a mí me ha dicho bien de qué se trata, de pronto es el estrés de eso

- Yo puedo entender que tenga sus cuestiones, pero eso no es problema mío, no es el único que tiene problemas

- Tiene razón, Simón no tenía razón para tratarlo así, pero trate de entenderlo, si no le ha contado a nadie debe ser algo serio; estoy seguro de que no era su intención

- Supongo

- Además ya sabe que a Moncho le encanta hacerse el interesante

- Ja, ja, ja, eso es cierto

- Yo lo entiendo muy bien, Marto, en clases es lo mismo

- ¿Cómo así? ¿se pone también en este plan?

- No, pero se intenta hacer el intelectual incluso con las preguntas de sí o no

- Ja, ja, ja, eso es muy de su estilo

- Y lo peor es que a los profesores les encanta

- Sí, así es Moncho

- ¿Qué hice yo? -dijo el aludido entrando al lugar con una sonrisa

- Ser tan metido precisamente -respondió Alejandro en tono de burla

- No pregunto más entonces -dijo este con una pequeña risa- ¿y usted así va a andar en el ensayo o es que no piensa estar? -preguntó en dirección a su hermano con una sonrisa

Alejandro miró a Martín en espera de una señal de si debía intervenir, pero este simplemente sonrió y respondió

- ¿No le gusta el conjunto?

Nuestras Canciones (Sobre El Amor Y Sus Efectos Secundarios) || MoratWhere stories live. Discover now