II

11 4 0
                                    

Michelle estuvo toda la clase haciendo el payaso y respondiendo de mala manera.

- Pues es cuando...

- ¡Suficiente Michelle!- exclamó Vanessa- te espero después de clases.

Toda la clase se comenzó a reír y Michelle estaba enojada.

- Está bien señorita Russ- respondió hirónicamente Michelle.

Las clases acabaron y todos comenzaron a salir, incluso Michelle.

- ¡Eh!- dijo Vanessa- te dije que no Salias de aquí hasta hablar conmigo.

- Vaya- suspiró Michelle- que sea rápido.

- No te puedes comportar de esa manera, Michelle- dijo Vanessa una vez vio que todos los alumnos estaban fuera.

- Venga ya, barbie.- dijo mirando a Vanessa mientras se mordía el labio- solo lo paso bien.

- Puedo llegar a comprenderlo, pero interrumpes mis clases y eso no puede ser, haz el tonto en otra parte, Michelle.

- No me comprendes- dijo Michelle de un modo coqueto- me gusta verte así Barbie.

- No intentes coquetear conmigo, podría ser tu madre.

- Eso es lo interesante, querida- dijo Michelle acercándose a ella.

- No, Michelle, tranquilízate, vamos a ver.- dijo Vanessa al ver a Michelle acercarse- no vas a lograr nada conmigo.

- Pues me gusta usted bastante- respondió Michelle.

- Soy una prestigiosa profesora que lleva 20 años dando clases aquí, ¿Crees que me rendiré ante los pies de una alumna?

- Es posible- dijo Michelle entre risas.

- No Michelle, y si lo llegara a hacer no sería contigo.

- Ya verás como cambias rápido de opinión- dijo Michelle mientras recogía sus cosas.

- No te quedes conmigo, Vete a tu habitación Michelle.

Michelle con poca gana asintió y salió rápido del salón de clases.

- ¿Enserio te gusta la propuesta?- Preguntó emocionada Thelma.

- No, no- dijo Michelle- yo nunca dije eso.

- ¿Y por qué tienes tantas confianzas con ella?

- Pues porque me parece interesante- contestó Michelle encendiendo un cigarrillo.

- Uy, estás colada por la profesora, Michelle.

- Que no, son cosas tuyas.

- Thelma, a tu habitación antes de que llame a la madre Letizia- dijo Vanessa desafiante- y tú, Michelle- dijo acercándose y quitándole el cigarrillo- no me gusta que fumes.

- Uy- dijo Thelma entre risas.

- No me gusta que nadie fume- se auto corrigió Vanessa mientras apagaba el cigarrillo y lo tiraba a la basura.- ¿Sabes en el lío en el que te puedes meter, Michelle?

- Déjame en paz Barbie- dijo Michelle una vez observó que Thelma abandonó la habitación.

- Me preocupó por tí, Michelle.

- ¿Quieres un cigarrillo y hablamos?

- No te intentes quedar conmigo, sólo te estoy aconsejando- le reprendió Vanessa.

- No dijiste que no, anda- insistió Michelle.

Vanessa se controlaba ante la tentación de fumar el cigarrillo que le ofrecían, pero, sabía que se iba a meter en problemas con la madre Letizia si accedía.

- Me voy a mi despacho, buena noche.- dijo Vanessa seria.

- ¿Y sí mejor te quedas conmigo?- insistió nuevamente Michelle.

Sin decir nada Vanessa salió y cerró la puerta detrás de ella, luego, se puso a rezar hasta llegar a su despacho que estaba a pocos centímetros de la habitación de Michelle.

- Que pereza de mujer- se dijo Michelle.

En la noche con total insomnio Michelle se sentó en su escritorio y comenzó a escribir un poema.

Al día siguiente, sin ser vista por nadie dejó el poema en la mesa de la profesora y siguió su vida normal.

Vanessa entró a su despacho y vio un papel bien doblado sobre su mesa, creía que era un recado de la madre Letizia, como siempre. Se sentó en su silla y con detenimiento se dispuso a leer.

- Mierda, mis gafas- se dijo a sí misma.

Una vez agarró las gafas y se las colocó volvió a sentarse y volvió a leer la nota.

Querida profesora
sí supieras cómo tú presencia anima
No te volverías a ir nunca

Podré ser algo mala contigo
Pero sabes que te tengo cariño
Y sabes que puedes estar conmigo

Por eso, querida profesora
Si ya sabes el valor que tienes
¿Por qué no vienes a charlar conmigo?

Vanessa se quedó pensativa y se quitó las gafas, luego, se dio cuenta de que ponía algo más en la carta y volvió a colocarse las gafas.

Hoy a las once y media en mi habitación.
Atte: tú alumna favorita.

Sabía perfectamente de quién provenía la carta, y se puso a reflexionar. Momentos después se aseguró de que no hubiera nadie y guardó la carta en un cajón de su escritorio.

Llegó la noche y Michelle se encontraba tumbada en el suelo fumando hasta que de repente Vanessa entró a la habitación.

- Huele horrible aquí- dijo cerrando la puerta detrás de ella- ¿acaso fumas algo más que cigarrillos?

- Sí- respondió Michelle somnolienta.- ven, mira. Sígueme- dijo dirigiéndose a la ventana.

- ¿Se puede saber qué demonios hiciste?- dijo mientras veía un par de sábanas atadas siendo mecidas por el viento de afuera.

- La última pierde- exclamó Michelle bajando por las sábanas.

- ¡Michelle!- gritó Vanessa llendo detrás de ella.

- Atrápame si puedes- dijo Michelle llendo al bosque.

De repente Vanessa se detuvo y vio a Michelle sentada sobre una manta de picnic.

- ¿A qué esperas?- murmuró Michelle- siéntate.

Vanessa se sentó al lado de Michelle y observó las flores frente a ella.

- Todo esto es muy lindo- afirmó Vanessa.

Michelle se acercó más a Vanessa

- Claro que sí.- dijo- ¿Te gustaría pasar la noche aquí tu y yo juntas?

Finalmente Vanessa se rindió ante Michelle y hizo un gesto de aprobación.

- Verás, nos espera una larga noche- nombró Michelle.

Querida profesora Where stories live. Discover now