Diecisiete; Mi tristeza abunda

983 138 48
                                    

Culiacán Sinaloa | Tiempo actual Un semana después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Culiacán Sinaloa | Tiempo actual
Un semana después

Arianna Fernández

— ¿Cuándo te vas a dignar a ir a la casa? — Dijo Iván entrando a mi casa.

Ya tenía una semana que no vivía en casa de Vicente. Él me insistió mucho en que me quedara con el, para que pudiera cuidarme y atenderme, pero ya no quiero causarle más problemas.

— Nunca, Archivaldo. Vete de mi casa, no te quiero aquí.

— ¡¿Hasta cuándo vas a entender a cómo tratarme, perrita?! — Dijo apretando mis brazos — ¿Quieres que te enseñe a cómo tratarme, perra?.

— ¡Pégame, mátame, haz lo que quieras conmigo, pero nunca voy a volver contigo después de lo que me hiciste! — Dije al borde del llanto — ¡Eres un puto asesino!.

— ¿De qué chingados hablas? ¿Qué chingadera te metió el pendejo de Vicente en la cabeza?.

— Nadie me metió ninguna chingadera.

— ¿Entonces, por qué me dices esa manada? — Me miró molestó — ¿Qué pendejada vinieron a decirte de mí?.

— Tu mataste a mi bebé, un bebé que pudo ser tuyo — Mis lagrimas no paraban de salir.

Iván me miró asombrado.

— ¿Tú estabas embarazada? Arianna, ¿por qué nunca me lo dijiste?.

— ¡Por que ni yo lo sabía! — Me tape con mis manos — ¡Lárgate Archivaldo! ¡Mata y destruye lo que quieras y a mi no me jodas más!.

— Arianna, perdóname. No quería hacerles daño.

Reí incrédula.

— ¿No querías hacernos daño? Iván por favor, lo único que has hecho es lastimarme. Maldigo haberte conocido en esa fiesta, maldigo nuestro amor y maldigo todo lo que tenga que ver contigo.

— Arianna no digas eso. Yo no sabía que estabas embarazada. Además, ¿Cómo podemos asegurar que ese niño es mío y no de Vicente?

Negué en repetidas ocasiones,. ¿Cómo podía decirme esto?.

Le solté una cachetada con todo el odio que en estos momentos sentía. Iván me había convertido en una mujer llena de coraje y resentimientos hacia él.

— Muchas veces te permití que me humillaras, que me maltrataras y hasta que me levantaras la mano, pero no te permito que ofendas a ese bebé. Eres un pinché asesino, un enfermo, un loco. ¡Te odio! ¡Odio cada cosa que tenga que ver contigo!.

Deseo | IAGS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora