Cuarenta y dos

137K 21.8K 728
                                    


Nos quedamos dormidos hasta que la enfermera Mildred nos llevó adentro para recibir el medicamento. Volviste a quedarte dormida en la silla y te contemplé.

Te amaba, Lili, por Dios que lo hacía. Con tu carita pálida y las ojeras debajo de tus ojos, no importaba si tenías cejas o cabello, tampoco si eras delgada y menuda. Yo amaba que me miraras, amaba que me hablaras, amaba cualquier cosa que viniera de ti.


El príncipe que no tuvo su final feliz © ✔️ (M #0)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora