Capítulo 20: Maximilien, Oliver y Sophie

311 36 59
                                    

Me sentía nervioso y asustado, tenía miedo de que Sophie me odiara por dejarla con papá. Estaba dando vueltas por toda la sala, papá llegaría en cualquier momento.

-Si sigue dando vueltas de esa manera voy a terminar mareado niño Maximilien - dijo Bastián obligándome a sentar.

-¿Y si me odia? - pregunte mirándolo asustado.

- Sophie nunca lo odiara - la puerta se abrió dejándome ver a una preciosa niña de ojos azules, cuando papá me señalo ella me miró con una gran sonrisa, mi corazón empezó a latir con fuerza.

-¡Príncipe! - corrió hacia mis brazos y me abrazó con fuerza.

- Te extrañe tanto - dije mientras la levantaba. Puedo jurar que vi una pequeña sonrisa en la cara de papá.

-Pueden ir a dar estas escenitas en otro lugar, vendrán personas importantes para la gran noticia de mañana - me miro de pies a cabeza con el ceño fruncido - El rubio no te queda mal.

Sonreí inconscientemente, por lo menos no dijo nada desagradable.

- Gracias padre - sonreí burlonamente - Iré con Sophie a mi habitación.

Subí con Sophie aún en mis brazos, Sophie era mi calma en tanto caos.

- Papá Maximilien dijo que estabas enojado conmigo y que por eso no me fuiste a ver - dijo cuando la deje sentada en la cama, no me estaba mirando.

- Cariño - cuando me escucho levantó la cabeza para mirarme, estaba llorando - No estaba enojado, papá Maximilien a veces es muy gracioso, estuve de viaje por mis estudios.

Con sus manitos empezó a secarse las lágrimas y empezó a jugar con sus manos, eso significaba que estaba nerviosa o que quería preguntar algo.

- ¿Tú me quieres?

- Claro que si Cariño, te quiero mucho, mucho, hasta el infinito y más allá - dije sacándole una gran sonrisa.

-Te extrañe mucho, príncipe - me arrodille para estar a su altura y la abracé.

- Sophie, ¿papá te hizo daño? - pregunté con miedo.

-Papá no me hizo daño, papá me contaba cuentos y me daba mucho helado, la señorita Luna me contaba muchos cuentos y decía que papá me quería mucho, después me llevaba a comprar muchas muñecas - dijo emocionada.

Así que señor odio a la niña, si la quería, hizo cosas que conmigo nunca hizo, pero por lo menos no le hizo daño.

- Desde ahora seremos nosotros dos contra el mundo, te quedarás conmigo y papá, dormirás conmigo y te contaré muchos cuentos - dije sonriendo.

-¿Por siempre? - preguntó dudosa.

-Por siempre pequeña princesse - dije abrazándola otra vez, la extrañaba demasiado.

-Je t'ai vu à la télé, tu étais avec mon équipe préférée, tu avais l'air très heureux - me sorprendí por su perfecta pronunciación y por lo que dijo.

-¿Desde cuándo hablas francés a la perfección niña tonta?

-Papá se enojaba si no hablaba bien y me contrato muchos profesores, aprendí rápido para que no se enoje por mucho tiempo - dijo mordiendo su labio.

Apreté la mandíbula al escucharla, apenas Sophie tenía cinco años.

-Papá ya no estaba enojado, estoy muy orgulloso de ti pequeña saltamontes.

-¿Conociste a Messi? - preguntó con emoción.

-No conocí a Messi, pero si a los demás jugadores, todos son muy buenos, estuve con ellos por mi trabajo, tal vez te lleve a conocerlos - se soltó de mi agarré y empezó a saltar en la cama gritando con emoción.

Un encuentro inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora