Capítulo quince

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El capítulo es el más largo que he escrito. Contiene escenas fuertes y, si eres una persona sensible, te recomiendo saltarte esta parte y continuar con la historia.

El 3 de julio es oficialmente el cumpleaños de Madison Foster.

¡Feliz cumpleaños, Madison!

Ahora, disfruten del capítulo.





—¡Que los cumplan feliiiiz, que los vuelva a cumplir! —resonó la desafiante voz de Heather mientras saltaba sobre mi cama, revolviendo las mantas a su paso.

—¡Que los siga cumpliendo hasta el año 3000! -—la segunda voz de Cassie con igual falta de afinación, en una graciosa competencia por ver quién desentonaba más en aquella peculiar serenata.

La melodía era un auténtico desastre, pero la intención y el cariño con el que la entonaban era lo que realmente importaba. Era el típico y divertido intento de mis amigas por celebrar mi cumpleaños, con esas voces capaces de hacer temblar los cimientos.

—¡Feliz cumpleaños, Maddie! ¡Feliz cumpleaaaaños a ti! —vociferaron a coro ya pleno pulmón, cual concurso por determinar quién podía ser más escandalosa. Sus chillidos colmaron la habitación de una energía vibrante que terminó por despertarme por completo, dibujando una sonrisa radiante en mi rostro. En ese preciso instante, me sentí profundamente querida y afortunada de tenerlas a mi lado.

Abrí los ojos aún somnolienta, incorporándome en la cama mientras bostezaba y me descansaba con pereza. La claridad que se colaba entre las cortinas era inusualmente brillante, haciéndome comprender de inmediato el motivo. Giré la mirada hacia ellas con una sonrisa, encontrando sus expresiones rebosantes de una felicidad contagiosa. Cassie y Heather siempre tuvieron esa incuestionable alquimia entre ambas, una energía vibrante que las complementaba a la perfección. Presenciarlas juntas era como asistir a una explosión de alegría pura y cómplice complicidad. Me llenaba de dicha ver cómo Cassie se había integrado tan bien a nuestro círculo; Realmente se había convertido en una gran amiga para mí.

—¡Feliz cumple, preciosa! —Cassie me regaló una sonrisa mientras radiante me envolvía en un fuerte abrazo.

—Muchas gracias, Cass —respondí sonriente, correspondiendo su efusivo gesto.

—Tengo un regalo para ti —siguió diciendo con emoción mal contenida. Me entregó una caja rectangular forrada en papel lila, con un hermoso moño blanco que resaltaba sobre el fondo.

—Oh, Cass —sonreí enternecida—. No tenías que molestarte, pero te lo agradezco muchísimo. Es un gesto muy dulce de tu parte.

—Tonterías, no es ningún problema. Lo compré con mucho cariño y, bueno, con dinero, por supuesto —dice con una sonrisa traviesa mientras agita su mano para restaurarle importancia, lo que me hace soltar una risa—. Ábrelo, estoy seguro de que te encantará.

Asiento con una sonrisa tímida mientras desato el moño y abro la caja, sorprendiéndome gratamente. Rápidamente saco su regalo y no puedo contener un grito de emoción. La abrazo con fuerza, expresándole mi profundo agradecimiento.

—¡No puedo creerlo! ¿Cómo lo conseguiste? — Cuestionó emocionada mientras tomo la pijama de unicornio de color azul marino. — Heather y yo hemos estado buscando este pijama durante tanto tiempo. Nunca pudimos encontrarla, ¡y hasta en internet está agotada! —comentó con una sonrisa radiante, llena de felicidad, mientras me levanto para probármela, ansiosa por sentir la tela suave y cómoda sobre mi piel.

—Tengo mis contactos, cariño — me guiña el ojo con complicidad, regalándome una sonrisa pícara —. Compré para todas, así podremos tener una pijamada genial y divertirnos compartiendo nuestros secretos.

Cautivado por una pequeña mujerWhere stories live. Discover now