Deseo que nunca duermas con la incertidumbre si aun sigues siendo suficiente para tu pareja. Deseo que nunca tengas esa necesidad de comprobar su fidelidad.
Deseo que tus ojos jamás se llenen de lagrimas al descubrir otra infidelidad
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dos semanas después | Tiempo actual Ciudad de México.
— ¡Chaparrita hermosa! — Gritó Iván al verme haciendo que los custodios voltearan a mirarlos.
— Iván — Dije acercándome rápidamente. Ambos nos unimos en un abrazo — ¿Cómo estas? ¿Te han hecho algo? ¿Te encuentras bien? Dime si te ha pasado algo — Negó.
— Enterito como siempre. Me respetan mucho aquí.
— Yo sabia que tu vendrías a verme. Lo sabía mi reina.
— No te iba a dejar solo. A pesar de todo lo que vivimos, siempre, pero siempre, estaré agradecida por los buenos momentos que hemos pasado. Tu nunca me dejaste sola cuando no tenía a nadie, yo tampoco lo haré contigo.
— Yo quería pedirte perdón por todo el daño que te hice, tú nunca mereciste que yo te lastimara de esa manera. Ahora me doy cuenta que una mujer como tú no la encontraré en ningún lado. Perdóname, perdóname por lastimarte de esa manera, porque yo fui el único culpable de que perdieras a nuestro hijo. Perdóname por tratarte como una basura, cuando eres una increíble mujer.
— Iván — Hice un puchero.
— Ovidio siempre tuvo razón. Tu eres mucha mujer pa una mierda como yo. Mira nomas como termine, todas las viejas con las que te engañe me dejaron solo, hasta Jessica, la que decía amarme. La única que está aquí eres tú, y fue a la que más lastime.
— Ya no recordemos eso. Enfoquémonos en sacarte de aquí. Alfredo y yo estamos haciendo todo para que pronto salgas de aquí.
— Gracias mija, por no dejarme aquí solo en esta ratonera — Entrelazo nuestras manos — Te quiero mucho, chula.
Sonreí.
— Yo también, Archi — Sonrió al recordar el apodo que tanto le encantaba que le dijera.
— Por culpa del pendejo de Vicente estoy en esta chingadera. No sabes lo culero que se siente estar en esta mierda — Dijo soltando mis manos y apretando sus puños.
— Tranquilo. Vas a salir de aquí, confía en nosotros.
— ¿Tú cómo estás?.
— Bien, volví a la casa que tenía antes de vivir contigo. Estoy trabajando en un despacho y me mantengo con lo que me pagan.
— Siempre has sido una chingona. Deberías irte a vivir con mi ama, así ambas se cuidan y se hacen compañía.
— No Iván, como crees — Dije con pena — Pero no te preocupes, que yo le he estado dando sus vueltas y ella está muy bien. Te mando muchos besos y dice que te extraña mucho.
— También la extraño. ¿Puedes darle esto? — Dijo entregándome una carta.
— Claro que si, no te preocupes — Sonreí.
— Ya se acabó la visita. Tiene que regresar a su celda, señor — Dijo un custodio.
— Nos vemos, mi chula. La quiero y cuídese mucho. Salúdeme a todos por allá — Asentí y moví mi mano viendo cómo se alejaba.
...
— Mija — Dijo en cuanto atendí — ¿Cómo viste a mi hijo? ¿Le hicieron algo? ¿Está golpeado?.
— No señora. Iván está bien y tranquila, no se encuentra mal. Les manda saludos y los extraña mucho.
— Nosotros también lo extrañamos. ¿Qué noticias te tienen?.
— Hasta ahora nada. Esperemos que los amparos sirvan — Hice un puchero — ¿Cómo están las cosas por allá?.
— Todo tranquila hija.
— ¿Y nadie los ha molestado? — Dije esperando que entendiera a que me refería.
— Si lo preguntas por Vicente, no hija. El no ha venido por aquí y por lo que se, se está recuperando aún.
— Si sabe algo me avisa, por favor.
— ¿Lo quieres mucho, verdad?.
— Si señora, es mi amigo y le agradezco las veces que me salvo.
— ¿Ustedes, estuvieron juntos?.
— No señora. Jamás estuve con nadie después de Iván.
— Mija, yo se que no debo meterme y solo tú mandas en tu corazón. También entiendo que mi hijo te trato de una mala manera. Quiero preguntarte si tu aún lo amas?.
Suspire.
— Lo apreció señora.
— ¿Para iniciar algo de nuevo? Mi hijo te quiere y mucho. Yo se que ustedes se quieren, yo se que pueden volver a intentarlo.
— La quiero mucho, pero no volvería a tener algo con Iván. Me daño mucho y realmente, estoy mejor así, sola. Lo estoy ayudando porque lo aprecio y le agradezco lo mucho que me ayudo. Ya lo hablamos y... — Me interrumpió.
— ¿Cómo lo tomo?.
— Bien. El también está de acuerdo.
— Me alegra que tengas claro tus sentimientos mi niña. No te quito más tu tiempo, cuídate mucho y te quiero mi amor.
— Adiós Ale, también te quiero — Dije y colgué.
...
— ¿Para que me citaste, Román? — Dije quitándome los lentes de sol.
— ¿Gustas pedir un café, algo?.
— No es una visita social. Dime lo que tienes que decir y ya.
Román comenzó a reírse.
— Uy — Dijo riendo — Parece que te importa mucho ese pendejo, aún después de todo lo que te hizo. ¿Cómo una mujer como tú puede estar con un hombre así?.
— ¿Una mujer como yo? ¿Qué tiene de malo estar con el hombre que amaba?.
— Pues, mírate, eres una gran mujer. Mucha mujer para ese hombre.
Pues si estuve contigo, pensé.
— ¿Qué noticias tienes? — Dije volviendo al tema.
Román sacó una carta y me la entrego. Lo mire confundida.
— ¿Esto que?.
— Ábrelo — Indicó y eso hice.
Orden de extradición
Suspiré y mordí mi labio. Las cosas se estaban complicando aún más.
¿Qué les pareció? En este no pondré meta, porque soy buena onda y las quiero mucho!!
Ya casi llegamos la final 🥲. Pero les tengo preparada una novela de Ovi.
¿Arianna debería quedarse sola o con Vicente? O Iván?