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Las luces luminosas de distintos colores que habitan en Seul por la noche dejan casi ciega a una muchacha joven nueva en aquella grande ciudad.

Intentando adaptarse a ver tantas luces a su alrededor ( le causaban dolor en los ojos) ya que está acostumbrada a la poca luz de su pueblo, prácticamente esto es un nuevo mundo para ella.

Un mundo que jamás pensó que llegaría a ponerle un pie en toda su vida, supongo que para las circunstancias no tenía otra opción.

Mira a su alrededor con curiosidad, había mucha gente y de alguna forma eso la agobiaba.
Su diminuto pueblo no estaba lleno de personas y el aire fresco era más presente en el lugar, Seul es todo lo contrario al lugar donde creció.

Empieza a dudar si es correcto que esté en un lugar así, ella se esperaba algo más distinto cuando subió aquel último bus de la noche que su destino es este lugar.

-- Mierda -- susurra al ver cómo más de treinta personas cruzan juntas muy apegadas la calle, siente un escalofrío cuando nota a su alrededor más gente con la intención de cruzar también.

"¿Por qué apenas hay espacio? ¿No se supone que Seul es muy grande?"

Se siente tan pequeña alrededor de toda esa manada de personas.
Intenta relajar su cuerpo ya que el repentino pensamiento de que la pueden robar hizo presencia en su mente, lo último que necesita es que le roben lo poco que tiene.

Sujeta su mochila con fuerza mientras intenta cruzar con rapidez, chocó con algunas personas pero por culpa de los nervios no se disculpó y siguió recto con el objetivo de llegar rápido.
Aceleraba sus pasos cada vez más y más desesperada.

Cuando llegó al otro lado de la calle sintió un alivio ya que ahora ya no esta tan rodeada de personas.

Se toca con su nerviosa mano el pecho sintiendo los latidos de su corazón acelerando, mira a su entorno intentando buscar una solución para su problema actual; Encontrar un lugar en donde dormir.
Trajo algo de dinero pero viendo los precios de la comida callejera puede darse cuenta de que lo que trajo no le sirve ni para ir a un hotel.

Siente cierta frustración ya que su plan no está funcionando como ella se había imaginado en su cabeza una y un millón de veces.

Distraída en sus pensamientos camina cabizbajo agena a su alrededor, intenta hacer trabajar sus neuras intentando sacar una solución pero solo se está causando dolores de cabeza para ella misma.
Por culpa de su distraída mente o por su " búsqueda de soluciones" termina chocando con alguien o algo causado que caiga de culo al suelo.

Con el ceño fruncido se soba la frente ya que ahí es donde se pegó al chocar, escucha un leve gemido de dolor por lo que levanta la cabeza conectando su mirada con unos ojos oscuros como la noche que tiene frente suyo.

-- Perdona... -- murmura nervioso el chico mientras intenta acercarse a la joven para ayudarla.

Esta le entrega una de sus manos para poder levantarse mientras que con la otra sujeta su mochila con temor de ser engañada y terminen robando todo lo que que tiene. Su hermano le advirtió muchas veces que las personas de cuidad son malas y estafadoras, que tuviese cuidado con ellos.

La adolescente analiza al chico con desconfianza, tiene el pelo castaño y bastante despeinado, está vestido de blanco de pies a cabeza y para finalizar hay un pequeño perro blanco detrás suyo que la mira con desconfianza.

-- Lamento el accidente -- se disculpa por segunda vez el castaño al ver que la chica no habla y está con el ceño fruncido.

Desvía su mirada a su perro tratando de calmarse pero es imposible aquello cuando ella no deja de fulmanarlo como si lo que hiciese fuera el mayor pecado del mundo.

La peliblanca de relame los labios pensativa, no tiene idea de nada sobre este lugar y este chico acaba de chocar con ella, puede simplemente aceptar sus disculpas y seguir recta aún pérdida y sin soluciones.
Eso no suena conveniente, tarde o temprano tendrá que pedir ayuda a alguien y es mejor que lo haga con él.

Juzgando por su apariencia se le nota que es un chico muy tímido, demasiado para su gusto, con malicia sonríe para sus adentros cuando las palabras de su hermano llegan a su mente.
Ya tiene su pequeño plan que hacer.

-- Ayúdame -- habla por primera vez la peliblanca desde que chocaron -- Te perdonaré si me ayudas.

Con el ceño fruncido por la confusión mira a la chica frente suyo como si fuese de un bicho de otro mundo.
La fémina se impacienta con el silencio dudoso del castaño.

-- ¿Lo harás o no? -- insiste la muchacha dando un paso más cortando la distancia entre los dos, el perro se pone alerta por la cercanía de la chica por lo que empieza a ladrar.

Un poco angustiado por la reacción de su pequeño amigo se agacha para acariciarlo.

-- Espera Edén, tranquilo -- el cachorro se relaja con el tacto de su dueño en su espalda pero aún no baja de guardia.

El joven castaño miró de nuevo a la peliblanca viendo que esta aún no tiene las intenciones de irse sin que él responda.
Le parece justo que le ayude un poco ya que se siente algo culpable por chocar con ella, además, juzgando por su vestimenta y su apariencia no parece ser de Seul.

Él sospecha que están en la misma situación por lo cual decide ser algo generoso con la situación.

-- Está bien, te ayudaré en lo que sea.

Con satisfacción la fémina se cruza de brazos, al parecer su plan de intimidar a los demás funcionó, definitivamente tiene que darles las gracias a su hermano por el consejo.

-- Perfecto, estoy muy perdida ya que soy nueva -- explicó como si el contrario no se hubiese dado cuenta de aquello -- Ayúdame a encontrar un lugar donde pueda pasar la noche con esta cantidad de dinero.

Se sacó su monedero del bolsillo abriéndolo para mostrar la cantidad de dinero que tiene, el castaño hizo una leve mueca de disgusta al ver que no tiene ni para una noche.

La miró con cierta pena sin saber cómo decirle aquello, la peliblanca entendió la situación apesar de que no haya dicho ni una sola palabra, aquel silencio confirmó su mayor miedo.

-- Vale, lo entendí -- escupió con enfado consigo misma.

Él la mira algo triste, puede notar la frustración ajena de la joven ya que el pasó por lo mismo, es más, aún sigue estando en la misma situación.
Estaba muy desesperado, tanto que huyó sin tomar dinero ni nada por el estilo. Simplemente se llevó a ese pequeño animal para escapar de ese infierno que vivió en aquel verano.

-- Bueno, esto me lo busqué yo misma -- murmura algo sería mientras guarda su monedero -- En fin, gracias.

Sin esperar una despedida por parte del chico se fue caminando recto sin rumbo alguno.

El castaño quiso detenerla pero luego de pensarlo mejor decidió no hacer nada, ella sabrá lo que hará.

Ahora ambos jóvenes sin hogar siguieron caminando en caminos distintos en busca de una solución para la situación en la que están.

Tal vez él destino los haga volver a verse de nuevo.

𝐒𝐎𝐋𝐎𝐒 ☻ ☹                                                    𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐒𝐌Where stories live. Discover now