Google es un inútil

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Seguía sin entrarme en la cabeza el pensamiento de estar enamorado de un chico. Y me hace sentir mal, el sentirme mal por querer a un chico, es un sentimiento de insuficiencia que nunca antes había sufrido. El quererlo es un sentimiento lindo, pero sofocante.

Porque  me sofoca el sentimiento, sino el por quien lo estoy sintiendo.

Un chico.

Chico.

C-h-i-c-o

Del género masculino. Que tiene pit... bueno, se entiende.

Y nunca fui un homofóbico, sólo que sentirlo era raro, y tener problemitas a cada maldito segundo que un pensamiento sucio pasaba por mi cabeza era incómodo.

Las hormonas se están ganando mi odio puro, más que mamá. Imagínense. Ni yo creí que eso fuera posible... bueno, odiaba a Elías también... mierda, los odiaba por la misma razón... porque no podía tenerlos. 

Pero de igual forma odiaba más a mamá. Dah. 

Empecé a tener frío, y no me iba a poner mi chaqueta manchada de helado. ¡Qué vergüenza!

Me aguantaba el frío antes de que me vieran con helado embarrado por toda la espalda. Eso rompe todas mis reglas como ciudadano con estilo.

Estaba unas cuadras de mi casa, y el invierno se sentía a flor de piel. Maldita sea, ¿por qué tenía que ofrecerme a limpiar el helado?

Mentira, lo volvería a hacer. A demás, yo puedo quitarme la prenda, él tuvo que caminar hasta su auto con una mancha de helado en su pantalón ¡de marca! 

Bueno, pobrecito. Fue víctima de su belleza encantadora. ¡Yo no tenía la culpa de que él se viera tan caliente a cada segundo! 

¿Cómo se sentiría besarlo? No, voy a replantear mi pregunta: ¿Cómo se sentiría que él me bese?

Podría saber el sabor de sus labios, y la profundidad e intensidad con la que quiere. Un abrazo no me bastaba, y era aterrador.

Era un cambio, y me aterraba.

¿Sus labios sabrían a fresa? Esperaba que no. Odio las fresas con mi alma.

Si el cambio es algo bueno, como siempre me dice papá, que me explique por qué me estoy sintiendo tan extraño. Como si fuera cosa del otro mundo y no una cosa tan simple como lo es el amor.

Taylor Swift tiene una canción sobre esto. 

Estaba por llegar a mi casa cuando recibí una llamada de Jessica, le contesté.

—Ya sé que no puedes vivir sin mi vida —alardee en cuanto contesté el teléfono, escuché un bufido por su parte.

—No te creas tanto, señor —rio, y se me adelantó a que yo le preguntara que pasaba —creo que tengo una cita con tomate.

Fruncí el ceño mientras volvía a caminar. 

— ¿Tomate?, ¿quién carajos es tomate? —interrogué. 

Solo pude oír la carcajada que se estaba dando, casi que no podía respirar. Maldita, un chiste ya no es divertido si te lo aplican a ti. 

—Ay dios mío —exhaló, recuperando su aire —me duele el estómago de tanto reír.

—Bueno, ya. Entendí la referencia, ¿quién es tomate? —Rodé los ojos —, espera. ¿Cómo te atreves a usar mis frases contra mí? ¡Eso es maleducado! —me quejé, al caer en cuenta. 

—Ya, no seas sentido —retomó la palabra —es la chica que creo que me odia.

Asentí ligeramente, como procesando la información. Tomate=chica que creía que la odiaba. Copiado. 

Café De Medianoche Where stories live. Discover now