Lista para su cena.

— Mya, ¿Cómo te fue en tu día? — Se acerca Jimin a ella besando su frente con total confianza. Esa confianza que se ha ganado por parte de ella.

Los observo cautivado como conversan un poco entre risas.

Son mi mundo.

Mi deseo es seguir viviendo momentos así con ellos. Se esta volviendo casi imposible de creer que sea tan feliz. A veces pienso que es un sueño y despertaré en cualquier momento pero no es así. Fui bendecido al tener a mi madre y a Jimin, ambos se llevan de maravilla y vamos por buen camino a algo que estoy pensando en estos días.
Es pronto lo sé pero si todo sigue marchando como quiero lo haré sin dudar. Porque mi madre me ha enseñado tantas cosas entre ellas el significado de unirse con alguien más cuando crees que es el momento correcto.

Y yo quiero unirme con Jimin.

En matrimonio.

Soy jóven con apenas veintitrés años para pensar en matrimonio, eso me dirán algunos y quizás hasta el mismo Jimin pero ese es mi deseo. Quiero pedirle que se case conmigo. Ya después, mucho después, podemos adoptar niños.

Bueno, según como vaya todo en nuestra relación, más adelante haré realidad lo que deseo.

— Esta perdido mi niño.— Escucho a mi madre.

Salí de mi ensoñación y los miro a ambos que están burlándose de mi.

— Esa expresión cursi que pusiste mientras parecías pensar en algo espero que haya sido por mi.— Dice Jimin acercándose para tomar asiento a mi lado.

— Claro que fue por ti amor.— Le guiño un ojo.

Dejamos de lado las risas cuando unas empleadas empiezan a traer la cena. Saboreo visualmente al ver tales platillos. Sin embargo, mi madre hizo un pequeño quejido de decepción, confundiéndome. E igualmente pasa con Jimin quien se decide a preguntarle.— ¿Pasa algo Mya?

— Nada.— Responde bajando la mirada.

— Mya.— Insiste Jimin.

En ese momento y estamos acostumbrados a ella. Interviene la enfermera Kim Yuri para hablar por mi madre.

— La señora Jeon preguntó si podía cenar un poco de pato y le respondí que si. En una porción pequeña. Así que le pedimos a la cocinera que preparara pato con una salsa sin tanto aderezo. Ella dijo que lo haría pero...— Señaló los platillos de la mesa.

— No lo hizo.— Completa Jimin y noto como aprieta los puños debajo de la mesa.— ¿Donde esta la cocinera? ¡Díganle que venga! — Le ordena a las empleadas que están paradas como estatuas a nuestro alrededor.

Ellas asustadas salieron en busca de la cocinera.

Ay, el problemón que se viene.

Si algo he notado es que Jimin se desvive por mi madre y trata que este como una reina.

— No es necesario decirle algo a la cocinera. Yo puedo comer lo que esta en la mesa.— Trata mi madre de apaciguar la intranquilidad de Jimin pero él no cedió en ese momento porque esta disgustado por una orden no cumplida.

La cocinera entró al comedor y miró preocupada a Jimin.

— ¿No fue del agrado la cena señor?

— No lo sé porque aún no lo he probado. El problema es que mi suegra te pidió pato para cenar... ¿Por qué no hiciste pato como ella quería?

La mujer se puso pálida como un papel.

— Este...— Titubea.

— Jimin querido. No agobies a esta mujer. Yo comeré lo preparado.— Mi madre se sintió apenada por el problema que se ocasionó.

SEX PARTNER || KOOKMINWhere stories live. Discover now