Deseo que nunca duermas con la incertidumbre si aun sigues siendo suficiente para tu pareja. Deseo que nunca tengas esa necesidad de comprobar su fidelidad.
Deseo que tus ojos jamás se llenen de lagrimas al descubrir otra infidelidad
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tiempo actual | Culiacán, Sinaloa Un día después
Arianna Fernández
— Bienvenida a mi humilde casa — Dijo Gabysela riendo — Pasa, pasa es tu casa — Dijo haciéndose a un lado y entre con vergüenza a su casa.
— Gracias Gaby por invitarme — Sonreí.
— Pero siéntate, con confianza. Como si fuera tu casa — Me hizo una seña para que me sentara en el sillón y asentí — ¿Gustas algo? ¿Una bebida, agua, refresco?.
— No Gaby, muchas gracias.
— Yo si voy a tomarme una copita — Dijo riendo mientras caminaba al mini bar que tenía en su casa — ¿Cómo has estado?.
Suspire.
— Pues bien — Dije simple.
— No te escucho tan convencida. Sabes que con confianza puedes contarme cualquier cosa — Dijo sentándose a mi lado.
— Lo mismo con Iván. Me volvió a engañar.
— ¿Con la pendeja aquella? — Asentí y ella giró los ojos — ¿Quieres que la ponga en su lugar a la perra esa?.
— No tiene caso, Gaby. El día que lo llame, ella me contesto como la señora y dueña de todo.
— Iván si es un pendejo y perdón — Negué — No te merece. Espero que lo hayas dejado y no vuelvas con él. Ari, yo se que no tenemos una relación de años, pero cualquier cosa que necesites aquí estoy para ti — Tomo mis manos y sonreí — Eres nuestra hermana y puedes contar con todas nosotras. Néstor es muy fiel a su patrón, pero tú puedes contar con nosotras. Yo no le debo nada a Iván y voy a ayudarte siempre.
— Gracias Gaby.
— ¿Dónde estás viviendo?.
— Con Vicente. Es muy lindo conmigo — Sonreí al recordar todas las bonitas palabras que me ha dicho en mi estadía en su casa — No le he contado a nadie, pero ayer Iván fue a su casa y tuvieron una discusión y.. — Sonreí nerviosa — Le dijo que estaba enamorado de mí y haría todo para conquistarme.
Gabysela me miró sorprendida y aplaudió emocionada.
— ¡¿Qué?! ¡Qué bonito! — Dijo con voz chillona — Se verían bonitos juntos, eh. Mi hermana con un Zamabada — Hizo bulla y reí negando.
— Ay, yo lo quiero como amigo.
— A mi no me engañas. Esa sonrisita te delata. A ti te gusta Vicente y se te nota hasta en tu forma de hablar sobre él — Sonreí — Mira, nomas lo mencioné y ya estás sonriendo.
— Ni al caso Gaby. Solo lo quiero y hasta ahí.
— No te preocupes, conmigo puedes revelar lo que sientes sin problema. De mi boca no saldrá nada — Fingió cerrar su boca con una llave y reí ante su acción.