Vanessa se dispuso a buscar a Taylor y a Thelma por todo el recinto, hasta que las encontró en la biblioteca leyendo el diario secreto de Michelle.
- ¡Ustedes dos!- exclamó Vanessa- Venid conmigo.
Taylor y Thelma se asustaron, rápidamente cerraron el diario y se acercaron a ella con el diario de Michelle en las manos de Thelma.
- Primero, dame eso- dijo arrebatándole el diario a Thelma- Segundo, síganme.- añadió.
Ambas la siguieron sin preguntar ni decir una palabra, estaban totalmente avergonzadas y atemorizadas. Llegaron al despacho de la madre Letizia y ambas se sorprendieron, temiendo lo peor.
- Aquí están, madre Letizia- dijo con una sonrisa Vanessa.
- Que pasen- respondió ella.
Se pasaron un largo rato ahí y por los cristales Vanessa vio a Michelle irse a su habitación.
- Madre Letizia, las dejo con usted.- dijo Vanessa- Tengo cosas que hacer en mi despacho.
- Está bien, Vanessa.- respondió la madre Letizia- Puedes irte.
Vanessa se inclinó mostrando respeto y salió del despacho de la madre Letizia para después irse a la habitación de Michelle.
- Eres un amor- dijo entrando en la habitación de Michelle.
- ¿Yo?- dijo sonriente.
- Sí, cariño- afirmó Vanessa.
Vanessa se puso frente a la espalda de Michelle y la abrazó con fuerza
- ¿No crees que estás siendo demasiado sobre protectora?- preguntó Michelle riéndose.
- No, solo cuido bien a mi alumna favorita.
- ¿Sólo soy una simple alumna para tí?- preguntó esta vez más seria.
- Claro que no.- afirmó- enserio, eres parte de un cuadro del museo de bellas artes.
- ¿Cuál es tu artista favorito?- preguntó Michelle.
- Michelle Attaway- respondió Vanessa, asomando su cabeza sobre el hombro de Michelle.
Michelle trató de comprenderlo por un par de minutos, y, al comprenderlo se sonrojó.
- Esa artista me encanta- dijo sonriente Vanessa.
Sin decir nada se besaron y intensificaron el abrazo.
- Me tengo que ir, querida.- dijo Vanessa- Porque si nos llegara a ver la madre Letizia me mata.- dijo mientras salía de la habitación.
Michelle, sonrojada se quedó de pie en la misma posición en la que Vanessa le había dejado hasta verla irse y cerrar la puerta.
- Esta mujer me tiene mal- se dijo Michelle a sí misma mientras encendía un cigarrillo.
Momentos después Michelle, aburrida salió de la habitación y se dirigió al despacho de su profesora, que estaba a pocos pasos de su habitación. Entró mirando al suelo y se encontró a Vanessa mirando el auto retrato de la alumna totalmente disociada. Michelle se acercó y se posó a su lado.
Vanessa comenzó a observar a Michelle silenciosamente y luego ambas apreciaron el pequeño cuadro.- Es hermoso, eres hermosa- dijo Vanessa.
Michelle se sonrojó y observó a Vanessa. Esta después de un largo rato se aproximó hacia su estantería y sacó un ramo de rosas de ella. Se colocó frente a Michelle y comenzó a unir sus caras.
- Eres una auténtica artista- dijo.
- Tú sí que lo eres, querida.- respondió Michelle.
- Yo no sería capaz de hacer tan hermoso retrato- dijo Vanessa con una sonrisa iluminadora.
- Sí, podríamos hacer uno juntas.- dijo Michelle.
- Es un auto retrato perfecto...-dijo con ilusión Vanessa- la expresión, las facciones finas del rostro, los ojos...- hizo una pausa- los ojos reflejan tu alma, no puedo despegarme de ellos.- murmuró para después besarla.
Ambas se despegaron del dulce beso y ambas esperaban algo más. Luego, en total silencio Michelle intentó ser sincera y con la mirada perdida comenzó a contarle una parte de su vida. Vanessa estaba totalmente atenta.
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Querida profesora
RomanceA Michelle Attaway un día repentinamente la cambian a un colegio de monjas en el cual conoce a una interesante profesora del lugar llamada Vanessa Russ. Juntas sufren de muchas experiencias tanto como peligrosas como tristes, pero todos lo saben. Mi...